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Jamilena - Jaen


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Jamilena puerta del calatravo


Jamilena Antigua
















Jamilena es un municipio de la provincia de Jaén (España), situado en la Comarca Metropolitana de Jaén.


Jamilena pertenece al Partido Judicial de Martos y está a una distancia de 16 km de la ciudad de Jaén. Los municipios limítrofes con Jamilena son Martos, Torredonjimeno, Torredelcampo y Los Villares.

Su término municipal posee unos 8,99 km². Su población es de 3.501 habitantes (INE 2007) y en su mayoría está dedicada al trabajo del cultivo y recoleción de la aceituna. Pero, debido a la estacionalidad de esta labor, la mayoría está dedicada a la manipulación del ajo y al trabajo en el sector del metal y la construcción. En el término existent también varias explotaciones mineras, entre las que destaca la cantera de cemento que explota la empresa Holcim.

Distancia a Jaén: 16 km.
Población: 3.379 habitantes.
Altitud: 765 m.
Superficie: 9 km2.
Gentilicio: Jamilenense y jamilenudo.

Jamilena es el más pequeño de los municipios de la provincia y se sitúa en el extremo suroeste de la comarca de La Campiña, al pie de la Sierra de la Grana. Su reducido término municipal se divide en dos mitades: una serrana, dedicada a pastos, y otra ocupada por olivar. Precisamente el olivar, a pesar de su pequeña extensión, es la actividad económica principal debido al gran número de explotaciones que existen en los municipios limítrofes.

El otro gran producto de Jamilena, el ajo, no se cultiva en su término sino en otros de la provincia o del resto del país, aunque la conservación, manipulación, envasado y comercialización se realiza en la propia localidad y constituye una de las ocupaciones principales.




Historia de Jamilena

Prehistoria y Protohistoria
Los orígenes de Jamilena se remontan en torno a unos 2.500 años aproximadamente. La base en la que este dato se apoya es el descubrimiento en el año 1931 de una necrópolis y una serie de tumbas en el paraje conocido como la Dehesa, lugar en el que, según el informe de las excavaciones arqueológicas de ese año, se asentó un núcleo de iberos alrededor del siglo V a. C. Sin embargo, dicho asentamiento sería anterior a la Edad del Hierro o posterior, pero nunca ibérico.

Hasta el momento solo se conoce la necrópolis, pero probablemente el poblado no debe de estar muy lejos ya que toda esa zona es muy rica en yacimientos arqueológicos. Sin embargo, el hecho de que en dicho informe se cite la existencia de unos enterramientos en cavernas, tal vez se refiera a inhumaciones en cista semejantes a las que se pueden hallar en el yacimiento argárico de El Castellón Alto, de Galera (Granada).

No obstante, dicha necrópolis no es lo más antiguo que se conoce, ya que en el lugar conocido como El Calvario aparecieron una serie de puntas de flecha e instrumentos líticos que en opinión del arqueólogo franciscano, Alejandro Recio Veganzones, pertenecen al periodo paleolítico, concretamente a la industria solutrense.


Época romana
Si seguimos el curso de la Historia llegamos al siglo II a. C. donde nos encontramos con la figura del caudillo lusitano Viriato. De él nos hablan las fuentes antiguas y el autor del siglo XVIII, padre Alejandro del Barco, el cual en su obra Las Colonias Gemelas Reintegradas nos narra la derrota que Viriato sufrió de manos del general romano Q. Fabio Máximo Serviliano en las montañas cercanas a la ciudad de Tucci (Martos). Dicha derrota significó la pérdida de poder que Viriato tenía sobre los pueblos de este territorio y la conquista de éste por parte de los romanos.

Los romanos establecieron, al parecer, el nuevo poblado en una zona cercana al camino real, dígase de paso antigua calzada romana afluente de la vía que unía Écija con Cástulo. A partir de este momento se tiene información escasa y muy fragmentada.

De hecho sabemos algunos datos como la existencia de una serie de estructuras y varias lápidas con inscripciones romanas, en el lugar conocido como Roma la Vieja, además de diversos objetos esparcidos relacionados con el culto y la vida rutinaria hallados alrededor del término municipal, y la evidencia de que todo el territorio que separa Jamilena de Torredonjimeno está cubierto por más de una villa romana y otros restos arqueológicos de diferentes periodos. También existen evidencias de ocupación romana en el yacimiento de El Lagar, donde han aparecido varios restos de estructuras e inscripciones epigráficas.

La concesión por parte del Emperador Octavio Augusto (siglo I) del título honorífico de Colonia Augusta Gemella Tuccitana a la zona comprendida entre Martos (Tucci), Torredonjimeno y Jamilena, hizo que esta zona fuese un lugar donde se asentaron varios veteranos legionarios romanos. Sobre éste debate ya se habló en el siglo XVIII como lo demuestra la obra del padre Alejandro del Barco citada anteriormente. De época romana se conocen dos restos epigráficos, uno de ellos desaparecido.

El primero hace referencia a la lápida vista por Diego de Villalta en el siglo XVI, en la cual se hacía referencia al emperador Augusto. La segunda, aunque es originaria de Jamilena, actualmente se halla incrustada en los muros del convento de las dominicas de Torredonjimeno, y en esta lápida es donde aparece citada la colonia romana.

A esto hay que unirle la existencia de restos romanos en el paraje conocido como Haza de Roma o la propia morfología del barrio del Pilar, la cual apuntaría a la posible existencia de un foro romano. Por otro lado, existe un testimonio escrito del siglo III relativo a los asistentes al concilio de Elvira (Granada), donde se cita que junto al obispo de Tucci (Martos), le acompaña un presbítero llamado León de Gemella, el cual según algunos historiadores era originario de Jamilena.


Edad Media
Hasta el momento no se poseen muchos datos históricos y arqueológicos sobre la ocupación de los visigodos. Se sabe que cerca de Jamilena, en Torredonjimeno, fue hallado un extraordinario tesoro de dicho periodo. No obstante, las últimas investigaciones llevadas a cabo en las sierras cercanas a Jamilena han sacado a la luz interesantes conclusiones basadas en que durante este periodo se dio un proceso de ruralización en este territorio.

Así, se produjo un fenómeno semejante al incastellamento italiano, es decir el paso de zonas llanas a zonas de montaña. Dicho proceso de ruralización se ha interpretado como el abandono de las estructuras tardorromanas como consecuencia del hundimiento del Estado y la presión que éste y los nobles tenían sobre la población rural. De este modo, la población campesina se trasladó a zonas a pie de monte, como es el caso de la zona de sierra entre Jamilena y Torredelcampo.

Los diversos asentamientos tardorromanos que existían en el territorio continuaron ocupados hasta la llegada de los musulmanes en 711. Tras la conquista estos asentamientos pasaron a ser pequeñas alquerías que aprovechaban los numerosos manantiales que brotaban a los pies de los montes que configuran esta zona de montañas y sierras. Jamilena, rica en manantiales de agua, tenía uno característico, llamado actualmente río Cefrián, que iba desde El Hoyo (pozo–galería de construcción musulmana) pasando por los Baños de la Salvadora hasta las numerosas huertas de sus alrededores.

Al mismo tiempo, Jamilena se conformaba como uno de los núcleos rurales que se articulaban entre el antiguo camino que unía Yayyan (Jaén) y Tuss (Martos). Actualmente se considera que el resto más característico de la ocupación musulmana en Jamilena era el castillo construido en el siglo XIII y actualmente desaparecido. La función del castillo de Jamilena era doble, puesto que consistía en agrupar a la población campesina en caso de un ataque enemigo y en controlar y vigilar el camino entre Martos y Jaén, además de las distintas rutas serranas que conducían a Jaén.

Todo ello merced a la posición estratégica de este enclave en el territorio de frontera. Más tarde ese mismo castillo pasó a manos de la Orden de Calatrava tras la cesión de Martos y su territorio a los calatravos por parte del rey Fernando III, el Santo, el 8 de diciembre de 1228.

La cesión de dicho territorio supuso la creación en tierras de Jaén de la Encomienda calatrava de la Peña de Martos, a cual pertenecían otros pueblos, además de Jamilena, como Torredonjimeno, Higuera de Calatrava o Lopera, entre otros. En aquellos instantes Jamilena (ó Gimilena como aparece en la documentación de la época) era un lugar agrícola conformado por numerosas huertas irrigadas por numerosos manantiales y rodeada por varios montes.

Igualmente, durante el siglo XIII cristiano se levantó a extramuros de la población una ermita bajo la advocación de la Virgen de la Estrella. Al formar parte del vasto señorío de la Orden de Calatrava, la Encomienda de la Peña de Martos tenía varios bienes en el término de Jamilena, además del derecho al cobro de los diezmos. Dichos bienes eran una huerta llamada la huerta Palacio, un horno de pan cocer y otro de teja, un haza de tres olivos y otra haza debajo de la ermita de Valverde (Virgen de la Estrella), a lo que habría que unir el control de la explotación de las dehesas y los pastos.

Por otro lado, hubo un curioso acontecimiento que se desarrolló a lo largo de todo el periodo bajomedieval, el cual tenía que ver con los conflictos que surgieron en 1251 a raíz de la indefinición de términos entre las tierras del concejo de Jaén y las posesiones de los calatravos. Dichos conflictos se iniciaron a partir del amojonamiento que hizo Fernando III en este territorio, ratificado posteriormente por su hijo Alfonso X, y se extendieron hasta incluso la Edad Moderna.




Lugares de Interes de Jamilena

Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Natividad
Templo cuya construcción comenzó en el siglo XVI por mandato del emperador Carlos V. El trazado de la iglesia y las primeras obras corrieron a cargo del arquitecto Francisco del Castillo "El Mozo", discípulo del arquitecto italiano Jacopo Vignola. La iglesia fue terminada en el siglo XVII por Juan Sequero de la Matilla.

La iglesia parroquial de Jamilena es un templo que sigue muy bien el modelo propuesto por Vignola para la iglesias jesuíticas, es decir nave única con capillas hornacinas a los lados.


Ermita de San Francisco
Ermita mandada construir por Felipe Martínez Garrido, rico propietario de Jamilena, en la década de 1910. La ermita de San Francisco es una ermita de clara volumetría, cuya portada y trazado están inspirados en el barroco tardío hispanoamericano.

Su arquitectura toma como principales referencias algunas construcciones realizadas en la ciudad de Andújar durante el primer tercio del siglo XX. Dentro de ella se guardan varios lienzos de gran valor entre los que destaca una cuadro del siglo XVII donde se representa al franciscano San Francisco Solano. Dicho cuadro es el único lienzo que sobre este santo cordobés se halla en la provincia de Jaén.


Casas regionalistas de la calle Llana
Grupo de casas construidas en el primer tercio del siglo XX que destacan por su volumetría y ornamentación interior y exterior. La primera casa sita en el nº 14 es un edificio que empezó a construirse en la década de 1910 a la par que la ermita de San Francisco de Jamilena.

Dicha casa, atribuida al arquitecto José Corbellá Pené pertenecía a la familia Martínez y tomó como principal referente la casa de la familia Espejo de la ciudad de Andújar con la cual habían emparentado los Martínez. Otra casa sita en el nº 9 de la calle Llana es la mandada construir por Julio Martínez Román hacia 1928 donde se ven influencias regionalistas, al igual que en la otra casa sita en el nº 13 de dicha calle construida en 1905.


Ayuntamiento
Su construcción data de 1887, según proyecto del arquitecto asentado en Jaén, Justino Flórez Llamas. Así mismo, se construyó sobre los solares anteriormente ocupados por la antigua cárcel, las casas consistoriales y un horno de pan, que tuvo que derribarse para que el solar donde iba a edificarse el nuevo Ayuntamiento fuese más amplio.

Desde entonces y hasta el momento, se sitúan allí las dependencias municipales y el juzgado de paz. Dicho edificio municipal sufrió varias reformas y modificaciones a finales de la década de 1960.


Baños de la Salvadora
Restos arqueológicos de unos baños al parecer de época árabe, aunque algunos investigadores dicen que pueden ser romanos, en los que encontramos una serie de baños circulares con escalera de acceso. Estas aguas son medicinales.


Fuente Mayor
Fuente situada junto a la ermita de San Francisco la cual se encargaba de abastecer de agua al municipio y servía como abrevadero y lavadero municipal. La actual es de 1980 y se construyó sobre la antigua, realizada en 1713. Sin embargo, está documentada la existencia de esta fuente desde el siglo XVI.


Barrio del Pilar
Una de las calles más antiguas y características de Jamilena. Su trazado hace pensar que tiene como origen un foro romano, aunque el edificio más destacado de dicha calle lo constituía el desaparecido castillo de Jamilena. Dicho castillo fue construido en el siglo XIII por los musulmanes y construyó un punto de control y defensa del territorio que lo rodeaba.


