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Villacarrillo - Jaen


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Villacarrillo


Corpus Christi 2008 Villacarrillo
















Villacarrillo se encuentra en la zona oriental de la provincia de Jaén comunidad autónoma de Andalucía, en la comarca de Las Villas.

Su principal acceso es la carretera N-322 Linares-Albacete, junto a la que se encuentra. También se puede acceder por la A-6204 Villacarrillo-Cazorla y por la A-6203, que, pasando por Castellar, llega hasta la provincia de Ciudad Real.

Tiene una extensión de 242,8 km2, con dos zonas orográficas bien diferenciadas. Por un lado la Campiña, que da nombre a los habitantes del núcleo urbano “Campiñeses”, y que se extiende por el extremo oriental de La Loma, ocupando la mayor parte del termino. Por otro lado la zona de la Sierra de las Cuatro Villas, y que forma parte del conjunto orográfico de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas. Cuenta con una población de 11.117 habitantes (INE 2007).

El término municipal tiene una extensión total, entre zona de montaña y de campiña, de 235 kilómetros cuadrados. Los ríos Guadalquivir, Guadalimar y Aguascebas, surcan su territorio que limita con los términos municipales de Iznatoraf, Santiago-Pontones, Santo Tomé, Sabiote y Santisteban del Puerto.

El gran problema de la zona es el de las comunicaciones. La única vía de comunicación importante es la Carretera Nacional N-322 de Córdoba a Valencia. Otras carreteras comarcales unen los núcleos de población cercanos. Por el término discurre el trazado de un discutido ferrocarril, proyectado en los años veinte, durante la Dictadura de Primo de Rivera, el Baeza-Utiel-Pobla de Segur. Varias veces se ha trabajado en el proyecto, siendo la última en la década de los años sesenta. Hoy día está definitivamente abandonado, según el gobierno central por su poca rentabilidad, aunque ciertamente se puede comprender su viabilidad al ser la comunicación férrea más corta entre Andalucía y Levante.


El municipio cuenta con las pedanías de:

Mogón
Agrupación de Mogón
La Caleruela
Arroturas
Puente de Cerromolinos
Herrera

Dentro del término municipal de Villacarrillo, se pueden distinguir las siguientes zonas:

a)Cobertura tabular desde la margen derecha del Guadalquivir hasta el límite con el río Guadalimar. Areniscas, arcillas, margas y lignitos del Triásico, y calizas dolomías y arcillas del Jurásico en el cauce del Guadalimar, calizas y magmas del Neoceno en la Loma de Úbeda.

b)Neogeno (depresión del Guadalquivir). Calizas y margas del Neogeno y depósitos aluviales del Cuaternario. c)Zona Prebética (Sierra de Cazorla). Calizas dolomías, arcillas, margocalizas y calizas nodulosas del Jurásico.

Desde el punto tectónico se pueden diferenciar tres unidades dentro del término municipal. Bajo todas ellas se encuentra el zócalo paleozoico que aflora en la Meseta. Este zócalo fue plegado durante la orogenia Herciniana y posteriormente sometido a fuerte erosión.

a)Región Tabular, prácticamente horizontal, en dirección N.E.-S.O., y apoyando directamente sobre el paleozoico de la Meseta. b)Noegeno, en la depresión del Guadalquivir, como continuación la región tabular. c)Zona Prebética (sierra de Cazorla), con una región plegada con amplios anticlinales y sinclinales, afectados por fallas normales.




Historia de Villacarrillo

Su nombre primigenio fue aldea de Mingo Priego, su actual nombre lo debe al religioso Alonso Carrillo (Cuenca, 1410-1482), que fue nombrado arzobispo de Toledo en 1445 y le otorga categoría de villa en una cédula fundacional fechada el día primero de septiembre de 1449, confirmada posteriormente por el rey Juan II de Castilla el día primero de enero del siguiente año 1450 y por los Reyes Católicos el 25 de enero de 1498, separándo así de la antigua villa de Iznatoraf, entonces cabeza jurisdiccional de la comarca, la aldea de Mingo Priego, nombre del primigenio Villacarrillo.


La aldea
Allá por el siglo X de la era cristiana se alzaba, en lo que hoy es la torre de Vandelvira, una imponente fortaleza. El walí y alcaide de Iznatorafe, singular reyezuelo, guardaba celosamente desde tal atalaya el valle del Alto Guadalquivir.

