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La Ciudad Sant Cugat Del Valles
El término de Sant Cugat del Vallès se encuentra situado en el extremo meridional de la comarca del Vallès Occidental, limitando con las comarcas de Baix Llobregat y Barcelonés. Se extiende por la vertiente noroccidental de la sierra de Collserola, hasta el inicio de la depresión del Vallès.
Sus límites se establecen entre el municipio de Rubí al noreste, Cerdanyola a levante, Sant Quirze del Vallès al norte, Barcelona al suroeste y Molins de Rei y Papiol a poniente.
Sant Cugat del Vallès se encuentra a 124 metros de altitud, comprende una superficie de 48,32 km2. y tiene una población, según el padrón municipl rectificado a 1 de enero de 1996, de 47.104 habitantes. La densidad es de 974,25 hab./km2. Ocupa, por zonas urbanas o urbanizadas, unos 16 km2. y unos 18 km2. corresponden a bosque, principalmente de pinos y encinas, localizado, sobre todo, en sector montañoso.
El clima es básicamente mediterráneo, de fuertes calores y lluvias escasas. En Sant Cugat las temperaturas son algo más frescas que en Barcelona, tanto en invierno como en verano, porque su alejamiento del mar produce un mayor enfriamiento del aire durante las noches. La temperatura media anual es de 14,2º C, el mes de agosto de 22,9ºC y el de enero de 6,2ºC. La lluviosidad es de 600 mm. aproximadamente. Las lluvias estivales son abundantes a causa de la formación de grandes nubes y tempestades en las sierras del litoral y pre-litoral. La humedad del aire es importante en la sierra de Collserola, por lo que son frecuentes los días de invierno en que la niebla cubre el municipio.
Hidrográficamente comprende la cabecera de la Riera de Sant Cugat, que nace en las vertientes de la sierra (en la fuente del Rabassalet), recorre la villa, atraviesa el término de Cerdanyola y afluye en el río Ripoll, que pertenece a la cuenca del Besós. Por otra parte se drena también por la Riera de Rubí y por la de Vallvidrera, que desemboca por Molins de Rei, ambas forman parte de la cuenca del Llobregat.
Historia de Sant Cugat del Valles
DEL CASTRUM OCTAVIANUM AL ABAD OT
Los inicios del monasterio de Sant Cugat hay que buscarlos en una antigua fortificación romana: el "Castrum Octavianum". En el lugar donde la tradición sitúa el martirio de San Cugat y de sus compañeros, se levanta una pequeña construcción conmemorativa de carácter funerario, situada dentro de lo que hoy es el patio del claustro. Durante las excavaciones realizadas entre 1931 y 1936 se encontró su estructura, muy pequeña, casi de planta cuadrada, con unas cavidades interiores destinadas a enterrar a los mártires. A su lado se construyó un aula rectangular en el siglo V. En época visigótica, se añadió un ábside con planta interior de herradura y el exterior poligonal. Probablemente entonces había ya una comunidad monástica. Se cree que los árabes destruyeron el monasterio y que fué restaurado poco después de la conquista de Barcelona, en el año 801.
Sus límites se establecen entre el municipio de Rubí al noreste, Cerdanyola a levante, Sant Quirze del Vallès al norte, Barcelona al suroeste y Molins de Rei y Papiol a poniente.
Sant Cugat del Vallès se encuentra a 124 metros de altitud, comprende una superficie de 48,32 km2. y tiene una población, según el padrón municipl rectificado a 1 de enero de 1996, de 47.104 habitantes. La densidad es de 974,25 hab./km2. Ocupa, por zonas urbanas o urbanizadas, unos 16 km2. y unos 18 km2. corresponden a bosque, principalmente de pinos y encinas, localizado, sobre todo, en sector montañoso.
El clima es básicamente mediterráneo, de fuertes calores y lluvias escasas. En Sant Cugat las temperaturas son algo más frescas que en Barcelona, tanto en invierno como en verano, porque su alejamiento del mar produce un mayor enfriamiento del aire durante las noches. La temperatura media anual es de 14,2º C, el mes de agosto de 22,9ºC y el de enero de 6,2ºC. La lluviosidad es de 600 mm. aproximadamente. Las lluvias estivales son abundantes a causa de la formación de grandes nubes y tempestades en las sierras del litoral y pre-litoral. La humedad del aire es importante en la sierra de Collserola, por lo que son frecuentes los días de invierno en que la niebla cubre el municipio.
