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La noble y leal a la corona real villa de Durango es un municipio del territorio histórico de Vizcaya, País Vasco (España), situado en la comarca del Duranguesado con una extensión de 10,91 km² y una población de 27.476 habitantes (2007). Se considera, por actividad económica y número de habitantes, la población más importante de Vizcaya después de las varias que conforman el Gran Bilbao.
Con una superficie de 10,79 km², Durango ocupa un espacio abierto en la orilla izquierda del río Ibaizábal. Hacia el sur, un pequeño anticlinal, comprimido y fracturado, con las capas casi verticales, ha dado origen a una crestería que continúa hacia el este por las cimas conocidas como peñas del duranguesado (Alluitz, Amboto, Mugarra). Dentro del municipio destacan la Peña de Mugarra (960 metros) y el monte Neberondo (453 metros), que forman un pequeño macizo calizo con numerosas formaciones de tipo kárstico.
El río Ibaizabal, a su paso por el municipio, recibe el caudal del río Mañaria, que atraviesa de norte a sur el municipio, y del arroyo Larrinagatxu.
Historia de Durango
La villa llamada Tabira de Durango y posteriormente Villanueva de Durango y actualmente Durango, no cuenta con Carta Puebla como las otras villas vascas, pero los historiadores suelen situar la fecha de su fundación a comienzos de siglo XIII, con una confirmación del fuero en 1372 por parte del Infante don Juan. Aunque en la Crónica de Ibargüen y de Cachopín del siglo XVI dice que Sancho III "nombrado el Sabio y de otra manera, el Valiente, dio fueros a la villa de Durango que agora es Vizcaya que entonces hasta el lugar de Navarra del pueblo e anteiglesia de Hechano de la merindad de Çornoça hera suyo...". Sancho III vivió entre 1150 y 1194.
Tabira, sería el nombre del núcleo primitivo y Durango el de la merindad. Así es nombrada en la confirmación del fuero en 1372 y se sabe que hasta el siglo XVI se la nombraba como Villanueva de Durango. En el escudo aparece la referencia a "Tabira" en recuerdo al origen de esta villa.
El núcleo urbano original se sitúa entre las iglesias de Santa María de Uribarri y Santa Ana, cuya estructura se ha conservado. Durango, como parte de la Merindad del Duranguesado formó parte del reino de Navarra hasta que en el año 1200 es incorporada, definitivamente, al reino de Castilla y 12 años después cedida, como compensación por los servicios prestados en la Batalla de Las Navas de Tolosa, al Señor de Vizcaya Diego López II de Haro.
Las guerras de bandos tuvieron, durante la Edad Media, presencia activa en la villa. Las diferentes casas nobles que dominaban la merindad se inclinaron unas por el bando gamboíno y otras por el oñacino.
La villa no llegó a formar nunca parte de la Merindad de Durango ya que ésta estaba compuesta por las anteiglesias, es decir, por los vecinos acogidos al fuero de la Tierra Llana de Vizcaya. La villa tenía su representación en las Juntas de Guernica.
Uno de los hechos más conocidos de su historia es la llamada Herejía de Durango, que tuvo lugar entre 1442 y 1444, y fue instigada por el fraile franciscano fray Alonso de Mella, quien llegó a promulgar la comunidad de bienes y mujeres. Más de cien de sus seguidores fueron condenados a muerte y quemados públicamente en la calle Kurutziaga. Como monumento expiatorio de la herejía, se alzó la cruz del mismo nombre.
Casa de don Carlos en Durango en el año 1837 (dibujo de Isodoro Magués)El desarrollo económico de la villa de Durango estaba basado en el comercio y la industria. El comercio se desarrolló por ser punto importante en una de las rutas que unían Castilla con los puertos de la costa, mientras que la industria se basaba en la producción de las ferrerías y herrerías, así como en una pujante actividad pañera.
Durante la Primera Guerra Carlista fue corte de Carlos María Isidro. Famoso en esta guerra fue el llamado Decreto de Durango por el que se ordenaba fusilar a los combatientes extranjeros hechos presos por las tropas carlistas, desoyendo el Convenio Lord Eliot. También fue ocupada por los carlistas durante la segunda carlistada.