En 1235, Fernando III, el Santo, rey de Castilla y León, con la ayuda del Arzobispo de Toledo don Rodrigo Ximénez de Rada, conquistó para la causa de la Cruz la plaza fuerte de Iznatoraf hasta entonces en poder de los moriscos y sus tres fortalezas de avanzadilla, las actuales poblaciones de Villacarrillo, Villanueva del Arzobispo y Sorihuela del Guadalimar. La villa de Iznatoraf era considerada prácticamente inexpugnable; más aún al contar con dos fortalezas a la falda del monte para otear posibles peligros que pudieran llegar tanto del Norte como del Sur. En dirección norte, la atalaya daría origen a la aldea de La Moraleja, actual Villanueva del Arzobispo, celosa vigilante de la amplia faja de terreno que va desde el pie del cerro hasta la loma de Chiclana. Al sur del alto cerro, se asentaba otra fortaleza, la actual Villacarrillo que, por su privilegiada equidistancia entre dos ríos, dominaba por levante y por poniente las cuencas del Guadalquivir y del Guadalimar.

Junto con los términos de Cazorla, Quesada, La Iruela, etc., se organizó con la denominación de Adelantamiento de Cazorla, dependiente del Arzobispado de Toledo. Los arzobispos de Toledo fueron, en efecto, los soberanos o señores de esta comarca, por delegación del Rey de Castilla. A aquellos correspondía la facultad de dictar las normas legislativas, cobrar los tributos y administrar justicia. Entre los vasallos y el Arzobispo, se encontraba el Adelantado, nombrado por éste como representante de su autoridad, con residencia en Cazorla, capital del Adelantamiento.

El gobierno de la Torre o fortaleza, ya bajo signo cristiano, se encomendó al caballero conquense don Mingo de Priego, su primer alcaide, que le dio su nombre, siendo conocida como Chozas de Mingo Priego, Aldea de Mingo Pliego, Muño Pliego, Torre de Mingo Priego, etc. En torno ha dicha fortaleza fueron poco a poco levantándose las edificaciones de un nuevo poblado, anejo de Iznatoraf.

El territorio reconquistado se pobló con castellanos, leoneses, navarros y vascos, cuyos linajes perduraron al amparo de numerosas vinculaciones y mayorazgos de hidalguía. Con la integración de Iznatoraf en el señorío jiennense de los arzobispos de Toledo, concluye el periodo de conquista y formación del Adelantamiento de Cazorla, empezando a partir de estos momentos la activa participación de las villas del Adelantamiento en la frontera con el reino de Granada.

Villacarrillo desde su origen perteneció en lo administrativo, que no en lo eclesiástico, al Señorío de la mitra toledana sobre el llamado Adelantamiento de Cazorla.

Sobre la cautividad de Villacarrillo en el reino moro de Granada en 1.452, existe una prueba que da el espaldarazo definitivo a la autenticidad de tal hecho, según consta en el Archivo Histórico Nacional, Sección Universidades Legajo 720 (serie general). Se trata de un copia facsímil de las inscripciones correspondientes a los cautivos que sobrevivieron hasta 1.499. Los que en la cautividad fueron Helél, Alazaraque, Mançor, Moeliz, Bexiz, Alia, Omarfata, Hyrbil, Nexma, (con estos nombres figuran en las nóminas) habrían fallecido durante los cuarenta y siete años transcurridos. Fueron testigos directos de la toma de Villacarrillo por los musulmanes y la cautividad de la población


La villa
]El rey Fernando III hizo donación al arzobispo toledano D. Rodrigo Jiménez de Rada en 1.246, la villa de Iznatoraf, en premio de los “lazeríos (trabajos y fatigas) et por las missiones que fizo et face en aquellos lugares”, donación confirmada en 1.252, “con todas sus aldeas y términos, poblados y por poblar...” cuando era arzobispo de Toledo D. Sancho, hijo del Rey San Fernando. El territorio reconquistado se pobló con castellanos, leoneses, navarros y vascos, cuyos linajes perduraron al amparo de numerosas vinculaciones y mayorazgos de hidalguía, definitivamente asentados en esta faja territorial de La Loma.