Hidrográficamente comprende la cabecera de la Riera de Sant Cugat, que nace en las vertientes de la sierra (en la fuente del Rabassalet), recorre la villa, atraviesa el término de Cerdanyola y afluye en el río Ripoll, que pertenece a la cuenca del Besós. Por otra parte se drena también por la Riera de Rubí y por la de Vallvidrera, que desemboca por Molins de Rei, ambas forman parte de la cuenca del Llobregat.
Historia de Sant Cugat del Valles
DEL CASTRUM OCTAVIANUM AL ABAD OT
Los inicios del monasterio de Sant Cugat hay que buscarlos en una antigua fortificación romana: el "Castrum Octavianum". En el lugar donde la tradición sitúa el martirio de San Cugat y de sus compañeros, se levanta una pequeña construcción conmemorativa de carácter funerario, situada dentro de lo que hoy es el patio del claustro. Durante las excavaciones realizadas entre 1931 y 1936 se encontró su estructura, muy pequeña, casi de planta cuadrada, con unas cavidades interiores destinadas a enterrar a los mártires. A su lado se construyó un aula rectangular en el siglo V. En época visigótica, se añadió un ábside con planta interior de herradura y el exterior poligonal. Probablemente entonces había ya una comunidad monástica. Se cree que los árabes destruyeron el monasterio y que fué restaurado poco después de la conquista de Barcelona, en el año 801.
Ostofredo es el primer abad que se cita en un precepto de Luis el Tartamudo el año 878, otorgado en la catedral de Barcelona. De este momento no se tienen datos suficientemente claros como para saber cómo era la edificación; lo que sí se ha comprobado es que había un reaprovechamiento de antiguas estructuras, en este caso de época visigótica y anteriores.
A principios del siglo X, el cenobio empezó a aumentar sus posesiones, éstas se extendían desde el Montseny hasta el Penedès. El abad Donadéu obtiene tierras e iglesias en el valle del castillo de Cervelló y en Anoia. Además, los abades de Sant Cugat participaron en importantes acontecimientos sociales, consagraciones y ejecuciones testamentarias.
También crearon o impulsaron pequeños centros de tipo monacal en Santa Creu de Cervelló en el año 914, en Santa María de Castelldefels en el 966 y en Sant Llorenç de Munt hacia 970, aunque ninguno prosperó, excepto Sant Llorenç de Munt, entrado ya el siglo XI.
El abad Gomar, documentado el año 939, gestionó ante la corte de Francia la obtención de preceptos para Sant Cugat y para el monasterio de Ripoll conjuntamente.
Con la incursión de Al-Mansur en 985, el monasterio tampoco escapó de los destrozos. Fué entonces elegido abad el levita Ot, más tarde obispo de Girona. Ot obtendrá para Sant Cugat un diploma de confirmación de bienes del rey franco Lotario (986), y una bula del papa Silvestre II en 1002, por la cual el monasterio pasa a depender directamente de Roma. Con este abad se inició la reorganización y reconstrucción del cenobio.
Entre los años 1006 y 1012, un maestro de obras, Fedancio, se tituló arquitecto. Según los documentos, éste proyectó una nueva obra de la cual hoy quedan pocos elementos.
En las postrimerías del siglo XI, el conde Berenguer Ramón II el Fraticida, sujetó el monasterio al de Sant Ponç de Tomieres, en Provenza, el abad del cual, Frotardo, ocupó el cenobio santcugatense. Los monjes disconformes fueron expulsados. El obispo de Barcelona reaccionó alegando la sujeción inicial del monasterio de Sant Cugat al poder diocesano. Se ampliaron entonces las propiedades del monasterio con la sujeción a Sant Cugat de los monasterios de Santa Cecilia de Montserrat, Sant Llorenç de Munt con el priorato de La Llacuna, Sant Pau del Camp, Sant Salvador de Breda, Sant Pere de Clarà y el priorato de La Font-Rúbia o del Coll, cerca de Barcelona.
Durante estos años, los problemas internos en la abadía no debieron permitir la realización de nuevas obras, no obstante hay un acta de consagración del altar de la Virgen a la iglesia del monasterio, que data de 1099.
UN NUEVO MONASTERIO
Hasta mediados del siglo XII no se iniciaron las obras de construcción del nuevo monasterio. Las transformaciones quizá fueron fruto del crecimiento económico y del papel político que conoció durante estos años el cenobio.Entonces se amplió la iglesia y la obra continuó hasta el año 1337, en que se concluyó la fachada principal. Esta misma riqueza hizo que se estableciera la división de bienes y propiedades con independencia administrativa y se crearan cuatro lotes de bienes o pavordías. Paralelamente, entre los años 1247 y 1251 se acabó reconociendo la autoridad total del obispo sobre el monasterio. El resultado era poco favorable para Sant Cugat y la vida benedictina.