El Calvario
Paraje donde se encuentran los primeros asentamientos humanos em Jamilena, los cuales datan del periodo paleolítico. En dicho paraje nos encontramos con números restos líticos de la industria solutrense, una cantera lítica, restos megalíticos y una necrópolis calcolítica. Actualmente, hay situada una ermita realizada hacia 1980 y construida sobre una anterior del último tercio del XIX.



Gastronomia de Jamilena

Sin lugar a dudas, desde antaño, y durante mucho tiempo, los jamilenenses han tenido en el ?arroz con conejo caldoso? el plato festivo con el que celebraban en septiembre los festejos dedicados a los patronos, Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Natividad. Para el Carnaval ha sido tradicional preparar el relleno, el cual se hace con el estómago de un cerdo que fue salado junto a los jamones, y que una vez limpio se llena con jamón y chorizo picado, pasando a formar parte de su tercer y más suculento plato, después del caldo y los garbanzos. Este mismo preparado culinario recibe el nombre de albondigón cuando el relleno no se embute en el estómago del cerdo, o mondongo, dejándose cocer como una simple albóndiga, pero de mayores dimensiones.

Con ese plato se ponía fin a la época de los grandes hartazgos que había comenzado en Navidad, seguida con San Antón, con la Candelaria y San Blas, y terminaba en el Carnaval. Una vez comido el relleno, o el albondigón, se preparaba el cuerpo para las cosas más frugales que habría de deparar la Cuaresma.

Para la Semana Santa se habrá de preparar el ?guiso de bacalao con patatas?, que en el fondo no es más que el tradicional guiso de patatas con carne, en el que ésta se ha sustituido por el más cuaresmal bacalao. Este guisado se toma el Viernes Santo y los demás días de vigilia. Para esas mismas fechas se preparan los tradicionales ?roscos fritos? y los ?hornazos con huevo duro?, los cuales antaño suponían el sustento de los jamilenses que iban a los pueblos cercanos a ver las procesiones de Semana Santa. También de esa época es el ?aceite-vinagre?, también llamado ?machacao?, que es una peculiar pipirrana de tomate triturado, pimiento, trozos de naranja, miga de pan, ajo, sal, aceite de oliva, vinagre, atún, huevos duros, y en algunas ocasiones puede llevar habas verdes.

La presencia en este plato de naranjas nos hace recordar el ?remojón?, de lejanos orígenes moriscos, los cuales se traslucen en esta pipirrana de primavera, compuesta de tan diversos ingredientes, donde no hay que olvidar los inmejorables ajos y cebollas que se producen en Jamilena para los más diversos mercados. Antiguamente, en esta tierra, a las populares y nutritivas sopas de ajo, con las que se entraba en calor los fríos días de invierno, se les llamaba ?pan castigao?, tal vez porque el pan sobrante acababa dando consistencia en el mismo guiso a los muy picantes ajos de la tierra.



Fiestas de Jamilena

Día de San Antón (16 de enero): festividad popular en honor este santo donde se realizan las tradicionales hogueras.
Semana Santa (primavera).
Romería de San Isidro (días 14-15 de mayo).
Pascua de Mayo (domingo de Pentecostés).
Corpus Christi y Octava del Corpus (junio): festividades en honor al Santísimo Sacramento en las cuales se se decoran y engalanan las calles de la localidad con altares, pinturas en el suelo y adornos florales, entre otras cosas. Dicha festividad está considerada como una de las más bellas de la provincia de Jaén, solo comparable con las celebradas en Villardompardo y Villacarrillo.
Feria de Agosto (días 14-15 de agosto): fiestas en honor a la Virgen de la Natividad, Patrona de Jamilena, cuyo desarrollo transcurre en el llamado Barrio Nuevo de la localidad.
Día de Jesús (del 13 al 16 de septiembre): festividad principal en Jamilena en honor a su Patrón, Nuestro Padre Jesús Nazareno, el cual proceiona el día 14 de septiembre. Dicho día suelen reunirse muchísimas personas procedentes de lugares cercanos a Jamilena y del resto de España.





Ayuntamiento de Jamilena
Plaza Constitución, 15
23658 - Jamilena
Tel: 953566001
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Cehegin - Murcia


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Cehegin


Banda Siete Pasos "Buleria"








Cehegín es un municipio de la Región de Murcia, España. Situado en la Comarca del Noroeste. Cuenta con 15.798 habitantes (INE 2007).

Situada en el corazón de la comarca murciana del Noroeste, el municipio de Cehegín, con sus fértiles y extensas tierras, ha sido el lugar elegido por diferentes culturas para ser morada de sus pobladores desde los tiempos más remotos.

Los restos de otras culturas se remontan a la prehistoria, a sus pinturas rupestres pertenecientes al arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica. Sin embargo, íberos, romanos, visigodos, árabes y cristianos también dejaron sus propios testimonios en su travesía por la historia de la ciudad de Cehegín.

El paso de estas civilizaciones ha ido dejando huella en esta tierra, lo que ha hecho posible que, con el transcurrir de los siglos, se cuente en la actualidad con un patrimonio muy rico en sus diferentes manifestaciones.

En 1982 el Casco Antiguo de Cehegín fue declarado Conjunto Histórico por el Ministerio de Cultura

Tiene una extensión de 292,7 km². Su altitud media es de 570 metros sobre el nivel del mar y dista de la ciudad de Murcia en 66 km. Sus accidentes orográficos más destacables son las sierras de Lavia, Quípar, Burete y de La Puerta. Su término municipal es surcado por los ríos Argos y Quípar, ambos afluentes del río Segura. En la cuenca del río Argos antes de entrar en el término municipal de Calasparra encontramos el Embalse del Argos.

El término municipal de Cehegín respecto al relieve se divide en varias zonas. El Sur del término, queda caracterizado por las elevaciones montañosas que ocupan la mayor parte de su superficie y deja entre ellas estrechos valles.

La región Central y Oeste, cuya morfología es dominada por la presencia de los ríos Argos y Quípar, con sus amplios valles y extensas áreas de terraza de formas planas y suaves pendientes.

Una zona al Este, caracterizada por elevaciones montañosas de menor magnitud que las sierras mesozóicas del Sur. Forman un relieve muy agreste y discontinuo.

Las elevaciones montañosas se alinean en la dirección estructural SW-NE. Esta orientación es general en todas las Béticas.

Normalmente, las zonas más abruptas, con las formas más angulares y recortadas, la dan calizas y dolomías. En contraposición, las margas y rocas detríticas dan relieves más suaves cóncavo-convexos. Entre ambos extremos, existen todas las morfologías intermedias.

A la vez, los terrenos margosos son más susceptibles de ser afectados por los procesos erosivos, que ya son patentes en algunas zonas (proximidades del Quípar en el Paraje de Cañalengua, etc).

Al Este, las dolomías dominan el paisaje dando las zonas más elevadas y asentándose sobre materiales más plásticos que forman las laderas y vaguadas que los rodean.

La dinámica fluvial, con los dos ríos ya en su curso medio, con sus terrazas, acaban de configurar el panorama geomorfológico de Cehegín. Argos y Quípar constituyen los drenajes de estos relieves. Su curso es meandriforme, jalonado con varios niveles de terraza. La red secundaria es de tipo dendrítica con variación en la densidad desde baja en las áreas carbonatadas, a media-alta en los aluviales cuaternarios y otras zonas terrígenas.

Respecto a la hidrología subterránea, hay una gran unidad hidrogeológica: La Unidad de Caravaca con unos recursos estimados de 69 Hm3/año. Existen además multitud de acuíferos más pequeños: Burete y muchas de las serretas dolmíticas del Este de Cehegín.


Pedanias de Cehegin

Agua Salada
Algezares
Arroyo Hurtado
Burete
El Cabezo
El Chaparral
El Campillo de los Jiménez
Canara
Cañada de Canara
La Carrasquilla
El Escobar
Gilico
La Pilá
El Ribazo
Valentín
Valdespino


El término municipal de Cehegín limita con:

al este: Mula y Bullas
al sur: Lorca
al oeste: Caravaca de la Cruz
al norte: Calasparra y Moratalla



Historia de Cehegin

El primer asentamiento de Cehegín.
En el frente más escarpado de la Peña Rubia de Cehegín, un gran macizo de tierra caliza al Suroeste de la ciudad, se sitúan las cuevas con pinturas rupestres y yacimientos con una antigüedad de 4.400 años.

En ellas existen restos de diferentes culturas, que arrancan en el eneolítico. Las pinturas rupestres fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en diciembre de 1998, junto con las del resto de la Región de Murcia y del Arco Levantino de la Península Ibérica.

Otras culturas y la aparición de Begastri
Además de las pinturas rupestres eneolíticas, el municipio de Cehegín también cuenta con vestigios de culturas posteriores que decidieron asentarse en sus fértiles suelos.

En la misma Peña Rubia se han encontrado enterramientos colectivos pertenecientes al periodo calcolítico.

También se han hallado poblados argáricos del Bronce final en la Sierra de la Puerta, o en el Cabezo del Trigo.

Sin embargo, fue en época íbera cuando surgió una de las principales concentraciones urbanas del mundo clásico en la comarca, Begastri. Los restos de cerámica íbera encontrados atestiguan su origen en los tiempos de esta cultura.

Los romanos dueños de Begastri.
Tras la conquista romana de Hispania, finalizada la Segunda Guerra Púnica, el asentamiento de Begastri pasó a ser elevado a la categoría de Municipio Romano, lo que llevó consigo la construcción de numerosos edificios de época clásica.

Los restos de estas construcciones se pueden constatar hoy esparcidos por el cerro del yacimiento arqueológico, o insertados en las murallas de la ciudad.

En un momento determinado de su historia, Cehegín se vio enfrentada a una situación límite. Tal encrucijada llevó a sus habitantes a decidir la destrucción de la práctica totalidad de la ciudad para construir una círculo de ingentes murallas que les sirvieran de defensa.

No se han podido precisar los peligros que acechaban a Cehegín, pero se piensa que pudieron ser las incursiones bárbaras del siglo III d.C. de francos y alamanes. También se ha querido ver cierto peligro a comienzos del siglo V, cuando los bárbaros rompen el limes del Rhin y tres años más tarde (409) cruzan los Pirineos y siembran todas las Hispanias de terror y desolación.

Los visigodos y el esplendor de Begastri.
Tras la toma de Cartagena por vándalos y alanos en el año 425 d. C., se considera finalizada la dominación romana de la Península.

Se abandonó la cátedra episcopal de Cartagena y Begastri llegó a alcanzar la condición de sede episcopal durante el siglo VI, concretamente desde el año 560. Era la contrapartida visigoda a la sede cartaginense, controlada por los bizantinos.

De esta época están documentados sus obispos Vitalis y Acrusminus, erigiendo basílicas en el interior de la ciudad. También se conocen varios nombres más que asistieron a los concilios de Toledo durante el siglo VII.

Sin embargo, desde el año 688 no acuden más obispos de Begastri a Toledo y no vuelve a aparecer en los documentos hasta el año 713 en el pacto de Teodomiro. Se trata de la rendición de Begastri a los conquistadores árabes, suponiéndosele por aquellos años una pérdida política, social y religiosa a la ciudad visigótica.

Desde ese momento Cehegín pasaría a estar controlada por los musulmanes.

La conquista musulmana del territorio y la decadencia de Begastri.
En el año 713 se produjo la llegada de los musulmanes a las actuales tierras de la Región Murciana. Es esos momentos se firmó el Tratado de Tudmir, por el que los invasores respetaban las tradiciones y las posesiones visigodas a cambio de obediencia, tributo y la cesión de siete ciudades. Una de ellas era la mítica Begastri.

Cuando los musulmanes llegaron a Begastri no se asentaron en la misma ciudad, sino que decidieron construir la suya propia muy cerca del viejo emplazamiento.

La tribu islámica que allí se estableció, los zenehegíes, lo hizo en el cabezo del Puntarrón, con el objetivo de controlar el valle del río Argos y la ciudadela blanca de Begastri. Este fue el germen del actual Cehegín. Los vecinos se trasladaron poco a poco hacia este emplazamiento.

El trasvase de población, acelerado con la ruptura del pacto de Teodomiro en el año 789, hizo que Begastri se convirtiera en comunidad mozárabe. Los habitantes que optaron por no marchar del asentamiento reorganizaron su vida haciéndose hueco entre los escombros de la vieja y ruinosa ciudad. Ocuparon el viejo solar a lo largo de los siglos IX y X, y quizá en alguna medida siguieron habitándolo durante todo el tiempo del dominio musulmán.

