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Villablanca se encuentra en la comarca del Andévalo Sur-occidental de Huelva, a 15 Km. de la Costa, siendo puerta de enlace con la Sierra.
COMO LLEGAR:
Autovía A49 Huelva – Sevilla
A499 Ayamonte – Paymogo
Red Provincial Villablanca – Lepe H 1211
Los testimonios sobre la ocupación humana en Villablanca, con anterioridad a su fundación son escasos. Tan solo un dolmen y un grupo de enterramientos en cistas atestiguan la presencia del hombre. El Dolmen de la Tenencia , cercano al límite municipal, data del Calcolítico, hace unos cinco milenios.
Los S. XV y XVI, coinciden para la Baja Andalucía , en gran medida con períodos auspiciados por la Corona o bien por los señores jurisdiccionales, para mejorar el aprovechamiento agropecuario de sus tierras. En este contexto e enmarcaron la fundación de Villablanca en 1531.
Son varias las razones aludidas para justificar la fundación de la nueva villa. Se ha escrito que sirvió para contrarrestar el empuje de Portugal, pero es poco probable ya que la fundación coincide con un período de paz con el reino luso. La razón más cercana, además de la expuesta en la Carta Puebla por los Marqueses para dotar a sus súbditos con un lugar donse pudiesen oir misa, era la creación de un nuevo asentamiento por parte de los Señores: D. Francisco de Zúñiga Guzmán y Sotomayor y Dª Teresa de Zúñiga y Guzmán, con lo que llegarían más personas al Territorio del Marquesado, que hasta 1531 venía disfrutando de escasos recursos, las cuales significaban fuentes de ingresos para las arcas de los Marqueses. (Fernández González M. 1996)
EL 16 de septiembre de 1531 se firma la Carta Puebla, conformada en 1537, por la cual los Marqueses de Ayamonte, don Francisco de Zúñiga y Guzmán y Sotomayor y doña Teresa de Zúñiga y Guzmán, fundan la villa de Santa María de la Blanca, de cuyo nombre derivaría Villablanca, citada por primera vez en un texto emitido por el Marquesado en 1555. En la misma se nos dice que “ por cuanto al tiempo que los vecinos y moradores, que estaban en la nuestra Dehesa de los verdes, término y jurisdicción de nuestra villa de Ayamonte, se pasaron a poblar la Corte del Capitán, cerca de la ermita de Nuestra Señora de la Blanca, e donde ahora está poblado e se llama nuestra villa de la Puebla de Santa María la Blanca, así a los que a la sazón se pasaron a ella, como de los que adelante viniesen a poblarla e vivir en ella, les hubimos hecho e hicimos ciertas mercedes, como se contienen en el privilegio que de ellos lo mandamos dar y dimos hecho en esta guisa “ ( A.M.V. 1537, Leg 103)
El edificio religioso más antiguo, anterior incluso a la fundación de la villa, y del que debe su nombre el pueblo, es la Ermita de Santa María de la Blanca, a menos de un kilómetro del núcleo urbano. Se trata de un pequeño santuario de estilo mudéjar levantado sobre un promontorio, posiblemente de finales del siglo XV o principios del siguiente ( Rodríguez Estévez, J.C; 1993) . Con la creación de la nueva villa, esta ermita se convirtió en parroquia, participando activamente en la configuración histórica y en la identidad cultural del pequeño. La devoción religiosa y la imbricación de los villablanqueros con su Virgen ( Ntra. Sra. de la Blanca ) y su ermita fueron refrendadas en la villa con la concesión del papa Pío VI en 1797 de perpetua indulgencia plenaria a aquellos que, cumplidos sus oficios religiosos y con bula, visitaran la ermita el 8 de septiembre o el Domingo de Resurrección ( Fernández González, M. 1996).
Ante las necesidades religiosas de una población en expansión, se construye la iglesia parroquial de San Sebastián, aunque se tienen datos de estas obras en 1612. El primer libro de bautismo y primer documento que asevera su carácter de parroquia, en detrimento de la ermita de “ La Blanca “ , sería en 1618. Sin embargo las obras proseguirían hasta el segundo tercio del s. XVII, con reformas sustanciales en la siguiente centuria ( Rodríguez Estévez, J.C.: 1995 )
Un elemento original de Villablanca es su traza urbana. Su disposición en damero hace suponer que el crecimiento urbano fue planeado de forma coherente y racional, consistente en seis largas y paralelas calles que bajan hacia el Sur, en suave pendiente, desde la Plaza del Concejo, donde se ubica el Ayuntamiento; a su vez, están cruzadas por callejas, con lo que conforman alargadas cuadrículas de blancas viviendas, modelo de difícil localización en poblaciones similares.