Con este ambiente bélico entre los propios bandos cristianos, las razzias moras se recrudecieron, y en el otoño de 1.452 se produce la incursión del rey moro Muhammand IX el Zurdo, reduciendo a cautividad a la mayoría de los vecinos de Villacarrillo.

El asalto y quema de Villacarrillo en el verano de 1477 por los bandos de ABÜ-L-HASAN-ALÏ, EMIR DE GRANADA. El objetivo era siempre, el botín, hacer cautivos y asolar..., y me representé sus campos en llamas, cosechas perdidas, las moradas saqueadas, y esas hileras de casas, que bajaban desde el Cerro del Águila, igualmente incendiadas, y aquí y allá otras luminarias.

El crecimiento e importancia de la población fueron aumentando, hasta que el arzobispo Carrillo se decidió a hacerla villa independiente en el año de 1.449, dándole su nombre y escudo: “un castillo dorado en campo colorado con puertas y ventanas azules, según que el dicho arzobispo las tenía en sus armas”.

Al quedar sometida Granada, desapareció la frontera y disminuyó la importancia del Adelantamiento. Otras costumbres y un nuevo estilo de vida hicieron nace un nuevo carácter y disposición en sus habitantes... Al final de la Edad Media, estabilizada la marca fronteriza con el Reino de Granada en la sierra de Mágina, llega para la comarca giennense de “Las Cuatro Villas” un periodo de tranquilidad que permite su desarrollo económico y social a lo largo del siglo XV, continua imparable en el siglo XVI y alcanza su cenit cuando, a partir de las roturaciones de dehesas y baldíos, su riqueza, cereal y olivar, obtienen un formidable desarrollo, al mismo tiempo que conservan su riqueza ganadera, especialmente ovina.

A ello también coopera su especial emplazamiento geográfico: es la tierra de paso hacia el Levante español desde las ricas comarcas de la Loma y el Condado, y a la vez desde las serranías de Segura y de la Grana, de Génave y Siles y Orcera hacia Andalucía. Todas estas circunstancias convierten a la comarcas de las Cuatro Villas en un centro comercial de muy especial desarrollo. Sus ferias y mercados tienen un área de influencia sobre la zona que ocupan, atrayendo a ellas mercaderes y trajinantes de los más diversos lugares y mercaderías, bien para venderlas o comprar las que aquí se producían. (Aceite, lanas, miel, etc.).

A mediados del siglo XVII (1631-1653) se está viviendo, en lo administrativo y político, la última etapa del Adelantamiento de Cazorla; se revitalizan las cofradías, en especial la del Santo Cristo de la Vera-Cruz y las del Santísimo Sacramento; se organiza el Archivo parroquial, según la disposición del Sínodo de Moscoso y Sandoval; se acrecentaron las fundaciones de capellanías y otras obras pías; la recaudación de fondos para las obras del nuevo Santuario del Cristo de la Vera Cruz experimentó notable aumento; se restauró la iglesia conventual de Santa Isabel de los Ángeles de religiosas clarisas.

Otras de las mercedes que los villacarrillenses deben al cardenal Moscoso, en 1645, fue la reconstrucción del templo conventual de Santa Isabel de los Ángeles. Nos dice Ximena Jurado: «Mandó a espensas suyas y con sus acémilas, construir la Iglesia de Santa Isabel de los Ángeles, por hallarse la capilla que tenía en mal estado y amenazado de ruina. Además de dotar de huerto para dicha comunidad (religiosas franciscas de Santa Clara) que amplió y ultimó. Puesto su escudo de armas en la portada de la iglesia, lo ordenó quitar, poniendo en su lugar la Cruz, que debía presidir encima de la clave».

En 1676 se produce la traída de campanas, dotando la esbelta torre de Vandelvira con un campanario de sonido excepcional, en cuyo fundido -según tradición pulular- se incluyen muchas piezas de plata donadas por los villacarrillenses. En 1752 se constituye la Comisión Local para las operaciones de establecimiento de la Única Contribución que en la villa se constituyó a fin de cumplimentar el llamado Catastro del marqués de la Ensenada.

Este catastro, fuente inagotable de datos para el estudio del siglo XVIII, fue mandado realizar por D. Zenón de Somodevilla, después marqués de la Ensenada. Riojano y de modesta familia de hidalgo, tenía a su cargo el despacho de Guerra, Indias y Hacienda.