La reconquista castellana y la nueva Cehegín
En el segundo tercio del siglo XIII el avance cristiano hacia el sur peninsular se presentaba imparable. Fruto de dicho avance fue la sumisión del Reino de Murcia a la Corona de Castilla, bajo el régimen de protectorado tras el Acuerdo de Alcaraz de 1243.

Comenzaron los asentamientos de los primeros cristianos en Cehegín, concretamente en la actual pedanía de Canara, concedida como señorío a Pedro Meléndez Fan.

En 1264 estalla en el Reino de Murcia la sublevación mudéjar como consecuencia del progresivo incumplimiento de las cláusulas del Tratado de Alcaraz por Alfonso X. Dos años más tarde el levantamiento fue sofocado y como recompensa por su ayuda, el Sabio donó Cehegín, junto a Bullas y Caravaca de la Cruz, a la Orden del Temple.

Sin embargo, la sofocación del conflicto y la posterior represión, hizo huir a los habitantes musulmanes del territorio de Cehegín, que a finales del siglo XIII y principios del XIV estaba totalmente despoblado. El fracaso de la repoblación cristiana emprendida hizo que fuese, junto a Bullas, anexionada a Caravaca de la Cruz como aldea.

Tras la desaparición de los templarios en 1312 y sucesivos avatares, la encomienda de Caravaca, y con ella Cehegín y Bullas, fue a parar a las manos de otra Orden Militar, en este caso la de Santiago, en 1344. Ese mismo año el monarca Alfonso XI decidió separar definitivamente Cehegín de Caravaca.

Sin embargo, el señorío santiaguista de Cehegín ya se había inaugurado años atrás, cuando en 1335 la Orden compró el señorío de Canara a su propietario Hurtado Ruiz de Gamarra.

Fue en esta segunda mitad del siglo XIV cuando Cehegín comenzó a recibir moradores, todavía muy escasos debido a la situación de frontera con el reino nazarí de Granada, y a las epidemias de peste que asolaron Murcia en la segunda mitad de la centuria.

Se hizo necesario reconstruir la imagen de la villa con nuevas iglesias y edificios. La antigua Begastri se fue convirtiendo en el Cabezo de las Ruinas (¿Cabezo Roenas¿) del que se sacaron los materiales.

El ascenso poblacional e importancia de la villa aumentó durante la centuria siguiente, hasta el punto que Alonso Fajardo "El Bravo" decide incluirla dentro de sus señoríos conquistados en la rebelión que emprende por el control del Reino contra el adelantado murciano su primo Pedro Fajardo.

Despegue al desaparecer la frontera con el Reino Nazarí.
Cuando finalmente Granada cae en manos castellanas, en el año 1492, el Reino de Murcia vio desaparecer con ello el más importante freno a su desarrollo, la frontera y la guerra.

Cehegín, situada en primera línea de frontera, no fue una excepción. Tras la desaparición del enemigo musulmán creció demográficamente de modo espectacular, llegando casi a doblar su población al finalizar la centuria. Se pasó de casi 3.000 habitantes a finales del siglo XV, a los 5.000 individuos de los últimos años del XVI.

Este aumento poblacional se vio retroalimentado por el incremento en las roturaciones agrícolas, y la expansión de la cabaña ganadera, consecuencias de la extinción de la marca fronteriza.

Fue en estos años cuando comenzaron las rivalidades con la vecina Caravaca de la Cruz por la despoblación de Canara, que se integró en Cehegín buscando la protección de sus huertas, amenazadas por los ganaderos caravaqueños.

Con la desaparición del peligro musulmán, y la salida de la población de la muralla perimetral, la ciudad se agranda y se embellece. Se construyeron diferentes edificios, sobre todo religiosos, tales como las Iglesias de la Soledad, Concepción, la Magdalena, o la Iglesia del Santo Cristo del siglo XVI, y el Convento franciscano de San Esteban del siglo XVII.

La crisis que siempre se le ha supuesto al Reino de Murcia y a toda España en esta centuria, parece que no afectó de forma significativa a Cehegín. A pesar del hambre que se padeció como consecuencia de las epidemias de peste, las plagas, y las guerras de la Corona; lo cierto es que la villa continuó con su tendencia alcista en el número de habitantes.

Si acaso, el único punto negro fue la pérdida de la aldea de Bullas, que se independizó de Cehegín en 1689.

La ciudad en el siglo de oro murciano.
El siglo XVIII supone la recuperación económica y social tras la Guerra de Sucesión española. Se produce un nuevo aumento poblacional, a pesar de la pérdida de Bullas, pasando a tener el municipio unas 7.000 almas.

Causa y consecuencia de ello fue la roturación y la disposición para el cultivo de nuevas superficies hasta entonces yermas, alternándose los cereales con la vid, que iría en progresivo aumento. Mientras, los gremios polarizaban la actividad artesanal.

En esta centuria la ciudad vio incrementado su patrimonio arquitectónico con nuevos edificios, sobre todo civiles. Algunos ejemplos son el Palacio de los duques de Ahumada, el Hospital de la Real Piedad, el Ayuntamiento, o el Palacio de los Fajardo.

Un acontecimiento de singular importancia para la villa tuvo lugar el 25 de julio de 1725 con la entrada de la que hoy es su patrona, la Virgen de las Maravillas, a instancias de la comunidad franciscana allí instalada. Se trata de una imagen de la Virgen María con el Niño Jesús en brazos traída desde Nápoles, donde fue realizada por Nicolás Fumo.

Los avances decimonónicos.
El nuevo siglo no pudo comenzar de forma más lamentable para toda España, por la Guerra de Independencia. En el caso de la villa de Cehegín supuso el saqueo por las tropas napoleónicas en su huída desde Andalucía. Pero tras la contienda bélica Cehegín conoció una época de cierta prosperidad.

En primer lugar, la villa se liberó de la Orden de Santiago en 1847 en virtud de las leyes desamortizadoras. El Estado incautó todos los bienes, después de cinco siglos de administración de la Orden.

En esta centuria también surgieron sectores productivos en la localidad con gran pujanza.

Por un lado las plantaciones de esparto y de cáñamo sirvieron para dotar al municipio de una fuerte industria cordelera y alpargatera. Por otro, en el último cuarto del siglo XIX, Cehegín apareció en el panorama minero regional como un importante productor y exportador de mineral de hierro.

En el plano político, los partidos polarizaron la atención social, mientras se mejoraron las vías de comunicación con la construcción de los puentes sobre los ríos Quípar y Argos. Al finalizar el siglo se hicieron los primeros ensayos con luz eléctrica.

El siglo XX: de la crisis del 29 a la declaración de Conjunto Histórico.
A comienzos de la centuria del novecientos Cehegín se colocó a la cabeza en la producción de mineral de hierro, por delante de los centros tradicionales como Cartagena. Sin embargo, con la crisis económica mundial de 1929, el hierro ceheginero también comenzó a decaer, como consecuencia del bache económico por el que atravesaban sus compradores, especialmente Alemania.

La fatalidad no se detuvo aquí. El auge de las fibras sintéticas hizo casi desaparecer las industrias del esparto y el cáñamo.

Sin embargo, Cehegín ha sabido sobreponerse a la crisis. El resurgir de su economía ha venido marcado por el cultivo de frutales como el albaricoquero o el melocotonero; acompañados de industrias conserveras. Además, en los últimos años, el sector de las canteras de mármol está repercutiendo de forma beneficiosa en la economía del municipio.

Se ha sumado a toda esta mejoría el sector turístico, tras declarar el Casco Antiguo Conjunto Histórico por el Ministerio de Cultura en 1982, a pesar de haber perdido su castillo en 1957.

Por ello no es de extrañar que Cehegín sea en la actualidad uno de los municipios más activos y atractivos de todo el panorama regional.



Lugares de Interes de Cehegin

Iglesia de santa María Magdalena y parte del casco antiguo
Ermita de la Purísima Concepción (siglo XVI)
Casa Jaspe, ss. XVIII-XIX, actual Ayuntamiento




Turismo de Cehegin

Cehegín debiera figurar en la ruta de todo viajero que pretenda conocer los puntos turísticos más importantes del sureste español. Estamos ante un municipio con una intensa historia y un gran patrimonio cultural, que guarda con celo sus tradiciones y costumbres, poblado de gentes afables con una buena calidad de vida.

Cehegín es un lugar ideal para el visitante que quiera adentrarse en esta tierra y disfrutar con sus parajes de ensueño; Vía Verde, Senderos de Pequeño Recorrido y Zonas Recreativas por la naturaleza, Ruta Urbana por el Casco Antiguo, visitas a sus Museos, Iglesias, etc., harán que aquél valore en su justa medida la singularidad y el poder de seducción de este pueblo.

En esta última década se ha generado una importante oferta de turismo rural: alojamientos rurales, actividades culturales, de ocio y tiempo libre. Entre ellas cabe destacar la celebración de un mercadillo de artesanía, El Mesoncico, que tiene lugar los últimos domingos del mes de septiembre a mayo en la Plaza del Castillo, en pleno corazón del Casco Antiguo; en él los artesanos locales exponen y venden sus productos y un servicio de acompañantes te muestra el pueblo.



Economia de Cehegin

Municipio con gran extensión de montes donde predomina el pino carrasco (Pinus halepensis). Las canteras de mármol son de gran importancia, produciendo mármol de color rojo principalmente. En la agricultura, predominan el olivar, almendro y viña en el secano, y albaricoque y melocotonero en regadío. En la pedanía de Canara, en los últimos años, ha tenido un gran aumento el cultivo de flor bajo invernadero, principalmente clavel, gladiolo, crisantemo etc.



Gastronomia de Cehegin

La gastronomía de Cehegín ha estado basada siempre en lo que la tierra ha ido dando en cada época del año: recetas sencillas con abundancia y calidad de materias primas, que son características predominantes de esta tierra.

De la huerta de Cehegín hay que destacar las frutas, verduras y hortalizas, o los productos exóticos como las brevas, higos chumbos, caquis, o los más utilizados como almendras, trigo y aceitunas, sin olvidar las buenas carnes como la de cordero, cerdo y animales de corral.

De los ricos platos locales podríamos destacar el empredao, los potajes, los arroces, las migas, las carnes a la brasa o en su jugo, las ollas de tocino fresco o de verano y el rin-ran.

En cuanto a la repostería ceheginera tradicional, hay que destacar las garrapiñás, las picardías y el alfajor.

El Pero de Alcuza es una variedad frutal autóctona de Cehegín. Se trata de un fruto compacto y aromático como una piedra olorosa, que en otros tiempos fue verdadero embajador de esta tierra, ya que siempre iba unida su denominación a la de ella, conociéndose como Pero de Cehegín.

Algunos Platos Tipicos:

Empedrao
Migas
Pimpirrana
Rin Ran
Olla de tocino fresco
Arroz de verduras
Arroz con conejo y caracoles
Cordero en su jugo
Chamorro
Dulces de garrapiñás
Alfajor
Picardías
Pero de Alcuza o Pero de Cehegín



Fiestas de Cehegin

Existen diferentes manifestaciones festivas, unas más esplendorosas y resultonas, otras más humildes y sencillas, pero todas ellas son pretexto para vivir momentos de diversión, emoción y alegría en cualquier época del año.

El año empieza con el Castillo (Hoguera) de San Sebastián en la Plaza de la Constitución, en pleno Casco Antiguo, el 20 de enero.

Sigue con la celebración del Carnaval, a mediados o finales de febrero o primeros de marzo, según el año, en las que destaca la figura del "Mascarón". Cehegín siempre conservó sus costumbres en esta fiesta a pesar de las prohibiciones a las que estuvo sujeta en otros tiempos.

La Semana Santa es la siguiente celebración, con solemnes procesiones donde se pueden admirar bellos pasos como el de la Virgen de las Angustias, de Roque López, a la que se le cantan saetas en la Plaza del Mesoncico el Viernes Santo.

El 24 de junio se celebran las fiestas de San Juan en el barrio del mismo nombre y en la pedanía de Valentín. El eje principal de estas fiestas son "Las Vacas", corridas por las calles y encerradas, acontecimiento propio de la tradición ganadera de la zona.

En agosto destacan las romerías a la Virgen de la Peña el día 15 y a San Ginés el 25 a la que van las mozas a pedir que les salga novio.

Las fiestas patronales en honor a la Virgen de las Maravillas se celebran entre el 8 y el 14 de septiembre; cabe destacar en ellas las procesiones en honor a la patrona junto a manifestaciones deportivas, culturales, taurinas, folclóricas y grandes conciertos, sin olvidar las verbenas populares en las que se saborea ese ambiente de fiesta "de pueblo".