COMO LLEGAR:
Autovía A49 Huelva – Sevilla
A499 Ayamonte – Paymogo
Red Provincial Villablanca – Lepe H 1211
Los testimonios sobre la ocupación humana en Villablanca, con anterioridad a su fundación son escasos. Tan solo un dolmen y un grupo de enterramientos en cistas atestiguan la presencia del hombre. El Dolmen de la Tenencia , cercano al límite municipal, data del Calcolítico, hace unos cinco milenios.
Los S. XV y XVI, coinciden para la Baja Andalucía , en gran medida con períodos auspiciados por la Corona o bien por los señores jurisdiccionales, para mejorar el aprovechamiento agropecuario de sus tierras. En este contexto e enmarcaron la fundación de Villablanca en 1531.
Son varias las razones aludidas para justificar la fundación de la nueva villa. Se ha escrito que sirvió para contrarrestar el empuje de Portugal, pero es poco probable ya que la fundación coincide con un período de paz con el reino luso. La razón más cercana, además de la expuesta en la Carta Puebla por los Marqueses para dotar a sus súbditos con un lugar donse pudiesen oir misa, era la creación de un nuevo asentamiento por parte de los Señores: D. Francisco de Zúñiga Guzmán y Sotomayor y Dª Teresa de Zúñiga y Guzmán, con lo que llegarían más personas al Territorio del Marquesado, que hasta 1531 venía disfrutando de escasos recursos, las cuales significaban fuentes de ingresos para las arcas de los Marqueses. (Fernández González M. 1996)
EL 16 de septiembre de 1531 se firma la Carta Puebla, conformada en 1537, por la cual los Marqueses de Ayamonte, don Francisco de Zúñiga y Guzmán y Sotomayor y doña Teresa de Zúñiga y Guzmán, fundan la villa de Santa María de la Blanca, de cuyo nombre derivaría Villablanca, citada por primera vez en un texto emitido por el Marquesado en 1555. En la misma se nos dice que “ por cuanto al tiempo que los vecinos y moradores, que estaban en la nuestra Dehesa de los verdes, término y jurisdicción de nuestra villa de Ayamonte, se pasaron a poblar la Corte del Capitán, cerca de la ermita de Nuestra Señora de la Blanca, e donde ahora está poblado e se llama nuestra villa de la Puebla de Santa María la Blanca, así a los que a la sazón se pasaron a ella, como de los que adelante viniesen a poblarla e vivir en ella, les hubimos hecho e hicimos ciertas mercedes, como se contienen en el privilegio que de ellos lo mandamos dar y dimos hecho en esta guisa “ ( A.M.V. 1537, Leg 103)
El edificio religioso más antiguo, anterior incluso a la fundación de la villa, y del que debe su nombre el pueblo, es la Ermita de Santa María de la Blanca, a menos de un kilómetro del núcleo urbano. Se trata de un pequeño santuario de estilo mudéjar levantado sobre un promontorio, posiblemente de finales del siglo XV o principios del siguiente ( Rodríguez Estévez, J.C; 1993) . Con la creación de la nueva villa, esta ermita se convirtió en parroquia, participando activamente en la configuración histórica y en la identidad cultural del pequeño. La devoción religiosa y la imbricación de los villablanqueros con su Virgen ( Ntra. Sra. de la Blanca ) y su ermita fueron refrendadas en la villa con la concesión del papa Pío VI en 1797 de perpetua indulgencia plenaria a aquellos que, cumplidos sus oficios religiosos y con bula, visitaran la ermita el 8 de septiembre o el Domingo de Resurrección ( Fernández González, M. 1996).
Ante las necesidades religiosas de una población en expansión, se construye la iglesia parroquial de San Sebastián, aunque se tienen datos de estas obras en 1612. El primer libro de bautismo y primer documento que asevera su carácter de parroquia, en detrimento de la ermita de “ La Blanca “ , sería en 1618. Sin embargo las obras proseguirían hasta el segundo tercio del s. XVII, con reformas sustanciales en la siguiente centuria ( Rodríguez Estévez, J.C.: 1995 )
Un elemento original de Villablanca es su traza urbana. Su disposición en damero hace suponer que el crecimiento urbano fue planeado de forma coherente y racional, consistente en seis largas y paralelas calles que bajan hacia el Sur, en suave pendiente, desde la Plaza del Concejo, donde se ubica el Ayuntamiento; a su vez, están cruzadas por callejas, con lo que conforman alargadas cuadrículas de blancas viviendas, modelo de difícil localización en poblaciones similares.
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