En cuanto a la demografía, el catastro de Ensenada contabiliza para Villacarrillo una población de 821 vecinos, distribuidos en 651 casas.

El 16 de febrero de 1892 se constituyó en los Valles de Villacarrillo, según expresión masónica, el Triángulo Fuente del Progreso, bajo los auspicios de la Logia Regeneradora de Beas de Segura, constituida en la Federación del Gran Oriente Español.

El convento del Santo Cristo quedó casi derruido en 1812 y reparado en 1815, fue derribado pocos años después, como consecuencia de la exclaustración liberal.

A principios del s. XIX estuvo Villacarrillo ocupado militarmente por las tropas napoleónicas. La ocupación duró dos años y medio: desde enero de 1810 hasta septiembre de 1812. El día 24 de octubre de 1810 fue abatido aquí el brigadier don Antonio Osorio Calvache, esforzado militar español que mandaba las guerrillas de patriotas que operaban por esta parte, a las órdenes del general Blake.

La urbanización y empedrado de nuestras calles se llevó a cabo en 1.844-45. Tenia entonces la villa, según Madoz, 4.500 habitantes, 828 casas de tres pisos, 20 calles, una plaza y cuatro plazuelas. Desde 1.876 ostenta el título de Ciudad, por merced de don Alfonso XII.

Años de 1835 a 1837. Leyes desamortizadoras. Demolición del Santuario y traslado de la Sagrada Imagen a la Parroquia.

La ciudad
Fue Alfonso XII quien otorgó el título de ciudad a la por aquel entonces villa de Villacarrillo “...en consideración a la importancia que por el aumento de su población ha logrado alcanzar...” (Gaceta de Madrid. 12 Mayo de 1877); el 8 de mayo de 1.877, D. Francisco Romero Robledo, a la sazón Ministro de la Gobernación, firma el Real Decreto por el que se concede a Villacarrillo el título de Ciudad, Real Decreto ratificado por Alfonso XII y publicado en la Gaceta de Madrid de 12 de mayo de 1.877.

La población villacarrillense ascendía en 1.877 a 8.699 personas, de las que 4.426 eran varones y 4.279 mujeres. En los últimos años se había producido un aumento demográfico considerable. No obstante, seguía manteniéndose el mismo mal endémico: una población extremadamente rural y un alto grado de analfabetismo. De esas 8.696 personas, 7.028 no sabían leer ni escribir.

La desamortización de Mendizabal supone para esta comunidad (clarisas del convento de Santa Isabel de los Ángeles) el fin de una época de esplendor religioso. Igual suerte corrió el Hospital de San Lorenzo servido por monjas dominicas. Dos instituciones separadas iban a entrar en una etapa de decadencia. El destino las uniría más tarde.

Las respuestas del colectivo villacarrillense ante el francés invasor fue contundente. No hay pozo alguno de la población, relatan los más viejos del lugar, cuyas aguas no hablen correctamente la lengua de Moliere al estar en permanente contacto con los gabachos que en ellas reposan su osadía invasora. Parece ser que en tan macabro como patriótico menester, se distinguieron dos populares figuras varón y hembra, quienes, ungidos por la exaltación de la libertad, dejaron a la posteridad ejemplo de bravura e indómito espíritu: Pulido y Leonor Jerónima.

Desde los refugios naturales de la bella e histórica sierra, en intermitente oleada de celo patriótico, llegaba hasta los franceses acantonados en la villa la partida guerrillera comandada por los Uribe, dos hermanos hijosdalgos villacarrillenses y miembros de una de las más ilustres familias de la población.

Antes de dictar la Exclaustración general, se aprobó el Decreto de 19 de febrero de 1836 que es el más trascendental del siglo XIX; la Desamortización

El artº 10º, de la Ley de 29 de julio, dice que para que un convento permaneciese abierto, había de tener al menos doce religiosas profesas. Esta disposición no se cumple en Villacarrillo, en el convento de Santa Isabel de los Ángeles, de las Orden de las Dominicas, y que aún permanece abierto. Tenía en julio de 1839 nueve religiosas. Asimismo el convento de Franciscanos de la Orden de Descalzos de San Pedro de Alcántara, fue suprimido y demolido en el año 1835.