La guerra civil en Durango
Ya en el siglo XX, después de las eleciones de febrero de 1936, los requetés de Durango hacen prácticas de guerrilla en Urkiola y se preparan para el golpe de estado del 18 de julio[2] Una vez ejecutado el golpe militar el grupo de tradicionalistas durangueses, viendo que las fuerzas de la Guardia Civil no se suman al alzamiento armado, deciden pasar a territorio controlado por los insurrectos. Son detenidos el día 25 de julio. La defensa de la República es organizada por los los partidos y sindicatos de izquierdas que forman el Comité de Defensa en Durango. El PNV se mantiene indeciso hasta el día 26. Se detiene a partidarios de los alzados y se ocupan el colegio de Jesuitas y los conventos de Santa Susana y San Antonio para establecer en ellos varios servicios de guerra.
El 25 de septiembre de 1936 Durango es bombardeada produciéndose 12 muertos y desencadenándose la represalia del fusilamiento de 22 detenidos por afinidad con los atacantes. El frente queda estabilizado en las cercanías de la comarca durante todo el otoño e invierno de 1936–1937. El 31 de marzo de 1937 Mola ordena el ataque general con el objetivo de la eliminación del frente norte. Ese mismo día se bombardea la villa. La acción la ejecutan los aviones de la 214 escuadrilla del grupo 24 de bombardeo pesado Savoia 21 y cazas del tipo CR-32.
A las 8:30 de la mañana del día 31 de marzo 5 bombarderos y 9 cazas llegan a los cielos de Durango descargando 80 bombas de 50Kg. En ese momento se celebraban actos religiosos en la iglesia de Santa María y en la del colegio de los Jesuitas. En el gran pórtico de Santa María hay mercado. Las bombas destruyen ambos templos causando muchos muertos entre los fieles así como el convento de Santa Susana. A las 17:45 8 bombarderos y 15 cazas realizan una nueva acción en la que descargan sobre la villa 22 bombas de 100kg y 54 de 50Kg. El segundo ataque tiene como objetivo la diagonal que va desde el cementerio a la calle Zeharkalea, zona muy transitada por la gente que acude a la identificación de las víctimas del bombardeo de la mañana. Los ametrallamientos de los cazas causan muchas bajas entre la población civil. Durango carecía de defensa antiaérea.
El día 2 de abril se vuelve a bombardear la villa en la que se encontraba una comisión internacional de Francia y Gran Bretaña estudiando los daños sufridos por el ataque anterior. El día 4 se vuelve a bombardear.
Se calcula que se arrojaron sobre la villa de Durango unas 281 bombas que conforman un total de 14.840 kilos de explosivos. Las víctimas mortales fueron 336, se destruyeron 71 edificios y otros 234 resultaron afectados, entre ellos varias iglesias y conventos.
El día 27 de abril se combate a las puertas de la villa por su lado este. Los ataques están formados por batallones de requetés y se extienden por la parte norte, de tal forma que se pretende aislar la población. Las tropas de defensa se retiran hacia Bilbao e intentan poner una línea de fuego en el barrio de Berna, ya a las afueras de Iurreta. Quedan en Durango algunos milicianos emboscados en los edificios que hacen frente a los tradicionalistas del Tercio de Montejurra que toman la villa el 28 de abril.
El 29 de julio se constituye el nuevo ayuntamiento nombrando alcalde a Adolfo Uribasterra que sustituye a Ramón Oralde que había ejercido esas funciones desde la entrada de los alzados contra la legitimidad republicana en la población.[2]
De la postguerra y la actualidad
Después del periodo de postguerra el Duranguesado, con Durango como capital comarcal, va sumándose a la indutralización del país. De la antigua tradición ferrona y textil, se va construyendo una infraestructura industrial relevante. La emigración de algunas industrias eibarresas que se asientan en el valle del Ibaizabal, así como la creación de empresas propias convierten a Durango en una población eminentemente industrial, destacando los sectores de la maquinaria de herramientas y del automóvil, con empresas avanzadas en I+D.
El desarrollo de la villa comienza a finales de los años 70 y toma un gran impulso a finales del siglo XX llegando a alcanzar una población de 28.000 habitantes, descontando ya los pertenecientes a la desanexionada Iurreta, y copando, prácticamente, todo el terreno edificable de que dispone el municipio.
Con una superficie de 10,79 km², Durango ocupa un espacio abierto en la orilla izquierda del río Ibaizábal. Hacia el sur, un pequeño anticlinal, comprimido y fracturado, con las capas casi verticales, ha dado origen a una crestería que continúa hacia el este por las cimas conocidas como peñas del duranguesado (Alluitz, Amboto, Mugarra). Dentro del municipio destacan la Peña de Mugarra (960 metros) y el monte Neberondo (453 metros), que forman un pequeño macizo calizo con numerosas formaciones de tipo kárstico.