En 1350, un hecho interno tuvo mucha resonancia. Berenguer de Saltells asesinó al abad Biure en nochebuena por un problema de propiedades del monasterio. El abad sucesor de Biure, Pere Busquets, de acuerdo con las disposiciones del rey PereIII, rehízo las fortificaciones del monasterio, con torres de planta hexagonal. También levantó el edificio del archivo, uniendo el palacio abacial con la iglesia. Durante su abaciado (1351-1385) se ve el último gran momento importante del monasterio. Con él finalizó la elección directa del abad por parte de los miembros de la comunidad. Sant Cugat interviene también en la Congregación Claustral Tarraconense, surgida después de 1219 del Concilio de Letrán en el que Pere Busquets tuvo un papel esecial.
Tras este resurgimiento, podemos hablar del inicio de la crisis, a pesar de que la comunidad mantenía algunas actividades interesantes. Así, en 1461 funcionaba un taller de imprenta durante el abaciado de Antoni Alemany.
En el siglo XVI el capítulo pidió que fueran admitidos como novicios únicamente los hijos de nobles y caballeros. El monasterio necesitaba entonces dinero para reparar las murallas, lo cual pretendía hacer con el dinero del pueblo; el emperador acabó por sentenciar que el pueblo hiciera la obra, pero había que pagar el coste del monasterio.
Entre 1573 y 1589 se construyó la galería toscana que hace las veces de atrio del claustro, y se levantó el piso superior del claustro del mismo estilo, obra atribuída a Cristòfor Roguer.
LA CAÍDA
En 1705, durante la guerra de sucesión, el monasterio fue ocupado por las tropas de Felipe V, y los desperfectos que ocasionaron fueron reparados por el abad Josep Llupià en 1736.
El abad Bonaventura de Gayolà (1746-1782) amplió el monasterio, acabó el campanario, enyesó la iglesia y construyó la nueva sala capitular en el ala norte del claustro. En 1782 el abad Azara mandaba hacer el muro de la huerta y el jardín botánico y el abad J. Gregori del Montero, en 1798 reformó el presbiterio con las actuales balaustradas de mármol.
En 1835 un grupo de vecinos de la zona asaltó e incendió el monasterio. A partir de aquí el pillaje y la Desamortización completaron la ruina del cenobio.
El monasterio fue abandonado hasta el año 1851, cuando la Comisión Central de Monumentos Históricos, a través de su delegación en Barcelona, inicia su restauración. Parece ser que las obras fueron realizadas por Elies Rogent.
... Y LA RECUPERACION
En 1931 el monasterio fue declarado Monumento Histórico-Artístico, por decreto común de 3 de junio y, poco después, el Servicio de Monumentos de la Generalitat de Catalunya inició más obras de restauración bajo la dirección del arquitecto Jeroni Martorell. Paralelamente, bajo la dirección del profesor Bosch i Gimpera empezaron las excavaciones del claustro.
Tras la guerra civil se creó un Patronato del Monaterio. La Diputación también realizó algunas obras durante el tiempo en que fue jefe de servicio el arquitecto Camil Pallàs.
Durante los años 80, se llevaron a cabo obras de restauración a cargo del arquitecto J. Ambrós, del Departamento de Cultura de la Generalitat. En 1981 se instaló en el claustro el Centro de Restauración de Bienes Muebles de la Generalitat de Catalunya.
Ultimamente, entre 1993 y 1994, se han realizado importantes obras de restauración y excavación de varias zonas del monumento que han dado como resultado la determinación del perímetro de la antigua muralla romana y el hallazgo de una escalera interior (s.XII) que recorre uno de los ábsides de la iglesia.
LA VILLA DE SANT CUGAT
A pesar de que la importancia del monasterio a menudo ha eclipsado su historia, a partir de la abadía fue creándose un núcleo habitado, compuesto principalmente por campesinos que labraban las posesiones monacales más próximas. Este núcleo de población estaba asentado en torno a la iglesia parroquial de Sant Pere d'Octavià (iglesia románica construída donde actualmente se encuentra el mercado de Pere San, y que entre 1993 y 1994 ha celebrado el milenario de su existencia) y se separaba del monasterio por lo que se conocía como "era dels monjos" (actual plaza Octavià).
La villa de Sant Cugat contaba, también, con una numerosa población dispersa que habitaba las masías que se repartían por los alrededores del término. Las grandes dimensiones de esta población la demuestra la existencia, durante la edad media, de siete parroquias en todo el actual tèrmino de Sant Cugat.