Cultura
Uno de los principales tesoros culturales con los que cuenta esta localidad es la Iglesia de la Asunción, del siglo XVI, la cual fue declarada Monumento Nacional en el año 1931. El arquitecto de esta magnífica obra fue Andrés de Vandelvira (Alcaraz, 1509-1575) que además se estableció en Villacarrillo y se casó con una vecina de la localidad llamada Luisa Luna. Vandelvira construyó obras maestras de la arquitectura a lo largo y ancho de la provincia, basten como ejemplo las Catedrales de Baeza y Jaén.




Lugares de Interes de Villacarrillo

La calle de La Feria
Durante la segunda mitad del siglo XIX en Villacarrillo se consolida una burguesía agraria que propició una interesante arquitectura ecléctica e historicista a partir del eje de la calle La Feria. En ésta encontramos la Casa del Cardenal Benavides, la Casa de los Régil, la Casa de los Rubiales. Son estos sólo algunos ejemplos del conjunto de casas solariegas que se pueden descubrir en nuestro recorrido por esta calle de La Feria.

La casa de la Inquisición
Un edificio histórico importante en Villacarrillo, situado en el casco antiguo de la ciudad, es la Casa de la Inquisición, en la calle Repullete. Se trata de una edificación en tres plantas cuyo interior está completamente modificado respecto a la estructura original. Debió construirse entre los siglos XVI y XVII. Se conserva su original fachada incluyendo la rejería, y la subida de escaleras, ornamentada por varios escudos del Santo Oficio de la Inquisición y una cruz ponteada. Descartado que entre sus paredes se diera tormento y suplicio a los reos acusados de delitos contra la fe, la casa albergó las reuniones y debates del Tribunal de Villacarrillo y, quizás, el cumplimiento de las condenas más leves, impuestas por los tribunales provinciales.

La Fuente de los Caños
Por otro lado, también podemos contemplar en los aledaños de la Iglesia de La Asunción la llamada Fuente de los Caños. Ésta fue mandada construir por el Alcalde Gerardo Pastor, en 1920, para conmemorar la traída de aguas desde la fuente de Guíjara e instalada inicialmente en frente del ayuntamiento.

Balcón Vandelviriano
No solo dejó Vandelvira su arte en el templo de La Asunción. También quedó éste inmortalizado en la esquina de la que fuera posada, a través de un balcón esquinado que se conoce como ?Balcón Vandelviriano?. Éste está sostenido por una columna central y frontón con pináculos y escudo, idéntico a los construidos por Vandelvira en las vecinas ciudades de Úbeda y Baeza.

Santa Isabel de los Ángeles
En la empinada ?Cuesta de las Monjas?, como se conoce popularmente a la calle Ramón y Cajal, se localiza el templo de Santa Isabel de los Ángeles. El edificio anexo a la iglesia fue convento de clausura hasta 1737, cárcel pública durante la ocupación francesa y, a partir de 1884, hospital al que se trasladaron los servicios del antiguo Hospital de San Lorenzo. Hoy alberga varias dependencias municipales.

No se ha encontrado documento fehaciente que nos date la fecha exacta de su construcción. Los detalles y estilo parecen remontar la obra a finales del siglo XVI y comienzos del XVII. La planta es de una sola nave (de salón) con un coro alto al final. Las bóvedas son de medio cañón. Las pechinas de ésta cúpula poseen frescos atribuidos al villacarrillense Escudero de la Torre. El retablo, dorado, posee columnas salomónicas del siglo XVIII.

La fachada es de piedra con sillares irregulares. Una sencilla espadaña de tres cuerpos se levanta en el ángulo noroeste de la misma. La portada rebosa un elegante clasicismo con una hornacina en la que encontramos la imagen de piedra de Santa Isabel, titular de la iglesia.

En esta iglesia, en 1812, se llevó a cabo el solemne acto de jura de la nueva constitución de Cádiz, ?La Pepa?.

El Templo de La Asunción
El monumento por excelencia en Villacarrillo es la Iglesia Parroquial de La Asunción, maravilla vandelviriana que fue declarada Monumento Nacional por Real Decreto el 3 de Junio de 1931. Como hemos señalado anteriormente su traza corresponde al maestro de Alcaraz, Andrés de Vandelvira, y supone para Villacarrillo, según palabras del propio Fernando Chueca Goitia ?la mejor iglesia de Vandelvira si descontamos las obras cumbres de Jaén y Úbeda?.