El río Ibaizabal, a su paso por el municipio, recibe el caudal del río Mañaria, que atraviesa de norte a sur el municipio, y del arroyo Larrinagatxu.
Historia de Durango
La villa llamada Tabira de Durango y posteriormente Villanueva de Durango y actualmente Durango, no cuenta con Carta Puebla como las otras villas vascas, pero los historiadores suelen situar la fecha de su fundación a comienzos de siglo XIII, con una confirmación del fuero en 1372 por parte del Infante don Juan. Aunque en la Crónica de Ibargüen y de Cachopín del siglo XVI dice que Sancho III "nombrado el Sabio y de otra manera, el Valiente, dio fueros a la villa de Durango que agora es Vizcaya que entonces hasta el lugar de Navarra del pueblo e anteiglesia de Hechano de la merindad de Çornoça hera suyo...". Sancho III vivió entre 1150 y 1194.
Tabira, sería el nombre del núcleo primitivo y Durango el de la merindad. Así es nombrada en la confirmación del fuero en 1372 y se sabe que hasta el siglo XVI se la nombraba como Villanueva de Durango. En el escudo aparece la referencia a "Tabira" en recuerdo al origen de esta villa.
El núcleo urbano original se sitúa entre las iglesias de Santa María de Uribarri y Santa Ana, cuya estructura se ha conservado. Durango, como parte de la Merindad del Duranguesado formó parte del reino de Navarra hasta que en el año 1200 es incorporada, definitivamente, al reino de Castilla y 12 años después cedida, como compensación por los servicios prestados en la Batalla de Las Navas de Tolosa, al Señor de Vizcaya Diego López II de Haro.
Las guerras de bandos tuvieron, durante la Edad Media, presencia activa en la villa. Las diferentes casas nobles que dominaban la merindad se inclinaron unas por el bando gamboíno y otras por el oñacino.
La villa no llegó a formar nunca parte de la Merindad de Durango ya que ésta estaba compuesta por las anteiglesias, es decir, por los vecinos acogidos al fuero de la Tierra Llana de Vizcaya. La villa tenía su representación en las Juntas de Guernica.
Uno de los hechos más conocidos de su historia es la llamada Herejía de Durango, que tuvo lugar entre 1442 y 1444, y fue instigada por el fraile franciscano fray Alonso de Mella, quien llegó a promulgar la comunidad de bienes y mujeres. Más de cien de sus seguidores fueron condenados a muerte y quemados públicamente en la calle Kurutziaga. Como monumento expiatorio de la herejía, se alzó la cruz del mismo nombre.
Casa de don Carlos en Durango en el año 1837 (dibujo de Isodoro Magués)El desarrollo económico de la villa de Durango estaba basado en el comercio y la industria. El comercio se desarrolló por ser punto importante en una de las rutas que unían Castilla con los puertos de la costa, mientras que la industria se basaba en la producción de las ferrerías y herrerías, así como en una pujante actividad pañera.
Durante la Primera Guerra Carlista fue corte de Carlos María Isidro. Famoso en esta guerra fue el llamado Decreto de Durango por el que se ordenaba fusilar a los combatientes extranjeros hechos presos por las tropas carlistas, desoyendo el Convenio Lord Eliot. También fue ocupada por los carlistas durante la segunda carlistada.
La guerra civil en Durango
Ya en el siglo XX, después de las eleciones de febrero de 1936, los requetés de Durango hacen prácticas de guerrilla en Urkiola y se preparan para el golpe de estado del 18 de julio[2] Una vez ejecutado el golpe militar el grupo de tradicionalistas durangueses, viendo que las fuerzas de la Guardia Civil no se suman al alzamiento armado, deciden pasar a territorio controlado por los insurrectos. Son detenidos el día 25 de julio. La defensa de la República es organizada por los los partidos y sindicatos de izquierdas que forman el Comité de Defensa en Durango. El PNV se mantiene indeciso hasta el día 26. Se detiene a partidarios de los alzados y se ocupan el colegio de Jesuitas y los conventos de Santa Susana y San Antonio para establecer en ellos varios servicios de guerra.