Ayuntamiento de Cehegin
C/ López Chicheri, 5
30430 - Cehegin
Tel: 968 740 400‎


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Bullas - Murcia


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Encuentro de Bullas 2008


DESFILE SAN MARCOS 2008 BULLAS






Bullas es un municipio de la Región de Murcia, España. Situado en la Comarca del Noroeste.





Cuenta con 12.020 habitantes (INE 2007), divididos entre el casco urbano del municipio y su única pedanía, La Copa de Bullas.

Cuenta con un término municipal de 82,2 kilómetros cuadrados. En él se encuentra el nacimiento del río Mula (afluente del río Segura). El casco urbano se encuentra a 651 metros sobre el nivel del mar, siendo el segundo municipio más alto de la región de Murcia por detrás de Moratalla. Se encuentra a 52 kilómetros de distancia de Murcia.

A Bullas se le conoce como la Puerta del Noroeste, por ser el primero de la comarca del mismo nombre, Comarca del Noroeste.

La comarca se caracteriza por una relativa abundancia de agua, con una pluviometría media anual de 390 litros por metro cuadrado, dándose extremos de 137 litros para el año 1.970 y 965.5 para 1.989 (INM), por sus cultivos agrarios de tipo extensivo y por sus paisajes forestales (bosques de galería, montes de pino carrasco, con diversidad de especies de montaña. Si añadimos también sus peculiaridades históricas y culturales, esta comarca se diferencia notablemente del resto de la Región.




Historia de Bullas

Antigüedad
Las primeras señales de presencia humana en las tierras que hoy conforman el municipio de Bullas se remontan al periodo Eneolítico, hace unos 5.000 años. Restos pertenecientes a esta época se han hallado en los yacimientos del Cabezo del Oro, Reclín, El Castellar, la Fuente Mula, el Pasico Ucenda.

La cultura argárica, que dominó el sureste de la Península Ibérica durante la Edad del Bronce, dejó nuevos restos en los lugares anteriores, así como en el Cabezo del Molinar y la Fuente de la Higuera.

Después del periodo ibérico hemos de llegar a la época romana para encontrar una ocupación significativa del territorio bullense. No existió ciudad alguna, pero sí numerosas "villae" o fincas rurales que aprovecharían los numerosos manantiales de la zona para desarollar una actividad agrícola. Restos de estas edificaciones han sido encontrados en la Fuenblanquilla , la Fuente Mula , El Romero, Fuente de la Carrasca , La Copa y La Loma , aunque por encima de todas ellas destaca la de Los Cantos, que data del siglo I d.C., y que se mantendría hasta la época de las invasiones bárbaras a principios del siglo V. La villa de Los Cantos ha sido lugar de importantes hallazgos arqueológicos, como el de la escultura del famoso "Niño de las Uvas", importante símbolo local, que representa a un geniecillo estacional, en este caso al propio del otoño.

No han faltado teorías disparatadas que pretendían atribuir a Bullas orígenes legendarios y una historia grandiosa. Muchos de estos falsos datos eran obtenidos de los llamados "falsos cronicones", propios de los siglos XVII y XVIII que buscaban enaltecer las historias locales. En este contexto hemos de entender los nombres de "Abula Bastetana" o "Bulla Regia" para Bullas o la presencia de personajes como la reina Belkis o el obispo San Segundo.

La Edad Media
Tras el abandono de las villas romanas sobreviene un periodo oscuro en cuanto a los datos existentes sobre el devenir de las tierras de Bullas en la Alta Edad Media. Estas tierras deshabitadas permanecerían a la sombra de la no muy lejana ciudad de Begastri, la que era entonces sede episcopal.

Y hemos de esperar a la dominación musulmana cuando en los siglos XI o XII tenga lugar la fundación del castillo de Bullas, emplazado en lo que hoy es el casco antiguo de la localidad. Por la misma época se levantaría el pequeño recinto amurallado que dominaría la zona desde la Piedra del Castellar, lo que es conocido como "El Castillico". Bullas fue fundación musulmana, por lo que lo más lógico sea que su nombre tenga un origen árabe y no latino como se ha venido afirmando tradicionalmente (bullae = burbujas, por la notable presencia de fuentes en sus tierras).

A mediados del siglo XIII tiene lugar la conquista del Reino de Murcia por las tropas castellanas. Y es en este momento cuando aparece por primera vez mencionado el nombre de Bullas, en un documento fechado el 22 de julio de 1254 por el que se cede a Mula el castillo de Bullas. Unos años después sería entregada, junto con Caravaca y Cehegín, a la Orden del Temple. Bajo el dominio templario tuvo lugar la única batalla recogida en las crónicas que acaeció en Bullas. Alí Mohamed, procedente de Huéscar, atacó la fortaleza de Bullas obligando a huir al comendador Bermudo Menéndez. Este hecho es recreado, aunque de una forma peculiar y popular, durante la Fiesta de Santiago en la Torre del Reloj cada mes de julio.

En el siglo XIV, tras la extinción del Temple, Bullas y el resto de la comarca pasan al dominio de la Orden de Santiago, a quien pertenecería durante casi 600 años.

En 1347 el castillo de Bullas se hallaba en ruinas. Ruy Chacón, comendador de Caravaca, presenta un proyecto para reconstruirlo en un plazo de tres años. Pero todo quedó en agua de borrajas ya que al año siguiente se produjo la terrible epidemia de peste que diezmó la población de Europa entera. Bullas quizás ya estaba despoblada, pero el abandono de aquel proyecto de reconstrucción condenó al castillo a permanecer como un montón de ruinas durante más de dos siglos. En 1398 se dividirían las tierras de Bullas entre Cehegín y Mula, y en 1444 Bullas pasaría definitivamente a pertenecer a la villa de Cehegín.

El Siglo XVII. El renacimiento de Bullas
Bullas permaneció como un despoblado hasta finales del siglo XVI. Sus tierras pertenecían a propietarios cehegineros. Poco a poco, el entorno del viejo recinto medieval se fue repoblando, ya que los labradores preferían vivir cerca de las tierras que trabajaban. Los nuevos pobladores construyeron sus viviendas sobre las ruinas del castillo (razón de la inexistencia actual de la antigua fortaleza). A mediados del siglo XVII, los varios centenares de habitantes de Bullas comenzaban a darse cuenta de las desventajas de todo tipo que suponía pertenecer a Cehegín, distante tres leguas.

Los primeros movimientos secesionistas se produjeron en el terreno religioso. La ermita de San Antón, primer templo cristiano de la localidad no contaba con la asistencia continua de un sacerdote, que debía venir de Cehegín. En 1664 se consigue la ansiada independencia religiosa, con la instalación de una pila bautismal en la ermita (la famosa "pila robá", llamada así porque varios bullenses se apoderaron de ella cuando estaba "secuestrada" por las autoridades cehegineras contrarias a la autonomía religiosa de Bullas). Estos hechos serían el preludio de la independencia política, cuyos trámites se iniciaron en diciembre de 1685.

Tras el notable esfuerzo que supuso el pago a la Corona de 34.832 reales y 12 maravedíes, el rey Carlos II, "el Hechizado", concedió el privilegio de villazgo a Bullas el 19 de diciembre de 1689, que se haría efectivo el 17 de junio de 1690 cuando el juez José de Berzosa se presentó en Bullas procedente de Madrid.

Dos días después se constituyó el primer Ayuntamiento, que se reunió en la Plaza Vieja. Seguidamente se elaboró el vecindario y se delimitó el término. La aldea de La Copa pidió ser incluida en estos límites, uniendo así sus destinos a los de Bullas. La andadura del nuevo municipio se iniciaba sin más riqueza que unas pocas tierras y el trabajo de sus humildes gentes.

El siglo XVIII
Los años siguientes a la independencia municipal supusieron momentos de gran dinamismo para la nueva villa. Es un tiempo de crecimiento económico sin demasiados conflictos que alteraran el desarrollo de la localidad.

El entramado urbano comenzó a expandirse rápidamente, así como su población. Pronto se acometió la construcción de los edificios importantes que el pueblo necesitaba. Primero fue la iglesia, que vendría a sustituir a la vieja ermita de San Antón. En 1723 se finalizó el templo parroquial que sería puesto bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario tras ser elegida democráticamente por las gentes de Bullas. Años más tarde se procedería a construir el matadero, el pósito, el ayuntamiento y la cárcel.

El siglo XIX
La nueva centuria dio comienzo con la remodelación de la iglesia parroquial que le daría su imagen actual presidida por su vistosa torre. No fue ésta una época fácil para los habitantes de Bullas, que se vieron afectados por diversas epidemias a lo largo de todo el siglo. De tercianas en 1802 y 1817, de disentería infantil en 1821, de cólera en 1855 y 1885. Éstas diezmaron a la población bullense que poco podía hacer ante ellas en medio de la miseria generalizada.

También fueron frecuentes los conflictos por el agua del río Mula con la localidad del mismo nombre, que provocaron más de un pleito y algún que otro enfrentamiento. En otro orden de cosas, se dejaron de pagar los diezmos a la Orden de Santiago en 1841. El siglo acabó con la plaga de filoxera que devastó los viñedos de la comarca suponiendo un verdadero problema para la economía local.

Pero fue el XIX también fue una época de grandes proyectos públicos. La oligarquía local, con apellidos como Carreño, Melgares y Marsilla, fueron los encargados de llevarlos a cabo. No es de extrañar dado que ellos eran los que controlaban el Ayuntamiento, tenían los medios para hacerlo y a posteriori ellos mismos se convertían en los principales beneficiarios de los mismos.

El actual cementerio (que vino a sustituir al antiguo del Paraíso) fue construido en 1885. El lavadero público se levantó en 1894 mientras que las conexiones telefónica y telegráfica son de 1897. La luz eléctrica llegaría a Bullas en 1900. En ese mismo año tuvo lugar la construcción de la Torre del Reloj, dirigida a regular las tandas de riego de la cercana huerta.

El siglo XX
Bullas fue arrastrada durante el siglo XX por los mismos avatares y convulsiones que vivió el resto de España. Durante el primer tercio se asistió a una cierta estabilidad social y económica.

La llegada de la Segunda República en 1931 comenzó a dejar ver la polarización política a la que se veía abocada Bullas junto con el país entero. La situación se desbordó tras el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936. Bullas quedó en la zona republicana, y así seguiría hasta el final del conflicto. Los hombres jóvenes marcharon al frente. Más de 200 bullenses perecieron durante la contienda. El fragor revolucionario incautó sus propiedades a los terratenientes y destruyó el ajuar del templo parroquial, aunque en líneas generales la vida en la localidad se desarrollaba en medio de una calma tensa.

La llegada de la dictadura franquista supuso un momento inicial de represión a los sectores que habían colaborado con la República y la vuelta a los valores tradicionales, renaciendo el fervor religioso. Eran los "años del hambre", una dura época dominada por la escasez. A partir de los años 50 se percibió una mejoría, en gran medida al inicio de la emigración que se generalizaria en los 60. Barcelona, Madrid, Vizcaya, Francia y Alemania recibirían gran número de trabajadores bullenses Esa década saludaría también el inicio de la actividad de la industria agroalimentaria que vino a diversificar un poco más una economía todavía basada en la agricultura.

El callejero comenzó a multiplicarse, desbordándose los límites urbanos con el nacimiento de nuevos barrios. El último tercio del siglo, el del retorno a la democracia en España, ha supuesto un desarrollo de Bullas en todos los aspectos. La construcción se ha convertido en uno de los motores de la actividad económica y la educación media y superior se ha extendido considerablemente. Nuevas infraestructuras han modernizado Bullas. El pueblo que fue emigrante en los 60 comenzó a ver a finales de los 90 cómo se instalaban en él gentes procedentes de otros lugares del mundo, especialmente de Ecuador, en busca de un mejor futuro.



Lugares de Interes de Bullas

Dotada con una belleza paisajista sin igual, que se caracteriza por una relativa abundancia de agua, y por sus paisajes forestales así como por su característico espíritu de pueblo de interior murciano, Bullas es un destino turístico de primer orden del denominado turismo rural. Destacan entre actividades, establecimientos y lugares de interés:

Camping «La Rafa»
Casas rurales
El Pasico Ucenda
La Vaera de los Chorros
El Salto del Usero
El Castellar
Atalayas
Pico de la Selva
La Lavia
El Molar

Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario
Torre del Reloj
Casa de la Cultura (Casa de los Melgares)
Restos del antiguo Castillo de Bullas
Plaza Vieja
Casa de los Carreño
Casa de Don Blas Rafael Marsilla
Bodega de la calle de la Balsa




Gastronomia de Bullas

Potaje de hojas,
Rin-ran,
Ajoharina,
Olla
Chamorro,
Gachas migas
Arroz con conejo y caracoles serranos
Gurrullos
Torrijas
Vino




Fiestas de Bullas

Asimismo se celebra cada primer domingo de mes en la Plaza Vieja de esta localidad un mercadillo denominado El Zacatín, un mercadillo tradicional, donde el visitante encontrará productos artesanales de calidad propios de la localidad de Bullas.