Vandelvira proyectó el nuevo templo sobre los restos del antiguo castillo o atalaya musulmana. La primera piedra debió colocarse en uno de los años comprendidos entre 1540 y 1550. El resultado fue una iglesia extraordinaria por la singularidad de su perfil volumétrico, la grandiosidad espacial de su interior lograda con economía de recursos, la originalidad y belleza de las bóvedas y la integración de tradiciones medievales en el clasicismo renacentista. En el año 1653 finalizarían las obras del templo.

Andrés de Vandelvira no vio culminada su obra como Maestro Mayor de cantería, ya que la muerte le sorprende en el año 1575. A partir de esta fecha, en la construcción del templo le sustituyeron otros maestros canteros como Pedro de Régil, Juan de Ostiaga y Alonso de Régil.

El interior de la parroquia de La Asunción es de planta de salón de tipo granadino, predomina la sillería y se estructura en tres naves con la misma altura, separadas por pilares sobre basamentos con columnas adosadas de orden compuesto.

La cubierta central está formada por bóvedas sobre pechinas y falsas linternas. Estas pechinas están decoradas con pinturas de gran belleza, con una técnica mixta, al temple en su mayoría y al fresco en algunos fondos, ocupando una superficie de más de 150 m2. Estas pinturas se realizaron entre 1580 y 1597 y fueron ejecutadas por el artista de la escuela granadina Pedro de Raxis.

De gran interés es también la Sacristía. Es posible que se terminara su construcción en torno al año 1618. Se levantaría sobre la primitiva parroquia de Santa María del Castillo, de estilo gótico. Juan de Ostiaga, Pedro de Régil y su hijo Alonso de Régil, serían los encargados de finalizar la obra de la Sacristía. Ésta presenta una planta rectangular, con una cubierta dividida en tres tramos con bóvedas baídas. Esta sacristía deriva de la de la iglesia de El Salvador de Úbeda, por su estructura, aunque su decoración es más sobria y arquitectónica, con gusto manierista.

Los retablos del templo de La Asunción datan entre los siglos XVII y XVIII y muestran sus preferencias por la estilística barroca y rococó.

Al templo se accede por dos portadas principales, una a los pies, llamada del Sol, y otra, en la pared norte, o Puerta de Umbría. La primera es de gran belleza, con influencias del estilo plateresco.

El Museo parroquial de La Asunción muestra obras procedentes de los templos de la localidad, así como otras donadas por cofradías y feligreses. Entre ellas destacan las piezas de orfebrería de los siglos XVII, XVIII y XIX, así como misales, biblias, casullas, etc.




Economía de Villacarrillo

La economía de Villacarrillo está basada casi en exclusiva en el cultivo de la aceituna. Hasta los años setenta del siglo XX el cultivo de las olivas, era importante pero se alternaba con otros como el cereal o la vid, pero a partir de entonces un mar de olivos ha inundado la loma de Úbeda. Villacarrillo posee la fábrica de aceites con mayor molturación de aceite de oliva y pertenece a la denominación de origen más grande de Europa "Campiñas de Jaén".

La mayor parte del término está dedicada al monocultivo del olivar, siendo uno de los de mayor producción de la provincia, junto con Martos y Mancha Real. Pequeñas parcelas próximas al núcleo urbano cultivan el cereal, si bien tienden a desaparecer en favor del olivar. También existen áreas aisladas de monte bajo y matorral, que en su mayor parte son zonas testigo de antiguo monte. En la zona de la Sierra, es donde, por condicionamiento geográfico, el olivar pierde la primacía en favor de las coníferas, que alcanzan gran extensión y suponen una suculenta riqueza maderera y de pastos. En las riberas de los ríos, se dan algunos cultivos de huerta, generalmente para autoabastecimiento de la población.




Climatología de Villacarrillo

El clima es mediterráneo de matiz continental, con inviernos suaves y veranos muy calurosos. Los vientos que más reinan son el S. SO, precursores casi siempre de lluvias, y alguna vez el O, que también las produce: los del N no son tan frecuentes, por fortuna, pues siempre son mirados como calamitosos, porque constantemente dañan los árboles y sementeras. Los del E, menos frecuentes, sólo son perjudiciales cuando se presentan durante la grana de los cereales, porque los arrebata con su excesivo calor.