Hasta bien entrado el siglo XX, Sant Cugat siguió siendo eminentemente agrícola, dedicado principalmente al cultivo de la viña. En 1921 se construyó el Celler Cooperatiu para recoger las grandes producciones de uva y vino. En cuanto a la industria, a finales del siglo XIX se instalaron las primeras factorías de ladrillos, tipología industrial en la que Sant Cugat destacará durante mucho tiempo.
En 1917, la línea de ferrocarril que iba de Barcelona a Les Planes se alarga hasta Sant Cugat. Pronto, Sant Cugat fue uno de los parajes preferidos por los barceloneses como lugar de veraneo. La afluencia de veraneantes impulsó la urbanización de zonas de bosque como la de la carretera de Barcelona, Valldoreix...La riqueza boscosa del término la evidencia el hecho de que, durante la guerra civil, le fue cambiado el nombre a la población, la cual pasó a llamarse Pins del Vallès.
En los años 60, la fisonomía de Sant Cugat del Vallès comienza a cambiar de forma acelerada. La instalación de industrias y fábricas propicia la legada de muchos emigrantes. La urbanización se extendió por la carretera de Cerdanyola, el barrio de Sant Francesc, Mira-sol...
En el año 1978 la villa de Sant Cugat fue elevada a la categoría de ciudad. La situación geográfica -muy cercana a la capital pero rodeada de las colinas de la sierra de Collserola- y la esplèndida red viaria que comunica la ciudad con toda Catalunya y Europa, han impulsado el desarrollo de la ciudad, que se materializa con la ubicación en el término municipal de un buen número de empresas de alta tecnología y de equipamientos culturales, financieros, de servicios y de enseñanza superior.
Gastronomia de Sant Cugat del valles
Sant Cugat proposa, amb els restauradors de la ciutat, una oferta gastronòmica medieval basada en els plats del Costumari del s. XIII del Monestir de Sant Cugat.
La ruta gastronòmica recull receptes originals adaptades a la cuina actual pel prestigiós gastrònom Jaume Fàbrega, historiador i professor de Gastronomia de l'Escola de Turisme i Direcció Hotelera de la UAB.
Lugares de Interes de Sant Cugat del Valles
El Monasterio es la joya arquitectónica de Sant Cugat, pero el patrimonio arquitectónico de Sant Cugat va más allá.
El pasado agrícola y rural de la ciudad queda reflejado en las numerosas masías que todavía se pueden encontrar en el municipio. El conjunto monumental e histórico también queda patente en ermitas de gran tradición.
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El Monasterio Edificios catalogados Ermitas de Sant Cugat Masías de Sant Cugat Capiteles del Monasteri.
Fiestas en Sant Cugat del valles
Sant Cugat es una ciudad rica en fiestas y tradiciones. Los Tres Tombs, Sant Medir, Las "caramelles", la Fiesta del Libro Gigante, Sant Ponç, la Fiesta Mayor o la Fiesta de Otoño son algunas de las fiestas más significativas del municipio.
Próximas fiestas en Sant Cugat
FIESTAS EN LA CIUDAD
La Castañada
Es una fiesta tradicional ligada a la festividad de Todos los Santos (1 de noviembre). En los últimos años se ha recuperado la tradición de la venta de castañas tostadas en la calle y han proliferado los puestos de este producto
Fiesta de Otoño
Es una fiesta que se celebra desde 1976 y que está organizada por las entidades de la ciudad, bajo un lema diferente cada año, generalmente reivindicativo. Reúne todo tipo de entidades y asociaciones que muestran sus actividades y creaciones a los ciudadanos. Tiene lugar el primer fin de semana de noviembre.
Ferias
lo largo de todo el año se celebran en la ciudad numerosas ferias con la participación masiva de los santcugatenses.
Calendario de ferias de 2005:
FERIA DE ARTESANÍA (Feria de Reyes): 2, 3 y 4 de enero (presentación instancias hasta 30 de noviembre de 2004).
ROMERÍA DE SANT MEDIR: 3 de marzo (presentación instancias hasta 18 de febrero de 2005).
"DIADA" DE SANT JORDI: 23 de abril (presentación de instancias hasta el 8 de abril de 2005).
FERIA DE SANT PONÇ: 14 de mayo (presentación de instancias hasta el 22 de abril de 2005).
FERIA ARTESANA DE VERANO: 26 de junio (presentación solicitudes hasta el 10 de junio de 2005).
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