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Bullas - Murcia


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Encuentro de Bullas 2008


DESFILE SAN MARCOS 2008 BULLAS






Bullas es un municipio de la Región de Murcia, España. Situado en la Comarca del Noroeste.





Cuenta con 12.020 habitantes (INE 2007), divididos entre el casco urbano del municipio y su única pedanía, La Copa de Bullas.

Cuenta con un término municipal de 82,2 kilómetros cuadrados. En él se encuentra el nacimiento del río Mula (afluente del río Segura). El casco urbano se encuentra a 651 metros sobre el nivel del mar, siendo el segundo municipio más alto de la región de Murcia por detrás de Moratalla. Se encuentra a 52 kilómetros de distancia de Murcia.

A Bullas se le conoce como la Puerta del Noroeste, por ser el primero de la comarca del mismo nombre, Comarca del Noroeste.

La comarca se caracteriza por una relativa abundancia de agua, con una pluviometría media anual de 390 litros por metro cuadrado, dándose extremos de 137 litros para el año 1.970 y 965.5 para 1.989 (INM), por sus cultivos agrarios de tipo extensivo y por sus paisajes forestales (bosques de galería, montes de pino carrasco, con diversidad de especies de montaña. Si añadimos también sus peculiaridades históricas y culturales, esta comarca se diferencia notablemente del resto de la Región.




Historia de Bullas

Antigüedad
Las primeras señales de presencia humana en las tierras que hoy conforman el municipio de Bullas se remontan al periodo Eneolítico, hace unos 5.000 años. Restos pertenecientes a esta época se han hallado en los yacimientos del Cabezo del Oro, Reclín, El Castellar, la Fuente Mula, el Pasico Ucenda.

La cultura argárica, que dominó el sureste de la Península Ibérica durante la Edad del Bronce, dejó nuevos restos en los lugares anteriores, así como en el Cabezo del Molinar y la Fuente de la Higuera.

Después del periodo ibérico hemos de llegar a la época romana para encontrar una ocupación significativa del territorio bullense. No existió ciudad alguna, pero sí numerosas "villae" o fincas rurales que aprovecharían los numerosos manantiales de la zona para desarollar una actividad agrícola. Restos de estas edificaciones han sido encontrados en la Fuenblanquilla , la Fuente Mula , El Romero, Fuente de la Carrasca , La Copa y La Loma , aunque por encima de todas ellas destaca la de Los Cantos, que data del siglo I d.C., y que se mantendría hasta la época de las invasiones bárbaras a principios del siglo V. La villa de Los Cantos ha sido lugar de importantes hallazgos arqueológicos, como el de la escultura del famoso "Niño de las Uvas", importante símbolo local, que representa a un geniecillo estacional, en este caso al propio del otoño.

No han faltado teorías disparatadas que pretendían atribuir a Bullas orígenes legendarios y una historia grandiosa. Muchos de estos falsos datos eran obtenidos de los llamados "falsos cronicones", propios de los siglos XVII y XVIII que buscaban enaltecer las historias locales. En este contexto hemos de entender los nombres de "Abula Bastetana" o "Bulla Regia" para Bullas o la presencia de personajes como la reina Belkis o el obispo San Segundo.

La Edad Media
Tras el abandono de las villas romanas sobreviene un periodo oscuro en cuanto a los datos existentes sobre el devenir de las tierras de Bullas en la Alta Edad Media. Estas tierras deshabitadas permanecerían a la sombra de la no muy lejana ciudad de Begastri, la que era entonces sede episcopal.

Y hemos de esperar a la dominación musulmana cuando en los siglos XI o XII tenga lugar la fundación del castillo de Bullas, emplazado en lo que hoy es el casco antiguo de la localidad. Por la misma época se levantaría el pequeño recinto amurallado que dominaría la zona desde la Piedra del Castellar, lo que es conocido como "El Castillico". Bullas fue fundación musulmana, por lo que lo más lógico sea que su nombre tenga un origen árabe y no latino como se ha venido afirmando tradicionalmente (bullae = burbujas, por la notable presencia de fuentes en sus tierras).

A mediados del siglo XIII tiene lugar la conquista del Reino de Murcia por las tropas castellanas. Y es en este momento cuando aparece por primera vez mencionado el nombre de Bullas, en un documento fechado el 22 de julio de 1254 por el que se cede a Mula el castillo de Bullas. Unos años después sería entregada, junto con Caravaca y Cehegín, a la Orden del Temple. Bajo el dominio templario tuvo lugar la única batalla recogida en las crónicas que acaeció en Bullas. Alí Mohamed, procedente de Huéscar, atacó la fortaleza de Bullas obligando a huir al comendador Bermudo Menéndez. Este hecho es recreado, aunque de una forma peculiar y popular, durante la Fiesta de Santiago en la Torre del Reloj cada mes de julio.