Cabe decir también que uno de los acontecimientos más esperados en esta localidad del noroeste murciano son las fiestas en honor a la Santísima patrona de Bullas, la Virgen del Rosario. En la Iglesia parroquial, se rezan cánticos en honor a ella y, para los más pequeños, toda una semana con tres músicos muy populares y uno en especial: "El tío de la pita" en el que es costumbre acompañarlo con los "cabezuos" o asistiendo a diferentes centros educativos.

Tales Fiestas de Bullas vienen acompañada con la Fiesta del Vino, que ya está siendo costumbre desde hace un tiempo y por supuesto, las atracciones feriales, actividades culturales y las diversas programaciones musicales que se llevan a cabo.

Se celebran cada año a partir del primer viernes de octubre, precisamente cuando la vendimia llega a su fin en está tierra vinicola por excelencia.






Ayuntamiento de Bullas
Pza. de España, 2
30180 - Bullas (Murcia)
Tel: 968 652031
E-mail: ayuntamiento@bullas.es
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Alanis - Sevilla


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Feria Medieval V Alanis


Procecion del Encuentro en Alanis, Sevilla








Alanís es un municipio de la provincia de Sevilla, en la comunidad autónoma de Andalucía, España.

Enclavada en pleno corazón del Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, se encuentra la villa de Alanís, a 110 kilómetros de la capital. Entre los municipios de Guadalcanal y San Nicolás del Puerto, se abre este vergel regado por las fuentes de Santa María, la Salud y el Pilarejo, así como el arroyo del Parral.

Municipio: Alanís
Provincia: Sevilla
Código: 41002 Latitud: 38 02' Longitud: -5 43'
Extensión superficial: 280 Km2
Distancia a la capital: 106 Km



Heraldica de Alanis

El escudo de Alanís data del siglo XV y fue usado por las milicias concejiles en la guerra contra los moros, y en la guarnición del castillo.

En el campo de plata: sobre terraza de sinople moviente de la punta, un castillo en su color coronado de tres torres, mozonado de sable y aclarado de azur, soportado por dos perros alanos, también de su color. Sobre la puerta del castillo, cargadas dos calderas de sable, gringoladas de sinople, colocadas en faja. Acostada a la diestra del castillo, una nuve de azur, puesta en palo y con el paletón bajo; cantonados, en jefe, un reciente contornado, de gules, a la diestra, y un sol, también de gules a la siniestra.



Historia de Alanis

La fundación de esta villa data de la época céltica, siendo su denominación primitiva Iporci hacia los siglos VI o V antes de Cristo. El desarrollo de la población llegaría con la República Romana, y posteriormente con el Imperio, hasta que en el siglo II de nuestra era declinaría su importancia iniciándose un proceso de destrucción. No obstante estos datos, Alanís se cita por primera vez como tal en un documento de 1.392, cuando nació el verdadero castillo del lugar que estuvo precedido de edificaciones fortificadas, ya que el valor estratégico de la zona hacía recomendable su custodia constante. Su escudo data del siglo XV y fue usado por las milicias concejiles en la guerra contra los moros, y en la guarnición del castillo. Conquistada por Fernando III en 1.249, meses después que Sevilla, Alanís fue escenario de enfrentamientos nobiliarios en la Baja Edad Media, sobre todo en las crisis de sucesión de Los Reyes Católicos y entre los linajes de Guzmán y Ponce de León. A partir de entonces no se conocieron trastornos mayores en este territorio, excepción hecha del levantamiento popular contra las tropas napoleónicas, a principios del siglo XIX.

La evolución histórica del núcleo urbano puede resumirse tres etapas muy claras en su evolución. Una primera etapa, en la que el núcleo originario se ubica entre la falda del cerro en que se ubica el castillo y la travesía de la carretera local procedente del vecino municipio de San Nicolás del Puerto. Es en esta zona en la que se ubican la Iglesia Parroquial y el Ayuntamiento así como las casas de mas valor artístico de la villa. Una segunda etapa de desarrollo del núcleo hace que éste se extienda entre las travesías de la carretera anteriormente citada y la travesía de la carretera comarcal 421. La última etapa de expansión del núcleo se produce muy recientemente y durante ella, la edificación supera hacia el norte la carretera comarcal mencionada.

La estructura urbana actual presenta una estructura en estrella al situarse el núcleo urbano en la confluencia de las tres carreteras señaladas. Dadas las buenas condiciones agrícolas de la zona, las industrias de transformación de productos agrarios han dejado su impronta en la estructura urbana de la villa, situándose los mas importantes al sureste ( fábrica de aceites ) y al noreste ( Cooperativa olivarera ).

Además de los vestigios arqueológicos de diferentes etapas, especialmente de la romana, el catálogo monumental y artístico de la localidad sevillana se abre con los restos del Castillo medieval que, reconstruido por los franceses del monarca José I, fue volado en parte por el destacamento galo cuando abandonó el paraje en las inmediaciones de la rendición. Pero lo que queda, que no es poco, exhibe una imponente estampa de grandeza que domina las perspectivas a partir del Cerro en que se ubica. Son también de destacar edificaciones residenciales en los caseríos y en el pueblo, con fachadas mudéjares y renacentistas. En el perímetro del casco urbano se halla Fuente de Santa María, construida en tiempos de Carlos I. Entre la arquitectura religiosa destacan la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, del siglo XIV y remodelada posteriormente, la Capilla de Jesús Nazareno, de finales del XIX, la ermita de Nuestra Señora de las Angustias y la Ermita de San Juan Evangelista.



Lugares de Interes de Alanis

Monumentos civiles
Castillo: de origen árabe, anterior a 1392. Situado sobre un estratégico montículo al sur de la población, la edificación más emblemática de Alanís ha sido testigo mudo de los aconteceres de la historia del pueblo desde finales del siglo XVI, en que se supone su construcción. De planta hexagonal, con torreón y barbacana, hoy ya desaparecida. Sus muros, de 2,3 m de ancho y 6,4 de alto, dejaban un único acceso al recinto por su cara norte, desde donde se avista el pueblo. Fue atacado por los franceses durante la ocupación napoleónica, quienes dinamitaron uno de sus muros, el suroeste, conservándose las ruinas en la actualidad.

Religiosos
Ermita de San Juan. (S XIV), mudéjar. Recientemente restaurada. Cita previa.
Ermita de Nuestra Señora de las Angustias: se erigió en recuerdo de la victoria obtenida contra los “moros”, a 200 metros de la población, en el llamado valle de Matamoros. Su construcción consta de tres tramos y entrada. El primer tramo fue construido en el siglo XVIII, existiendo una lápida con la inscripción de la fecha de 1656. En su interior se guarda y venera la imagen de nuestra Señora de las Angustias, patrona de la localidad, cuya primitiva imagen fue destruida durante la Guerra Civil, siendo posteriormente sustituida por la actual, obra del escultor Castillo Lastrucci. Gótico medio. Reconstruida en el S XVIII. Cita previa.

Ermita de Jesús Nazareno: edificio perteneciente al antiguo hospital de la Caridad, hoy desaparecido, cuenta en su interior con un retablo de estilo barroco. En esta capilla, de belleza sencilla y austera, y que invita al recogimiento y devota oración de los vecinos y visitantes, es donde se venera la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, titular de una de las cofradías de penitencia más populares en la localidad. S XVI. Visitas de 10:00 a 22:00.

Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves: construcción tradicional de tres naves, que data del año 1356. Es de destacar su valioso retablo barroco, que adorna todo el frontal del altar mayor, y que data del siglo XVI. En el interior hay una capilla del siglo XVI, decorada con azulejos mudéjares. A causa de un terremoto, sufrió importantes reparaciones a mediados del siglo XVIII. Importante retablo gótico. Visitas en horario de cultos.

Ermita de San Miguel de la Breña: situada a escasos kilómetros de la localidad, en la carretera que conduce a Malcocinado, y en una finca de propiedad particular, es el último vestigio que se conserva del antiguo Monasterio Basílico que en su día existió. La ermita, que ha quedado como almacén del actual cortijo, consta de una sola nave dividida en dos tramos, uno de bóveda de cañón y el otro de cúpula. Cita previa.

Arquitectura popular
Fuente de Santa María: sita en el casco urbano, construida en tiempos de Carlos V. Ha sido la gran abastecedora de agua durante siglos, y entrañablemente querida por los lugareños de todos los tiempos. Está ubicada en la calle Angustia, en un pequeño ensanche que en tiempos se denominó plaza de Santa María. Junto a un manantial de aguas, del que históricamente se ha surtido la población más próxima, se erigió un muro frontal en honor a la Virgen de las Angustias, ubicándose un panel de cerámica sevillana con la imagen, fechado en 1767.

Fuente de Pilitas: por el camino que conduce al camposanto, en su margen izquierdo, se encuentra la Fuente de las Pilitas, de gran valor etnográfico local y fuente de inspiración de la leyenda-mito del “Encanto de las Pilitas”. Es una antigua fuente árabe en ladrillo, acompañada de su correspondiente alberca del mismo origen y estilo, que aún hoy sigue cumpliendo su primordial función de riego de las huertas cercanas y abrevadero de ganado.

Cruces de Mayo: históricamente, las Cruces de Mayo representan una vinculación de los lugareños con su barrio de origen, manifestándose estos sentimientos con la celebración de estas fiestas, cuando cada barrio se agrupa en torno a sus carrozas de procesión, produciéndose una fuerte rivalidad entre las mismas. Hoy han desaparecido totalmente estas manifestaciones populares, pero aún permanecen sus monumentos simbólicos en hierro forjado y piedra tallada, en el barrio de Triana, y en las calles Nueva y Corredera.


Economina de Alanis

lo largo de la pasada centuria, la evolución demográfica de Alanís se ajusta a las tendencias generales del mundo rural andaluz. Manifiesta un crecimiento que culmina en el censo de 1950 -1960, sufriendo una brusca caída en el decenio 1960 - 1970 motivada por la fuerte emigración de los años sesenta.

El comportamiento ulterior es predominantemente rural y de carácter agrario. Así se interpreta la contención de la emigración desde la implantación de los subsidios de desempleo agrario, lo cual viene reflejado en el incremento de la población y en un salto migratorio positivo entre los recuentos de 1981 - 1988.

ESTRUCTURA ECONÓMICA Y SECTORES DE ACTIVIDAD
El término municipal de Alanís figura como unos de los más extensos en superficie de la provincia.

El sector económico por excelencia es el primario, representado por la agricultura y la ganadería. Dentro de los cultivos de secano, la mayor superficie, casi la mitad del total, está dedicada a la explotación de herbáceos, entre los que cabe destacar la importancia del trigo, la cebada, avena y otros cultivos industriales como el olivar. El regadío no es significativo en el ámbito del termino municipal.



Fiestas de Alanis

Se celebran, con mucha participación por parte de la población, unos estupendos carnavales.
La romería en honor a María Auxiliadora se suele celebrar el penúltimo domingo de mayo. Las fiestas principales del pueblo son la segunda o tercera semana de agosto.

Y desde hace cuatro años se celebran unas maravillosas Jornadas medievales el primer fin de semana de septiembre.





Ayuntamiento de Alanis
Plaza del ayuntamiento, 2
41380 - Alanis
Tel: 954 885 004



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Azuaga - Badajoz


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Azuaga - Extremadura - Spain


Un paseo por Azuaga














Azuaga es un municipio de España, en la provincia de Badajoz, Comunidad Autónoma de Extremadura.

Se halla al borde de Sierra Morena y se encuadra dentro de la comarca extremeña de la Campiña Sur, en el límite con las provincias andaluzas de Sevilla y Córdoba, junto a la N-432 , siendo el cuarto municipio en extensión de la provincia de Badajoz. Comprende la villa de Azuaga y la aldea de La Cardenchosa.

Podemos encontrar la ciudad de Azuaga al Sureste de Extremadura, a una distancia de 145 kilómetros de Badajoz, 128 de Mérida y 125 de Sevilla o Córdoba. Está dentro de las coordenadas 38º 15' 30'' de latitud Norte, 1º 59' 20'' de longitud 0.

Localizada en las estribaciones de Sierra Morena, su término es uno de los más extensos de la provincia de Badajoz con una superficie de 497'31 kilómetros cuadrados y una altitud de en torno a los 600 metros. Comprende la villa de Azuaga y la aldea de La Cardenchosa.