El 25 de septiembre de 1936 Durango es bombardeada produciéndose 12 muertos y desencadenándose la represalia del fusilamiento de 22 detenidos por afinidad con los atacantes. El frente queda estabilizado en las cercanías de la comarca durante todo el otoño e invierno de 1936–1937. El 31 de marzo de 1937 Mola ordena el ataque general con el objetivo de la eliminación del frente norte. Ese mismo día se bombardea la villa. La acción la ejecutan los aviones de la 214 escuadrilla del grupo 24 de bombardeo pesado Savoia 21 y cazas del tipo CR-32.
A las 8:30 de la mañana del día 31 de marzo 5 bombarderos y 9 cazas llegan a los cielos de Durango descargando 80 bombas de 50Kg. En ese momento se celebraban actos religiosos en la iglesia de Santa María y en la del colegio de los Jesuitas. En el gran pórtico de Santa María hay mercado. Las bombas destruyen ambos templos causando muchos muertos entre los fieles así como el convento de Santa Susana. A las 17:45 8 bombarderos y 15 cazas realizan una nueva acción en la que descargan sobre la villa 22 bombas de 100kg y 54 de 50Kg. El segundo ataque tiene como objetivo la diagonal que va desde el cementerio a la calle Zeharkalea, zona muy transitada por la gente que acude a la identificación de las víctimas del bombardeo de la mañana. Los ametrallamientos de los cazas causan muchas bajas entre la población civil. Durango carecía de defensa antiaérea.
El día 2 de abril se vuelve a bombardear la villa en la que se encontraba una comisión internacional de Francia y Gran Bretaña estudiando los daños sufridos por el ataque anterior. El día 4 se vuelve a bombardear.
Se calcula que se arrojaron sobre la villa de Durango unas 281 bombas que conforman un total de 14.840 kilos de explosivos. Las víctimas mortales fueron 336, se destruyeron 71 edificios y otros 234 resultaron afectados, entre ellos varias iglesias y conventos.
El día 27 de abril se combate a las puertas de la villa por su lado este. Los ataques están formados por batallones de requetés y se extienden por la parte norte, de tal forma que se pretende aislar la población. Las tropas de defensa se retiran hacia Bilbao e intentan poner una línea de fuego en el barrio de Berna, ya a las afueras de Iurreta. Quedan en Durango algunos milicianos emboscados en los edificios que hacen frente a los tradicionalistas del Tercio de Montejurra que toman la villa el 28 de abril.
El 29 de julio se constituye el nuevo ayuntamiento nombrando alcalde a Adolfo Uribasterra que sustituye a Ramón Oralde que había ejercido esas funciones desde la entrada de los alzados contra la legitimidad republicana en la población.[2]
De la postguerra y la actualidad
Después del periodo de postguerra el Duranguesado, con Durango como capital comarcal, va sumándose a la indutralización del país. De la antigua tradición ferrona y textil, se va construyendo una infraestructura industrial relevante. La emigración de algunas industrias eibarresas que se asientan en el valle del Ibaizabal, así como la creación de empresas propias convierten a Durango en una población eminentemente industrial, destacando los sectores de la maquinaria de herramientas y del automóvil, con empresas avanzadas en I+D.
El desarrollo de la villa comienza a finales de los años 70 y toma un gran impulso a finales del siglo XX llegando a alcanzar una población de 28.000 habitantes, descontando ya los pertenecientes a la desanexionada Iurreta, y copando, prácticamente, todo el terreno edificable de que dispone el municipio.
Fiestas de Durango
Las fiestas del santo patrón de Durango. San Fausto, se celebran en torno al día 13 de octubre. Numerosas actividades se ponen en marcha el día 11 de octubre, víspera del día del Pilar.
Los Sanfaustos durangueses comenzaron a adquirir su importancia actual cuando la villa dejó de celebrar la festividad de San Antonio, el día 13 de junio. A partir de entonces, la esencia de las fiestas de San Fausto fue tomando cada año más vigor. Además de esta señalada festividad, los demás barrios que componen el término municipal también tienen sus propias fiestas. Hay otras fiestas menores, correspondientes a cada barrio.
Otra fiesta arraigada en la comunidad es la Fiesta de Nuestra Señora de Herdoiza, que se celebra el 8 de septiembre.
El carnaval
El caranaval en Durango llegó a tener mucha relevancia que ha perdido después de la dictadura franquista. Los carnavales comenzaban en la villa el domingo anterior al carnaval. Ese día, conocido con el nombre de basokoipetsu o txitxiburduntxi, se solía acudir al campo con los amigos o familia a merendar a base de chorizo y otros productos de la matanza asados en una hoguera. Esta costumbre se sigue manteniendo dentro de los programas escolares.