En el siglo XIV, tras la extinción del Temple, Bullas y el resto de la comarca pasan al dominio de la Orden de Santiago, a quien pertenecería durante casi 600 años.

En 1347 el castillo de Bullas se hallaba en ruinas. Ruy Chacón, comendador de Caravaca, presenta un proyecto para reconstruirlo en un plazo de tres años. Pero todo quedó en agua de borrajas ya que al año siguiente se produjo la terrible epidemia de peste que diezmó la población de Europa entera. Bullas quizás ya estaba despoblada, pero el abandono de aquel proyecto de reconstrucción condenó al castillo a permanecer como un montón de ruinas durante más de dos siglos. En 1398 se dividirían las tierras de Bullas entre Cehegín y Mula, y en 1444 Bullas pasaría definitivamente a pertenecer a la villa de Cehegín.

El Siglo XVII. El renacimiento de Bullas
Bullas permaneció como un despoblado hasta finales del siglo XVI. Sus tierras pertenecían a propietarios cehegineros. Poco a poco, el entorno del viejo recinto medieval se fue repoblando, ya que los labradores preferían vivir cerca de las tierras que trabajaban. Los nuevos pobladores construyeron sus viviendas sobre las ruinas del castillo (razón de la inexistencia actual de la antigua fortaleza). A mediados del siglo XVII, los varios centenares de habitantes de Bullas comenzaban a darse cuenta de las desventajas de todo tipo que suponía pertenecer a Cehegín, distante tres leguas.

Los primeros movimientos secesionistas se produjeron en el terreno religioso. La ermita de San Antón, primer templo cristiano de la localidad no contaba con la asistencia continua de un sacerdote, que debía venir de Cehegín. En 1664 se consigue la ansiada independencia religiosa, con la instalación de una pila bautismal en la ermita (la famosa "pila robá", llamada así porque varios bullenses se apoderaron de ella cuando estaba "secuestrada" por las autoridades cehegineras contrarias a la autonomía religiosa de Bullas). Estos hechos serían el preludio de la independencia política, cuyos trámites se iniciaron en diciembre de 1685.

Tras el notable esfuerzo que supuso el pago a la Corona de 34.832 reales y 12 maravedíes, el rey Carlos II, "el Hechizado", concedió el privilegio de villazgo a Bullas el 19 de diciembre de 1689, que se haría efectivo el 17 de junio de 1690 cuando el juez José de Berzosa se presentó en Bullas procedente de Madrid.

Dos días después se constituyó el primer Ayuntamiento, que se reunió en la Plaza Vieja. Seguidamente se elaboró el vecindario y se delimitó el término. La aldea de La Copa pidió ser incluida en estos límites, uniendo así sus destinos a los de Bullas. La andadura del nuevo municipio se iniciaba sin más riqueza que unas pocas tierras y el trabajo de sus humildes gentes.

El siglo XVIII
Los años siguientes a la independencia municipal supusieron momentos de gran dinamismo para la nueva villa. Es un tiempo de crecimiento económico sin demasiados conflictos que alteraran el desarrollo de la localidad.

El entramado urbano comenzó a expandirse rápidamente, así como su población. Pronto se acometió la construcción de los edificios importantes que el pueblo necesitaba. Primero fue la iglesia, que vendría a sustituir a la vieja ermita de San Antón. En 1723 se finalizó el templo parroquial que sería puesto bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario tras ser elegida democráticamente por las gentes de Bullas. Años más tarde se procedería a construir el matadero, el pósito, el ayuntamiento y la cárcel.

El siglo XIX
La nueva centuria dio comienzo con la remodelación de la iglesia parroquial que le daría su imagen actual presidida por su vistosa torre. No fue ésta una época fácil para los habitantes de Bullas, que se vieron afectados por diversas epidemias a lo largo de todo el siglo. De tercianas en 1802 y 1817, de disentería infantil en 1821, de cólera en 1855 y 1885. Éstas diezmaron a la población bullense que poco podía hacer ante ellas en medio de la miseria generalizada.

También fueron frecuentes los conflictos por el agua del río Mula con la localidad del mismo nombre, que provocaron más de un pleito y algún que otro enfrentamiento. En otro orden de cosas, se dejaron de pagar los diezmos a la Orden de Santiago en 1841. El siglo acabó con la plaga de filoxera que devastó los viñedos de la comarca suponiendo un verdadero problema para la economía local.

Pero fue el XIX también fue una época de grandes proyectos públicos. La oligarquía local, con apellidos como Carreño, Melgares y Marsilla, fueron los encargados de llevarlos a cabo. No es de extrañar dado que ellos eran los que controlaban el Ayuntamiento, tenían los medios para hacerlo y a posteriori ellos mismos se convertían en los principales beneficiarios de los mismos.