La demarcación linda con los siguientes municipios:

Hacia el Norte encontramos Campillo de Llerena y Peraleda del Zaucejo, ambos de la provincia de Badajoz.

Desplazándonos al Sur llegamos a la localidad pacense de Malcocinado y a los municipios sevillanos de Alanís de la Sierra y Guadalcanal.

Al Este se sitúa la vecina Granja de Torrehermosa (Badajoz) y la cordobesa Fuente Obejuna.

En dirección Oeste todos los pueblos con los que limita son de la provincia de Badajoz: Valverde de Llerena, Berlanga y Maguilla.

Localizamos La Cardenchosa al Sureste de Azuaga, muy próxima a los pequeños núcleos de Los Rubios, Argallón y La Coronada, estas dos últimas poblaciones cordobesas.

Cordel de Guadalcanal
Azuaga disfruta de un clima mediterráneo con matices continentales: escasas precipitaciones a lo que se unen fuertes oscilaciones térmicas entre inviernos y veranos. La estación invernal es relativamente corta pero de ella son características las intensas heladas; el estío es caluroso y seco. Durante la primavera y el otoño las temperaturas son suaves.

COMUNICACIONES

Castillo Miramontes
Si deciden visitarnos, sepan que en lo que se refiere a las comunicaciones para desplazarse hasta la localidad, la principal vía de acceso es la carretera nacional 432 que une Badajoz y Granada. Esta calzada enlaza a la altura de Zafra con la nacional 630, que lleva de Sevilla a Cáceres pasando por Mérida.
La carretera a Zalamea de la Serena goza también de cierta importancia por su transitabilidad, desarrollo y trazado. Llega a Don Benito y es muy utilizada, habitualmente, para desviarse en Miajadas hacia la N-V, o carretera de Extremadura, que lleva a la capital de España.

Completa esta red de comunicaciones un entramado muy apropiado de calzadas locales y comarcales más modestas, pero que son de una enorme utilidad a la hora de unir de forma radial todos los municipios limítrofes de las provincias de Badajoz, Córdoba y Sevilla.

Paisaje
Líneas de autobuses diarias conectan Azuaga con Badajoz, Córdoba, Sevilla, Cáceres, Barcelona, Valencia y Madrid. En cuanto a ferrocarril se refiere, las estaciones más próximas al municipio se localizan en Llerena, Fuente del Arco o Guadalcanal



Historia de Azuaga

Restos prehistóricos
Azuaga es un lugar de rica historia. En su término se encuentran restos de asentamiento humano megalitistas, del Calcolítico, Edad del Bronce y también del Período Orientalizante.

Hispania Romana
En la época de dominación romana, Azuaga se convierte en municipio dentro de la provincia Baetica y tiene diferentes denominaciones como Municipium Flavium Ugultuniacum, Municipium Iulium V o Julia Flavia. Sus habitantes eran de la tribu Galeria. Restos de esta época son dos cipos con inscripciones.

De la época visigótica se conservan pocas evidencias.

Al-Andalus
Con la caída de Hispania en manos musulmanas, comienza un floreciente periodo para Azuaga. Entre las evidencias históricas de la Azuaga musulmana, encontramos la del geógrafo y viajero árabe Al Idrisi, que mencionaba la población en el siglo XII, aludiendo a ella como un fuerte situado sobre una eminencia. Este es el primer escrito que recoge la existencia de Azuaga con este nombre. Todo parece indicar que la población que se asienta en Azuaga es de la tribu bereber de Al-Zuwaga. El resto más importante de esta época es el Castillo. La base de alcazaba árabe parece ser del siglo XI.

Reconquista
En 1236 Azuaga es reconquistada para el Reino de Castilla, bajo el reinado de Fernando III el Santo, por la Orden de Santiago dirigida por el maestre Pelayo Pérez Correa. Desde entonces, fue notable y rica encomienda de dicha Orden. Los cristianos acogieron también el Castillo, pero construyeron la Torre del Homenaje como muestra de la nueva etapa cristiana. Dicha torre es la mejor conservada en la actualidad.

En el año 1477, la localidad de Azuaga fue sede de un importante acontecimiento: en la Ermita de San Sebastián (que luego se convertiría en el Convento de La Merced y más tarde en la Ermita de La Merced), tuvo lugar el capítulo general de la Orden de Santiago, que nombró maestre de la misma a don Alonso de Cárdenas.

Edad Moderna
El crecimiento de la localidad resulta imparable, y en el primer censo de 1551 de la población extremeña, Azuaga aparece como el núcleo de población más grande de Extremadura. Así era también en censos del siglo XVIII, donde aparece como una de las principales villas de la región.

En cuanto al sector laboral, predominan en toda la zona las actividades artesanales y manufactureras. En Azuaga destacan sobre las demás las labores textiles, más concretamente la industria de los tintes.

Durante estos siglos, varios azuagueños ilustres destacaron en actividades diversas.

En el campo artístico destacan los hermanos del Castillo. Juan del Castillo (1585-1658) desarrolla sus principales obras en Sevilla, donde se convirte en maestro, acogiendo a algunos discípulos relevantes. Agustín del Castillo (1590-1626) trabajó en Córdoba, y no pudo desarrollar demasiado su obra debido a una muerte prematura.

En el campo eclesiástico, destacan 2 personajes del siglo XVI que curiosamente adoptaron el mismo nombre, Fray Pedro de Azuaga. El primero de ellos fue un importante teorizante franciscano; su lucidez le llevó a convertirse en consejero permanente de Felipe II. El segundo centra su actividad en el último tercio del siglo XVI; fue escalando posiciones en el estamento religioso, hasta que se convirtió en Obispo de Chile en 1596.

También tuvo Azuaga un papel destacado en la colonización de América, siendo la séptima ciudad extremeña que más emigrantes aportó. Hecho aún más significativo si tenemos en cuenta que Extremadura aportó algunos de los mayores contingentes en la conquista de América.

Edad Contemporánea
Durante el siglo XIX no hay ningún hecho memorable vinculado a la historia de Azuaga. No hay constancia de azuagueños ilustres en los acontecimientos fundamentales de este siglo, como pudieron ser la invasión de las tropas de Napoleón o la constitución de las Cortes de Cádiz.

En el siglo XX, Azuaga vive años de extremada agitación, acorde a la frenética actividad de este siglo en todo el mundo.

Azuaga vive una época de esplendor en el segundo tercio del siglo XX, debido a la intensa actividad minera. Los ricos yacimientos de plomo (y en menor medida, de plata), supusieron un fuerte resurgimiento económico de toda la zona.

En la actualidad
Durante los años comprendidos entre 1920 y 1960, Azuaga alcanza sus cotas máximas de población, oscilando entre los 16.000 y 18.000 habitantes. En décadas posteriores, debido al fenómeno de la emigración laboral, la población desciende bruscamente. Con todo esto, a finales de siglo, Azuaga apenas alcanza los 10.000 habitantes. Es importante la colonia de azuagueños emigrados a Sant Boi de Llobregat (Barcelona). Se calcula que aproximadamente la mitad de los nacidos en Azuaga no viven en ella.


Lugares de Interes de Azuaga

El Castillo Miramontes.

Vista de la ubicación del Castillo Miramontes
El origen de esta fortaleza está relacionado con la tribu islámica de los Zuwaga, que desde el Norte de África se diseminaron por buena parte de la geografía peninsular. Su ubicación elevada y rocosa le otorgó posteriormente el nombre de Miramontes. Multitud de restos y fragmentos obtenidos de sus inmediaciones han sido piezas determinantes a la hora de desvelar sus secretos, aunque otras fuentes escritas también nos ofrecen constancia de la valía que tuvo el enclave.

A mediados del siglo XII el geógrafo Al-Idrisi confeccionó un itinerario Córdoba - Badajoz, incluyendo el Castillo Miramontes de Azuaga como zona segura dentro de este recorrido. De otro lado, el primer documento sobre la fortaleza data de 1331 y hace referencia a la obligación que tiene el comendador de mantenerlo en buen estado.

Una vez fue reconquistada la localidad, el castillo pasó a convertirse en casa de la Encomienda, bajo la Orden de Santiago, abandonándose y sustituyéndose por otro edificio más cómodo y habitable algunas décadas después.

Desde 1400 no se había hecho ningún arreglo en los muros de la fortaleza, por lo que en 1494 estos se aprecian en malas condiciones: "todas las tapias comidas del ostigo del agua". En esta última fecha, se da orden a D. Luis Portocarrero, comendador de Azuaga, de reparar todo el castillo acometiéndose, a partir de entonces, obras de mantenimiento en los muros y de reestructuración en los interiores.

La fortaleza tenía una barbacana con su cava, cuya puerta estaba defendida por un cubo. La segunda puerta se encontraba en una torre que formaba parte de un muro almenado, delimitando un espacio adaptado a la configuración del terreno. Una tercera puerta se hallaba entre dos cubos, únicos vestigios que quedan de la edificación; ambos formaban parte de una barrera que defendía el recinto principal, donde estaba la torre del homenaje.

Restos conservados de la fortaleza
Pasada la segunda puerta había un corral que, a la derecha, tenía una caballeriza grande, de dos naves separadas por una arquería. Sobre ella se levantaban tres habitaciones destinadas para servicio de los mozos. En 1576 se divide la caballeriza y una parte de ella se emplea como bastimento de pan.

A la izquierda del citado corral se encontraba un huerto cercado y un cortinal que tenía dos aljibes. Junto al huerto estaba la casa del portero.

El último recinto de la fortaleza disponía de patio principal, situado en la cota más alta del terreno, y una serie de servicios. En el patio, se hizo una reestructuración de sus edificios a partir de 1486, fecha en que el comendador D. Luis Portocarrero hace de nueva planta la torre del homenaje.

Los arcos y pilares de los corredores eran de ladrillo y la columna del aljibe de mármol. Las techumbres del ala izquierda, a excepción de las bóvedas de la torre del homenaje, eran sencillos alfarjes de pino. Las habitaciones del ala derecha unas eran de pino, otras de castaño.

Entre 1576 y 1734 no hay prácticamente ningún dato documental aunque, a partir de esta última fecha, el castillo que señoreaba la villa de Azuaga entra en su fase de plena devastación:

"se declaró hallarse muy arruinado, sin habitación alguna y sumamente
imperfectas y demolidas sus torres y almenas...".


De tan ilustre monumento sólo se han conservado dos cubos, unas saeteras, restos de los muros de contención, así como los cimientos de alguna dependencia interior.

Arquitectura civil.

Ventana mudéjar. Pío XII
Eminentemente significativa es la influencia mudéjar y gótica de los siglos XIV, XV y XVI, que se evidencia en la arquitectura popular de Azuaga. Son muestra de ella los numerosos ejemplos de vistosas ventanas conservadas en las calles Pío XII, Teodoro de Vera, Alconchel y Mesones. El empleo del ladrillo, la presencia de alfiz y el encalado son los principales rasgos definitorios del estilo.

En lo que al Barroco se refiere, dejó su huella en fachadas diseminadas por distintas calles de la villa de Azuaga: Muy abundantes resultan estos exteriores de los siglos XVII y XVIII en el entorno de Mesones, Juan Ortiz, Llana y Espirilla. Presentan los gustos clásicos del Barroco que se adornan con frontones curvos o triangulares, óculos, aleros pronunciados o molduras dobles y triples, entre una amplia gama de recursos que definieron el estilo. Estas viviendas hidalgas conforman un área arquitectónica distinguida como "Monumento Singular", según comunicado de la Consejería de Educación y Cultura con fecha de 29 de abril de 1986.

El siglo XIX va a marcar una época de auge en la arquitectura. En este momento se van a erigir una serie de casas que en cuanto a su estructura arquitectónica no van a obedecer a un estilo concreto, sino que en ellas se va a dar una simbiosis entre los elementos decorativos y estructurales de periodos anteriores y los actuales; combinación que va a derivar en lo que se ha dado en llamar Eclecticismo.

Antiguo Centro de Salud. Calle Llana
Uno de los ejemplos más notables de esta arquitectura del siglo XIX o decimonónica es la "Casa palacio" situada en la calle Llana, número 12, conocida por los vecinos como el "Antiguo Centro de Salud". Su proyecto original data de 1896 aunque hasta 1898 no llegaría a ejecutarse, con algunas modificaciones en la traza original. La fachada en conjunto es de un Eclecticismo clasicista, siendo la parte constructiva que más se cuida por el hecho de ser una forma de exteriorización de la posición social y económica de los propietarios. Esta construcción está declarada "Monumento Singular" por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura mediante comunicado oficial de 29 de abril de 1986.