Los días de carnaval tienen su propia denominación, en Durango se llaman; eguenzuri (jueves blanco o jueves gordo), bariku argi (viernes luminoso), zapatu erregular (sábado regular), domeka karnabal (domingo de carnabal), astelen karnabal (lunes de carnaval) y martitzen karnabal (martes de carnaval).
El eguenzuri se publicaba o se leía el bando municipal en el cual se recordaban lagunas prohibiciones y buenas costumbres que debían de respetarse durante las fiestas. Después de misa mayor la banda de tambolideros hacía un pasacalles tocando el zortziko carnaval y se corría un toro en sokamuturra (esto es atado por el morro). En la tarde del jueves Gordo se hacía una romería a la que acudían todas las autoridades y en las que se realizaban diferentes bailes, entre ellos el aurresku y el arin-arin en los que participaban los vecinos disfrazados y las autoridades. Los más jóvenes recorrían las calles de la villa pidiendo dinero o viandas e interpretando los versos, denominados versos de eguenzuri. Lo recogido servía para realizar una merienda.
El domingo de carnaval era el siguiente día festivo después del jueves. Las cuadrillas solían buscar financiación para sus actos mediante la custación de recursos a cambio de cantar versos. El programa era similar al del jueves: pasacalles, sokamuturra y romería.
El lunes, que también era festivo, se sacaba la comparsa del oso, costumbre extendida en el país, y se seguía un programa similar al de los días anteriores.
El martes de carnaval era el día grande de las fiestas. Solían salir cabalgatas de mozos disfrazados; por ejemplo los surandis que llebaban albarcas y calzones de pastor, con cencerros en la cintura y un careta con una gran nariz. Iban corriendo por las calle pisando los charcos para mojar al público que se concentraba en las aceras y pegarles con un chaleco que llevaban a modo de tralla. El día acababa después de la romería y el toque de oración. Una vez terminada la oración la cuadrilla de tambolitros comenzaban un pasacalles de retirada que recorría las tabernas informando a la gente del fin de la fiesta. Los tamboliteros y demás personal que había colaborado en la fiesta recibían una gratificación que se componía de vino dulce y galletas, luego el alguacil anunciaba mediante cohetes el fin de la misma.
Como en el caso del comienzo delas fiestas de carnaval en las que se adelantaba el domingo anterior, el del txitxiburduntxi, en la finalización sucedía lo mismo, la fiesta se extendía al miércoles de ceniza en donde se realizaba el entierro de la sardina.
Economia de Durango
La economía de Durango esta basada en el sector secundario y es plenamente industrial. Todavía mantiene cierto grado de actividad en le sector primario al tener algunas pequeñas explotaciones familiares. El sector de servicios ha experimentado un gran avance a finales del siglo XX y principios del XXI.
El sector primario, centrado en los barrios rurales, que son pocos por el escaso tamaño del área municipal, se mantiene una actividad familiar donde se producen productos destiandos al consumo propio o a la venta en los mercados de la comarca. Se normal que esta actividad se realice como una actividad secundaria siendo la principal el trabajo en la industria bien ubicada en el propio municipio o en los vecinos.
El sector secundario, de gran desarrollo y protagonismos ocupa a la mayoría de la población activa y constituye la principal fuente de riqueza de la villa. La tradición del trabajo del hierro se remonta a tiempos de la ferrerías. Sus industrias, centradas en los transformados metálicos y en especial en la fundición están abandonando los escasos terrenos urbanos para ubicarse en los numerosos y nuevos polígonos industriales de los municipios de la comarca. Destacan empresas del sector de máquinas-herramientas como Ona Electroerosión, de la ferretería, como Ferretera Vizcaína y el Centro de Investigación Metalurgica Azterlan.
El sector de servicios, como cabeza de comarca Durango centraliza los servicios administrativos, sanitarios y de enseñanza secundaría, bachillerato y Formacion Profesional.
Entre las escuelas de Formación Profesional tiene especial relevancia la de San José, fundada por los hermanos Maristas en el año 1904, denominada Maristak.
El comercio está desarrollado pero la influencia de la capital de la provincia, Bilbao, que esta a 30Km de la villa hace que el comercio no tenga el auge que en otra ciudad de este rango tendría. La hostelería destaca por algunos buenos restaurantes y la proximidad de Bilbao ha ayudado en el establecimiento de algunos establecimientos hoteleros.
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