El actual cementerio (que vino a sustituir al antiguo del Paraíso) fue construido en 1885. El lavadero público se levantó en 1894 mientras que las conexiones telefónica y telegráfica son de 1897. La luz eléctrica llegaría a Bullas en 1900. En ese mismo año tuvo lugar la construcción de la Torre del Reloj, dirigida a regular las tandas de riego de la cercana huerta.

El siglo XX
Bullas fue arrastrada durante el siglo XX por los mismos avatares y convulsiones que vivió el resto de España. Durante el primer tercio se asistió a una cierta estabilidad social y económica.

La llegada de la Segunda República en 1931 comenzó a dejar ver la polarización política a la que se veía abocada Bullas junto con el país entero. La situación se desbordó tras el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936. Bullas quedó en la zona republicana, y así seguiría hasta el final del conflicto. Los hombres jóvenes marcharon al frente. Más de 200 bullenses perecieron durante la contienda. El fragor revolucionario incautó sus propiedades a los terratenientes y destruyó el ajuar del templo parroquial, aunque en líneas generales la vida en la localidad se desarrollaba en medio de una calma tensa.

La llegada de la dictadura franquista supuso un momento inicial de represión a los sectores que habían colaborado con la República y la vuelta a los valores tradicionales, renaciendo el fervor religioso. Eran los "años del hambre", una dura época dominada por la escasez. A partir de los años 50 se percibió una mejoría, en gran medida al inicio de la emigración que se generalizaria en los 60. Barcelona, Madrid, Vizcaya, Francia y Alemania recibirían gran número de trabajadores bullenses Esa década saludaría también el inicio de la actividad de la industria agroalimentaria que vino a diversificar un poco más una economía todavía basada en la agricultura.

El callejero comenzó a multiplicarse, desbordándose los límites urbanos con el nacimiento de nuevos barrios. El último tercio del siglo, el del retorno a la democracia en España, ha supuesto un desarrollo de Bullas en todos los aspectos. La construcción se ha convertido en uno de los motores de la actividad económica y la educación media y superior se ha extendido considerablemente. Nuevas infraestructuras han modernizado Bullas. El pueblo que fue emigrante en los 60 comenzó a ver a finales de los 90 cómo se instalaban en él gentes procedentes de otros lugares del mundo, especialmente de Ecuador, en busca de un mejor futuro.



Lugares de Interes de Bullas

Dotada con una belleza paisajista sin igual, que se caracteriza por una relativa abundancia de agua, y por sus paisajes forestales así como por su característico espíritu de pueblo de interior murciano, Bullas es un destino turístico de primer orden del denominado turismo rural. Destacan entre actividades, establecimientos y lugares de interés:

Camping «La Rafa»
Casas rurales
El Pasico Ucenda
La Vaera de los Chorros
El Salto del Usero
El Castellar
Atalayas
Pico de la Selva
La Lavia
El Molar

Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario
Torre del Reloj
Casa de la Cultura (Casa de los Melgares)
Restos del antiguo Castillo de Bullas
Plaza Vieja
Casa de los Carreño
Casa de Don Blas Rafael Marsilla
Bodega de la calle de la Balsa




Gastronomia de Bullas

Potaje de hojas,
Rin-ran,
Ajoharina,
Olla
Chamorro,
Gachas migas
Arroz con conejo y caracoles serranos
Gurrullos
Torrijas
Vino




Fiestas de Bullas

Asimismo se celebra cada primer domingo de mes en la Plaza Vieja de esta localidad un mercadillo denominado El Zacatín, un mercadillo tradicional, donde el visitante encontrará productos artesanales de calidad propios de la localidad de Bullas.

Cabe decir también que uno de los acontecimientos más esperados en esta localidad del noroeste murciano son las fiestas en honor a la Santísima patrona de Bullas, la Virgen del Rosario. En la Iglesia parroquial, se rezan cánticos en honor a ella y, para los más pequeños, toda una semana con tres músicos muy populares y uno en especial: "El tío de la pita" en el que es costumbre acompañarlo con los "cabezuos" o asistiendo a diferentes centros educativos.

Tales Fiestas de Bullas vienen acompañada con la Fiesta del Vino, que ya está siendo costumbre desde hace un tiempo y por supuesto, las atracciones feriales, actividades culturales y las diversas programaciones musicales que se llevan a cabo.

Se celebran cada año a partir del primer viernes de octubre, precisamente cuando la vendimia llega a su fin en está tierra vinicola por excelencia.






Ayuntamiento de Bullas
Pza. de España, 2
30180 - Bullas (Murcia)
Tel: 968 652031
E-mail: ayuntamiento@bullas.es
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