Sobresale también el céntrico Teatro Cine "Capitol" de singular volumetría y de intenso valor plástico. Fue edificado bajo la favorable coyuntura económica de principios del XX, y explicable por el enriquecimiento de la burguesía agraria, que comenzó a demandar nuevos lugares de ocio y diversión. La diferencia con el resto de edificaciones tradicionales se centra, fundamentalmente, en la decoración de carácter erudito e intelectual. Rescata elementos y motivos de la antigüedad clásica, al tiempo que introduce materiales innovadores y revolucionarios propios del periodo: hormigón, hierro y grandes superficies acristaladas.

Vinculado a la época está además el Parque Cervantes, con su quiosco en estructura metálica y cubierta plana.

Coso de la antigua Plaza de Toros
A finales del pasado siglo, en 1892, se construyó en Azuaga una plaza de toros que sustituía a una existente en la zona de "Fundición"; como estaba ejecutada a base de madera y de forma provisional se realizó ésta, a la que ahora nos referimos, excavada en un promontorio.

Apunta José A. Torquemada Daza en un trabajo de investigación sobre el ferrocarril en Azuaga, que recoge la revista Feria y fiestas Azuaga 99, que existió cierta relación entre la construcción de la plaza de toros y la línea de ferrocarril con que contaría el pueblo. El autor en su reportaje citaba lo siguiente:

"En cuanto al asunto del ocio habría que decir, como primera curiosidad, que fue el establecimiento
del ferrocarril lo que impulsó la construcción de la plaza de toros
de Azuaga, pues según un texto de 1892:

'(...) cuando Victoriano Gómez, a principios de 1892 se decide a construir en Azuaga una plaza
de toros fija era por algo: era conocedor de la inminente colocación de la vía férrea de Peñarroya a
Fuente del Arco, trabajos que en el término de Azuaga comenzarían dos años después, en 1894,
y de los efectos multiplicadores que una arteria vial genera'.

La plaza de toros se inauguró en mayo de 1894, casi al mismo tiempo que las obras de construcción del ferrocarril. No es casual que las mejores plazas del entorno se encontraran todas unidas por el ferrocarril de Fuente del Arco a Puertollano, pues además de la de Azuaga, en esta línea se encuentran las de Bélmez, Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, todas ellas de gran capacidad y a donde se fletaban trenes especiales con ocasión de la celebración de festejos taurinos".

El estreno del coso se hizo lidiando toros el matador Emilio Torres Reina "Bombita". La singularidad de la plaza levanta opiniones encontradas: hay quien mantiene que se edificó sobre un circo romano, basándose en la forma del ruedo y la textura de la misma.

Arquitectos como el alemán Heribert Hamann, profesor de proyectos de la Escuela Superior de Arquitectura de Munich, se han interesado en el estudio del coso y en formular propuestas para la restauración del mismo; proponiendo, en este caso, soluciones tan originales como experimentar con estructuras ligeras de madera y velas deslizantes, simulando los estudios por él realizados sobre las velas y toldos que cubrían el teatro y anfiteatro de Itálica, "El velamen neo-romano de Azuaga".

El arquitecto Gonzalo Díaz y Recasens publica en 1992 el libro Plazas de toros, donde aparece la de Azuaga.

En agosto de 1996, el pleno del Ayuntamiento de Azuaga convoca un concurso de méritos e ideas para la restauración del coso, resultando ganadores del mismo los arquitectos José Manuel Jaureguibeitia Olalde y Gonzalo Díaz y Recasens.

Ante la incertidumbre de las vías de financiación para llevar a cabo la propuesta planteada, los gestores municipales propusieron la creación de una escuela taller que permitiera la restauración del recinto taurino.

La Escuela Taller "San Martín" comenzó las obras de Rehabilitación. En la Actualidad (2005), la decidida actuación del Ayuntamiento y el Taller de Empleo "Mirador de Viriato" han conseguido hacer una realidad de rehabilitación de este increible caso.

Arquitectura religiosa.

Ermitas.

Entre 1494 y 1604 existieron seis ermitas en Azuaga, distribuidas en su núcleo urbano y término jurisdiccional. Eran éstas: San Sebastián, Santiago, Santa Olalla, Santa Catalina, San Bartolomé y Nuestra Señora de la Paz. Al día de hoy, unas desaparecieron y otras cambiaron su denominación, manteniendo sólamente el título la de Santiago y la de Nuestra Señora de la Paz. Relacionamos a continuación una pequeña síntesis de aquellas que podemos encontrarnos inmersas en el itinerario histórico artístico de Azuaga.

Ermita de San Blas. Está situada en la ladera del Castillo Miramontes, próxima a la desaparecida ermita de Santa Olalla o Eulalia. La fachada es amplia en contraste con el pequeño campanario, mientras la puerta de entrada se protege por un frontón triangular sobre cornisa dispuesta encima de pilastras.

Su iluminado interior es de planta cuadrada y cabecera plana. La cubierta, de madera y a dos aguas, fue reformada durante 1890 al tiempo que se mejoraron y encalaron muros interiores y exteriores. También sufrió rehabilitaciones en la década de 1990, respetando la configuración original de su techumbre.

Conserva dos esculturas: Santa Olalla y el Sagrado Corazón de Jesús. Santa Olalla fue tallada en los últimos años del siglo XVI y realizada por el gran artífice Andrés de Ocampo. Por su parte, el Sagrado Corazón de Jesús es una obra atribuida a Pío Mollar Franch, presentándose como un Cristo colosal, con amplia túnica plegada y pies descalzos dispuestos sobre una esfera rodeada de nubes. Pesa alrededor de los 3.000 kilos y su altura alcanza los 3 metros.

Ermita Nuestra Señora de la Aurora
Ermita de Nuestra Señora de la Aurora. Situada en la calle Retamalejo, el pórtico de entrada está compuesto por pilastras y un remate con tres almenas. Sobre la entrada se dispone una atractiva espadaña, con un campanario de vano único rematado por otras tres almenas. En el centro de la nave, un gran cimborrio cubre internamente una bóveda esférica; un sistema similar de cerramiento caracterizará a la cabecera.

Ermita de Santiago. También conocida como de Nuestra Señora de los Dolores, se sitúa en la plaza del mismo nombre muy próxima a la Parroquia de la Consolación. Fue iniciada su construcción a comienzos del siglo XVI y durante un largo periodo de tiempo no fue más que una capilla reducida y abovedada hasta que, a mediados de esa misma centuria, se ordenó tejarla y alzar sus muros para evitar las goteras y humedad que amenazaban la solidez de su fábrica. Su origen es modesto y humilde pues durante el último tercio del XVI sus rentas eran mínimas, debiendo hacerse cargo de su mantenimiento la cofradía de los Dolores.

Su aspecto contemporáneo es el de una pequeña ermita de planta rectangular y única, cubierta a dos aguas. La fachada exterior tiene espadaña, una bella cruz en relieve y una monumental puerta de acceso enmarcada por un frontón partido, asentado sobre dos potentes pilastras. En el centro del frontón, un óculo sirve para iluminar el interior.

Ermita Nuestra Señora del Rosario
Ermita de la calle El Rastro. Está ubicada en una vía peatonal que une dos de las calles más importantes desde el punto de vista artístico - cultural, Llana y Mesones. La ermita, a la que supuestamente se atribuye el nombre de "Nuestra Señora del Rosario", es de pequeñas dimensiones, de una sola nave rectangular, cubierta por cúpula sobre pechinas sustentadas por dos arcos de medio punto. La fachada exterior ha sido recientemente restaurada.

Su portada adintelada está flanqueada por pilastras, quedando rematada con una cornisa. El interior está decorado con restos de pintura mural y algún que otro lienzo, en los que se evidencia el inexorable castigo por el paso de los años.

Oratorio particular. Construido en la calle Mesones, número 24, puede estar designado como del Cristo de la Humildad y la Paciencia. El exterior es simple pues tan sólo sobresale la portada concebida con un arco carpanel, recorrido por varias molduras y enmarcado por un gran alfiz sobre pilastras. Además, cuenta con una ventana adintelada con guardapolvos y una espadaña que rompe la monotonía y pronunciada horizontalidad de la fachada. Esta superficie acoge, al igual que la de la Aurora, tres almenas y una cruz en la cima.

Iglesia de Nuestra Señora de la Merced. Antiguamente fue conocida como ermita de San Sebastián y los Santos Mártires, datándose del último cuarto del siglo XV. Aquí tuvo lugar la celebración del Capítulo General de la Orden de Santiago en 1477, donde se eligió como Maestre General de la Orden a D. Alonso de Cárdenas, quien contribuyó al enriquecimiento de Azuaga y de todas las localidades que pertenecían a la Orden. Poseyó la categoría de ermita hasta el año 1590, fecha en la que pasó a convertirse en capilla de un convento de frailes mercedarios.

Su planta es rectangular, con cuerpo de nave única dividida en cinco tramos a través de arcos de ladrillo encalados que servían de soporte a la desaparecida techumbre de madera de castaño. Las sucesivas transformaciones que fue registrando en su interior alteraron su antiguo aspecto sobre todo en lo que se refiere a techos, coro, capillas y campanario.

El interior acoge algunos retablos y tallas de interés aunque la mayoría de sus obras fueron destruidas durante la Guerra Civil del 36.

Las dos puertas de acceso están construidas en ladrillo: La del lado Oeste o principal está formada por un arco de herradura con triple moldura apoyado en pilastras y flanqueado por dos gruesos machones semicirculares. La puerta del muro Sur se caracteriza por su arco apuntado, enmarcado por un alfiz.

El alzado se completa con la presencia del campanario o torre, afortunado ejemplo de la tipología definida como torre-fachada, situada a los pies del templo e integrada en su estructura.

En 1981, según resolución de 23 de marzo, de la Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas, se acuerda tener por incoado expediente de declaración de monumento histórico artístico a favor de esta iglesia. En abril de 1986, la Dirección General de Patrimonio Cultural denomina a la Iglesia de la Merced como "Monumento Singular".

Iglesia Nuestra Señora de la Consolación. Portada principal
Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación. Esta iglesia se considera como la más importante de la provincia en cuanto a decoración en su estilo y la segunda en extensión, siguiendo a la magna Catedral de Badajoz. Así se recogió, ya en 1926, por José Ramón Mélida en el Catálogo Monumental de España, provincia de Badajoz. Según Decreto 30/1993 de 23 de marzo, fue declarada Bien de Interés Cultural con categoría de monumento por la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura.

El solemne templo se erigió entre finales del siglo XV y la primera mitad del XVI, en un momento que responde estilísticamente a los últimos momentos del gótico, un gótico isabelino con influencias del gótico portugués o manuelino, que se mezcla con incipientes trazas renacentistas.

El edificio responde a una concepción de planta rectangular y alargada, con tres naves y ábside en forma poligonal al que se adosa la sacristía por el lado de la Epístola y otras tres capillas por el del Evangelio, respetándose la belleza formal de la traza originaria ideada por el arquitecto.

Estos espacios se cubren con diferentes soluciones de bóvedas de crucería entre las que destacan, por su belleza, las estrelladas del tramo de la nave próxima a la cabecera, las del sotocoro o las de la sacristía. Diez columnas, con un diámetro superior al metro y medio, separan las tres naves.

La piedra arenisca y el ladrillo son los elementos básicos empleados en la construcción: Los sillares se utilizan en pilares, contrafuertes, recurre al ladrillo para las bóvedas y algunas superficies de los paramentos. Aparte, resulta exquisito el tratamiento ornamental a base de hojas de parra, racimos de uvas, flores, cuadrúpedos y reptiles.

Iglesia Nuestra Señora de la Consolación. Vista del interior
La portada principal se compone de cinco cuerpos, incluidos el de las campanas y el remate final, un conjunto que alcanza los treinta y cuatro metros de altura. Aparte existen otras dos portadas: una orientada al Norte, llamada la del Perdón, y otra dispuesta hacia el Sur o lado de la Epístola.

Es destacable del recinto la excelente balaustrada pétrea del coro, el púlpito, el órgano, el tesoro parroquial y la pila bautismal. Esta última es el único ejemplo comarcal realizado en barro cocido y vidriado en tono verdoso, cuyo exterior está decorado con multitud de figuras y motivos.

Las riquezas que componen el tesoro o ajuar artístico son espléndidas suntuosidades elaboradas en su mayoría en plata entre las que cabe destacar: cálices, copones, coronas, cruces procesionales, vinajeras, un incensario, un cuenco, lámparas y seis varas de palio. De incalculable valor es, sin duda, la custodia - sagrario; un magnífico ejemplar de plata en su color y sobredorada, obra del siglo XVI con basamento añadido en el XVIII, de estilo rococó. Su traza es de templete.