La temperatura es desigual y muy variable, siendo muy pocas las veces que se sostiene en el extremo de alta o baja; es notoriamente más benigna en el invierno y más calurosa en el verano, en la zona colocada a la derecha del Guadalquivir; en esta rara vez cuaja la nieve y mucho más rara se conserva por más de un día en algunas de sus cumbres, al paso que en la opuesta y más meridional, permanece algunas veces tres, cuatro y más días, especialmente en Iznatoraf.

En las cumbres de los montes Tugienses o de las Villas se conserva uno, dos o más meses. Los inviernos son, por punto general, abundantes de lluvias, nieblas y nieves, y es frecuente el que aquellas impidan las labores del campo y toda clase de tráfico, por cuarenta y cinco y más días.




Gastronomia de Villacarrillo

LA CULTURA DEL OLIVO
Villacarrillo, de profundas raíces agrícolas, es hoy en día zona olivarera por excelencia. La transformación de los campos de labranza de secano en olivares ha sido la tendencia de los últimos 20 o 30 años.

A partir de la década de los 70 hay una proliferación en el cultivo del olivo. Los olivares comienzan a ganar terreno a cultivos tradicionales, como el trigo o la cebada y, poco a poco, se convierte el paisaje en un mar de olivos, imagen repetida formando hileras interminables. De este modo, un tercio del término municipal, es decir unas 14.000 hectáreas, se dedican a esta producción.

La calidad de nuestros aceites se consigue no sólo gracias a las condiciones idóneas para su cultivo, sino al esmerado trabajo que olivareros y almazareros realizan.

La cocina tradicional y moderna se nutre fundamentalmente de este oro líquido, fuente de salud. Ensaladas, guisos, postres, etc, cuentan siempre con el pilar fundamental del aceite de oliva. La tan nombrada dieta mediterránea se hace universalmente conocida gracias al impulso mundial del aceite de oliva, aceite de Jaén, aceite de Villacarrillo que puede adquirirse en cualquiera de las almazaras de la localidad.


LA RIQUEZA DE LA HUERTA
La huerta se extiende por todo el término municipal, aunque más extensa y amplia en las aldeas de Mogón, Arroturas, Agrupación de Mogón y La Caleruela, ya casi desaparecida por el cultivo del olivar en la zona norte que linda con El Condado.

Las extensas vegas de los ríos Aguascebas y Guadalquivir, a su paso por Mogón y sus aldeas, han sido cultivadas desde tiempos inmemoriales por los romanos, árabes, etc. explotando e instalándose en estas tierras entre La Loma y la Sierra no sólo por su situación estratégica sino también por la fertilidad de sus tierras, la abundancia de agua y su riqueza en la calidad de la producción de árboles frutales, verduras y hortalizas.

Algunos de los árboles frutales más conocidos en nuestro término son: la higuera negra, la higuera blanca, los granados, los caquis, las manzanas, los membrillos, los melocotones, las ciruelas, los nísperos, las nueces, las peras, las uvas de parra, etc. En cuanto a las verduras y hortalizas, se siembran en las vegas de los ríos los pimientos, las patatas, las zanahorias, los espárragos blancos, los ajos, el maíz, los habicholones, las habichuelas, las lechugas, las alcachofas, las espinacas, las acelgas, las habas, las berenjenas, etc.


COCINA SANA Y SABROSA
En las últimas décadas, la cocina tradicional villacarrillense se ha convertido en uno de nuestros principales atractivos. Nuestro rico aceite de oliva es un ingrediente básico en todos los platos y recetas. Nuestra cocina tiene influencias de regiones tan cercanas como Murcia y Castilla-La Mancha.




Fiestas de Villacarrillo

Una de las festividades con más tradición en Villacarrillo es la del Corpus Christi, en la que, además de realizar procesiones, se suelen adornar las calles y balcones con plantas, pinturas, telas y murales relativos a esta fiesta católica.




Ayuntamiento de Villacarrillo
C/ Feria, 1
23300 - Villacarrillo
Tel: 953440000
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