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Tras la conquista romana, el auge económico que experimentó el Valle del Guadalquivir, sobre todo a partir del S. I D. C. , fue espectacular. En las riberas del Guadalquivir y del Genil han aparecido restos de numerosos alfares, embarcaderos, grandes explotaciones agrícolas, restos cerámicos, etc.
Tras la caída del reino visigodo, en el año 711, se produce la invasión musulmana. La zona de Palma del Río quedó encuadrada dentro de la Cora de Córdoba. En sus tierras, se asentó una tribu procedente de Túnez, los Al-Sadif, lugar de donde este pueblo cogió el nombre. En el año 855, aparece por primera vez documentada la existencia de Palma como núcleo urbano de muy reducidas dimensiones; recibe el nombre de Balma. Paulatinamente este núcleo de localidad fue desarrollándose.
En el S. XI sería construida la Alcazaba o castillo, de cuya existencia quedan los restos de los torreones que la componían. En el S. XII se construyó la Muralla, para defender al pueblo de las cada vez más frecuentes incursiones cristianas. En 1241, las tropas cristianas al mando de Don Alfonso, Infante de Molina, por orden de su hermano Fernando III, conquistaron Palma; no obstante, un número alto de sus antiguos habitantes continuó viviendo aquí. Desde el tiempo de la conquista, perteneció Palma a la Orden del Templo, la cual habiendo sido extinguida en 1312, se incorpora a la corona. En 1342 el pueblo pasa a ser señorío de los Bocanegra, familia procedente de Génova, merced hecha por el rey Alfonso XI a Micer Egidio Bocanegra, Almirante de Castilla, en reconocimiento por los servicios militares prestados.
A mediados del S. XIV se establece en Palma del Río una aljama mudéjar, con moros procedentes de la población castellana de Gumiel, que gozará de una Carta de Privilegio y que a mediados y finales del S. XV acabará siendo la más numerosa de las comunidades de Andalucía, al contar con unas 120 familias, frente a las 40 ó 45 de Córdoba y Sevilla, y la menor de La Algaba. En 1473 se produce una emigración de conversos judíos cordobeses a Palma del Río, tras los asaltos producidos en Córdoba. Palma contaba a principios y mediados del S. XV con una importante localidad de judíos y conversos hasta su expulsión en 1492.
En 1483 fue atacada por los musulmanes, siendo estos vencidos por los habitantes de Palma, mandados por Don Luis Portocarrero, Señor de Palma. Los musulmanes, para franquear la entrada de la ciudad, prendieron fuego a una puerta, que desde entonces se denominó del Arquito Quemado. En 1507 el Señorío pasa a ser Condado, siendo el primer Conde de Palma Luis Portocarrero. Por estas fechas se abandonó el castillo como residencia habitual y se construyó, dentro del recinto amurallado, el Palacio de los Condes.
En 1675 Palma del Río tenía 2.500 vecinos. Un S. más tarde, en 1774, no llegaba apenas a los 1.000 vecinos. En 1840 el pueblo contaba con 625 casas, 41 calles, una plaza mayor y 4 plazuelas, y unos 5.000 habitantes, muchos de los cuales habitaban en el diseminado. Con fecha 31 de Enero de 1888, la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena, concede el título de Ciudad a Palma del Río.
Tras la caída del reino visigodo, en el año 711, se produce la invasión musulmana. La zona de Palma del Río quedó encuadrada dentro de la Cora de Córdoba. En sus tierras, se asentó una tribu procedente de Túnez, los Al-Sadif, lugar de donde este pueblo cogió el nombre. En el año 855, aparece por primera vez documentada la existencia de Palma como núcleo urbano de muy reducidas dimensiones; recibe el nombre de Balma. Paulatinamente este núcleo de localidad fue desarrollándose.
En el S. XI sería construida la Alcazaba o castillo, de cuya existencia quedan los restos de los torreones que la componían. En el S. XII se construyó la Muralla, para defender al pueblo de las cada vez más frecuentes incursiones cristianas. En 1241, las tropas cristianas al mando de Don Alfonso, Infante de Molina, por orden de su hermano Fernando III, conquistaron Palma; no obstante, un número alto de sus antiguos habitantes continuó viviendo aquí. Desde el tiempo de la conquista, perteneció Palma a la Orden del Templo, la cual habiendo sido extinguida en 1312, se incorpora a la corona. En 1342 el pueblo pasa a ser señorío de los Bocanegra, familia procedente de Génova, merced hecha por el rey Alfonso XI a Micer Egidio Bocanegra, Almirante de Castilla, en reconocimiento por los servicios militares prestados.
A mediados del S. XIV se establece en Palma del Río una aljama mudéjar, con moros procedentes de la población castellana de Gumiel, que gozará de una Carta de Privilegio y que a mediados y finales del S. XV acabará siendo la más numerosa de las comunidades de Andalucía, al contar con unas 120 familias, frente a las 40 ó 45 de Córdoba y Sevilla, y la menor de La Algaba. En 1473 se produce una emigración de conversos judíos cordobeses a Palma del Río, tras los asaltos producidos en Córdoba. Palma contaba a principios y mediados del S. XV con una importante localidad de judíos y conversos hasta su expulsión en 1492.
En 1483 fue atacada por los musulmanes, siendo estos vencidos por los habitantes de Palma, mandados por Don Luis Portocarrero, Señor de Palma. Los musulmanes, para franquear la entrada de la ciudad, prendieron fuego a una puerta, que desde entonces se denominó del Arquito Quemado. En 1507 el Señorío pasa a ser Condado, siendo el primer Conde de Palma Luis Portocarrero. Por estas fechas se abandonó el castillo como residencia habitual y se construyó, dentro del recinto amurallado, el Palacio de los Condes.
En 1675 Palma del Río tenía 2.500 vecinos. Un S. más tarde, en 1774, no llegaba apenas a los 1.000 vecinos. En 1840 el pueblo contaba con 625 casas, 41 calles, una plaza mayor y 4 plazuelas, y unos 5.000 habitantes, muchos de los cuales habitaban en el diseminado. Con fecha 31 de Enero de 1888, la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena, concede el título de Ciudad a Palma del Río.
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