Además de estas piezas hay en el templo tres lámparas de plata, de las cuales dos son barrocas, una del siglo XVII y otra del XVIII. La tercera, de plata en su color y sobredorada, es de estilo purista del siglo XVII.

El mobiliario de esta iglesia ha sufrido en dos ocasiones grandes pérdidas. La primera en un incendio ocurrido el 7 de agosto de 1888 y la segunda durante la depredación de la Guerra Civil. Nada queda del zócalo de azulejos mudéjares y renacentistas que decoraba la Capilla Mayor, así como de su Retablo Mayor. El que hoy podemos contemplar es una reconstrucción a la que se incorporaron algunas piezas originales del primitivo.

Custodia
Sagrario
Se trata de un retablo de planta ochavada, estructurado en banco, tres cuerpos, tres calles, seis entrecalles y ático sobre la calle central. Los relieves del cuerpo inferior representan la Anunciación y los desposorios de María; los del cuerpo central la Epifanía y la Natividad; los del cuerpo superior la Asunción, la Quinta Angustia y la Ascensión. El centro del retablo se dedica a la imagen titular de Nuestra Señora de la Consolación, el ático a la Crucifixión, rematándose éste con el relieve del Padre Eterno entre nubes. Las entrecalles están destinadas a los Apóstoles y otros Santos.

El retablo tipificado como tríptico y mariano, técnicamente es de talla o escultórico y de casillero por los recuadros donde se alojan los relieves y las esculturas de bulto redondo. Fue calificado por Banda y Vargas como

"[...] la obra más importante que el Bajo Renacimiento sevillano dejó en tierras extremeñas".

En suma, la sabia composición de elementos góticos y renacentistas en la decoración de la torre y en la ejecución del templo, ponen de manifiesto que el maestro que la realizó era un gran conocedor de la tradición gótica y de las nuevas tendencias renacentistas; configurando uno de los más bellos y monumentales ejemplos de la arquitectura religiosa de la Baja Extremadura, que fue objeto de una acertada restauración a comienzos de la década de los noventa.

Iglesia del Santísimo Cristo del Humilladero
Iglesia del Cristo del Humilladero. Obra terminada en 1752 cuya fábrica de mampostería y ladrillo presenta las características propias del estilo arquitectónico barroco tardío extremeño, con grandes influencias andaluzas. Los numerosos estudios realizados sobre los monumentos más relevantes de Extremadura la definen como una solemne arquitectura típicamente encalada y de alto valor plástico.

La fachada principal se podría dividir en cuatro cuerpos en los que la decoración se presenta con un sentido ascendente. Destacables resultan también las dos torres: la del camarín; de mayor altura, y la del crucero.

El interior presenta planta de cruz latina y nave única, recorrida por un doble entablamento del que arranca la bóveda que la cubre. Tras el altar mayor se dispone un camarín y una pequeña cripta en la que descansan los restos de muchos caídos en la Guerra Civil.

El edificio guarda perfectamente la esencia popular bajo la que fue ideada por su arquitecto, que decidió repetir el mismo repertorio estructural y decorativo en el exterior y en el interior de la construcción, con intensos juegos de volúmenes a distinta altura.

Sobresale en su interior una magnífica talla del Cristo del Humilladero, realizada por Francisco de Ocampo, discípulo de Martínez Montañés; que fue donada en 1615 por el capitán Don Juan de la Guardia. Se trata del crucificado comarcal más notable del siglo XVII, cuyo proceso de restauración, relativamente reciente, le devolvió el brillo y la calidad perdidos por el paso de los años.

La Iglesia del Cristo del Humilladero fue denominada "Monumento Singular" en abril de 1986 por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura.



Economia de Azuaga

El término municipal de Azuaga figura como centro de la comarca en cuanto a superficie y producción.

El sector económico por excelencia es el primario, representado por la agricultura y la ganadería. Dentro de los cultivos de secano, la mayor superficie, casi la mitad del total, está dedicada a la explotación de herbáceos, entre los que cabe destacar la importancia del trigo, cebada, avena y otros cultivos industriales como el girasol o la colza. El regadío no es significativo en el ámbito del término municipal.



Gastronomia de Azuaga

Nuestros platos típicos y dulcería popular van unidos muchas veces a fiestas y costumbres de gran tradición local.

Así pues, el día 3 de febrero festividad de San Blas, el pueblo participa de una acogedora tarde de chocolate casero y churros en torno a la ermita dedicada al Santo.

Con la llegada del carnaval, por estas fechas es frecuente cocinar la sopa dorada y saborear la "Hojaldra", un dulce confeccionado lámina a lámina con manteca de cerdo fundamentalmente.

En Semana Santa, y más concretamente en lo que venimos a denominar "Pascuas de Hornazos", es costumbre degustar todo tipo de productos y chacinas de la tierra, el pan de rosca de hornazo, roscos blancos y tortas de chicharrones.

Con la celebración de la feria y fiestas locales del 14 al 18 de agosto, el jamón serrano, el lomo ibérico, el queso curado y las tapas de cochinillo frito hacen las delicias de estos días de descanso.

También es buen momento para la degustación de comidas caseras la noche del 14 de septiembre, una fecha en la que se conmemora el día de nuestro patrón local el Santísimo Cristo del Humilladero en la plaza que lleva su nombre.

Con motivo del día de los difuntos, para amenizar una tarde de juegos populares infantiles que año tras año se desarrollan en el Parque Caganchas, viene siendo tradicional ofrecer a los participantes chocolate, churros y castañas asadas.


Gañotes
Con todo ello, quizás sea en fechas navideñas cuando la gastronomía, y más concretamente el dulce popular, goce de más arraigo en nuestro entorno. Son días en los que no puede faltar el exquisito sabor de flores, gañotes y prestines, empapados con algún trago de vino, anís o pacharán. Recibida la Navidad, el plato culinario más preciado para la cena en familia es el de escabeche de pollo.

A este acervo de gastronomía popular hay que añadir las excelencias al paladar de todos los derivados del cerdo ibérico que se cría en la dehesa extremeña. A lo que también se une una amplia variedad de productos brotados de esta tierra, ya sean aceitunas, vinos o quesos que no pueden aislarse del significado y riqueza de esta tradicional cocina local.

La matanza domiciliaria.
Muestra de los enseres propios de la matanza
En relación a lo que son los modos y costumbres de nuestra gastronomía local, una de las usanzas con más arraigo en nuestra localidad es la de la matanza domiciliaria. Viene a ser una faena casera y manual a la que bien se le puede atribuir el calificativo de artesanal.

Previa crianza y engorde del cerdo ibérico se procede, en época invernal, a su sacrificio y curado de los embutidos. Refiriéndonos al día concreto de la matanza, diremos que por sus hábitos se llevan a la práctica las siguientes pautas:

Reunión familiar a primera hora de la mañana.
Sacrificio del cochino.
Chamuscado de la piel para eliminar las cerdas.
Desayuno a base de café acompañado de las típicas migas.
Despiece y reconocimiento de las carnes por parte del veterinario.
Picado de las grasas y magros.
Aliño de salchichones, chorizos y morcillas.
Merienda en la que el protagonista es el cocido extremeño.
Salazón de tocinos y jamones.
Embuchado de lomos.
Llenado de los embutidos.


Tras la conservación y una vez curada la chacina, junto al resto de producción derivada del cerdo (tocinos, jamones, costilla..., etc.), todo ello pasa a constituir una de las principales fuentes inconfundibles de la gastronomía popular y del sustento de las familias.


Fiestas de Azuaga

FIESTAS Y CONMEMORACIONES LOCALES
Desde aquí les vamos a hacer llegar cuáles son, entre otras, las principales fiestas y celebraciones que engalanan las calles del pueblo y llenan de fervor el ambiente para el deleite de visitantes y paisanos.

Celebración de San Blas
Festividad de San Blas. El día 3 de febrero es tradición acercarse a la ermita consagrada al santo en el castillo Miramontes.
Carnaval. Entre finales de febrero y mediados de marzo, durante unos días Azuaga se viste de máscara. Antiguamente, eran días en los que los campesinos descansaban y aprovechaban para acercarse al pueblo. Entre quejidos, voces y bullicio es típico celebrar el "Entierro de la Sardina" durante la noche del Miércoles de Ceniza. Pero de todas estas jornadas destaca el Domingo de Piñata donde los pasacalles y el disfraz se convierten en algo substancial.
Pasacalles de disfraces en carnaval

Imagen del Cristo con la Cruz a cuestas
Semana Santa. Suele celebrarse sobre los últimos días de marzo y los primeros de abril. Tras una semana de desfiles que se viven en medio del fervor popular, es preciso destacar la procesión del Cristo del Humilladero el Jueves Santo. Será éste el único día del año en que el Cristo recorre las calles del pueblo, acompañado del silencio de los muchos devotos que caminan junto a la imagen.

Culminan las penitencias con las "Pascuas de Hornazos"; tres días de campo, desde el domingo de resurrección hasta el siguiente martes.

Las cruces. Se trata de una tradición felizmente recuperada. El 3 de mayo, en determinados puntos públicos o privados de la localidad, bien sea aprovechando cruces que podemos encontrar en determinadas fachadas bien localizadas en el interior de viviendas, se erigen y adornan floridos altares coronados por la Cruz. Por su variedad en emplazamientos y decoro vale la pena recorrerlas y venerarlas.

Romería de San Isidro. Comienza la jornada del 15 de mayo con un desfile de carrozas, presidido por la de San Isidro Labrador. A lo largo de la mañana la romería se traslada por la carretera de La Cardenchosa, a seis kilómetros del pueblo, a la dehesa de encinas donde el santo tiene su ermita.
Altar en esquina Teodoro de Vera/Ventilla

Vista parcial de la muestra FECSUR
FECSUR (Feria de Muestras de la Campiña Sur de Extremadura). Se trata ésta de una muestra que en cada edición va acumulando un mayor prestigio y que Azuaga acoge el último fin de semana de mayo. Son cuatro días en los que se presentan los sectores más importantes y representativos de la actividad económica de la comarca.

Corpus Christi. Para su celebración en el mes de junio se acicalan balcones y calles, que marcan un florido itinerario por el que discurrirá la procesión del Corpus. En ella se puede contemplar la Custodia - Sagrario en plata y sobredorada, una magnífica obra del siglo XVI, con basamento añadido del XVIII.

Velada de San Juan. En el barrio que lleva su nombre, se rememora cada 23 de junio con la quema del muñeco y la actuación de una verbena musical.

Velada de Santiago. El 24 de julio la plaza del apóstol acoge durante la mañana toda una serie de actividades infantiles y ya por la noche música y ambiente para todos los públicos.

Feria y fiestas de agosto. Son, quizás, estas fechas de mediados de agosto unas de las más esperadas de cara a la diversión popular. Del 14 al 18 de agosto se suceden una variada gama de actividades deportivas y culturales, a las que hay que sumar los paseos, el buen comer y beber que se ofrece a todo el que visita la feria ya sea en horario matinal o nocturno. A la magnífica expectación que despiertan estas fiestas entre el mismo pueblo y comarca, hay que sumar el ambiente que aportan el elevado número de turistas y emigrantes que se acercan en este periodo a visitarnos.
Actuación de Manuel Alfaro en la velada de Santiago

Juegos infantiles en la celebración de los Santos y Difuntos
Velada del Cristo. El 14 de septiembre la Plaza del Cristo se viste de gala para homenajear al patrón local el Santísimo Cristo del Humilladero. Al festejo se acude a lo largo de la noche para bailar al ritmo de la verbena.

Los santos. Una festividad que celebramos popularmente, durante los días 1 y 2 de noviembre, para recordar y rendir homenaje a todos los santos y difuntos.

Acaparan nuestra atención principalmente dos celebraciones dentro del periodo navideño: Una las candelas de Nochebuena y, ya entrado el año nuevo, la cabalgata de reyes.

Siguiendo una larga tradición, en la noche del 24 de diciembre las hogueras iluminan multitud de calles a cuyo regocijo se reúne la vecindad. Al son de panderetas, zambombas, cánticos y villancicos, los más jóvenes encienden sus "hachas de gamones", antorchas cuya lumbre y olor ofrecen más calor a la noche.

Recibida de este modo la Navidad, llegado el 5 de enero del nuevo año todo está preparado para acoger la cabalgata de reyes. Durante la tarde - noche de este día mágico, recorre nuestras calles más céntricas un desfile de carrozas, llenas de espíritu navideño, que finaliza en el pórtico del Ayuntamiento donde los tres magos de oriente y su séquito atienden con regalos a los niños que deseen acercarse a ellos.




Ayuntamiento Azuaga
Plaza De La Merced, 1
06920 - Azuaga
Tel: 924 890 337



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