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Isla de La Graciosa - Islas de Gran Canarias
La isla de La Graciosa forma parte del archipiélago Chinijo -perteneciente a la Comunidad Autónoma de Canarias (España) y a la Provincia de Las Palmas-, junto con los islotes de Montaña Clara, Roque del Este, Roque del Oeste y Alegranza.
Está al noroeste de Lanzarote, isla de la que depende administrativamente y de la que la separa un brazo de mar conocido como El Río. También se halla relativamente cerca de la costa continental africana.
La Graciosa posee unos 29 km² en los que se hallan los dos únicos pueblos de la isla: La Caleta del Sebo (capital insular) y Casas de Pedro Barba. Es la menos poblada de las ocho islas habitadas, su población actual es de 658 habitantes. La economía insular está basada en la pesca y el turismo. Fue conquistada en 1402 por el explorador normando Juan de Bethencourt, bajo el vasallaje de Enrique III de Castilla.
La isla es accesible únicamente desde el mar, aunque también posee un helipuerto situado muy cerca de Caleta del Sebo. Cuenta con un delegado del ayuntamiento conejero de Teguise.
La Graciosa es la mayor de las islas e islotes que componen el Archipiélago Chinijo. Al sur predominan amplias playas de arenas rubias, como las de la Cocina y la de los Franceses. También en el litoral se localizan sus dos asentamientos urbanos: Caleta de Sebo y Pedro Barba. El primero constituye el núcleo de población originario, mientras que el segundo es una pequeña urbanización turística. Al igual que el resto de las islas Canarias, su origen es volcánico. Su pico más alto es el de Las Agujas, con 266 m.
Esta isla tan solo tiene dos poblaciones reconocidas, como son, Caleta de sebo, el cual es un pueblo muy tradicional; y Pedro Barba, la cual es una urbanización muy turística en la que podremos disfrutar de nuestras vacaciones.
Historia de La Graciosa
Fue en La Graciosa cuando en junio de 1799, el infatigable viajero y científico alemán Alenxander von Humboldt, padre de la moderna ciencia geográfica y uno de los naturalistas mas universales, experimentó por primera vez la indefinible emoción de pisar suelo no europeo. Antes de descender a tierra, el capitán de la Pizarro confundió con un castillo, lo que tan sólo era una roca de basalto, a la que saludó enarbolado el pabellón español, hasta que descubrieron que se encontraba en la hermosa isla de La Graciosa y que en muchas leguas a la redonda no había sitio habitado.
Dada la posición de esta isla, no es aventurado afirmar, que las primeras expediciones que conocieron Canarias, fondeasen en La Graciosa antes que en ningún otro lugar del Archipiélago.
Uno de los objetos más importantes del comercio de los fenicios, la potencia naval del Mediterráneo, era la púrpura, que se extraía de la orchilla y La Graciosa era uno de los lugares a donde llegaban desafiando el límite de las columnas de Hércules (actual estrecho de Gibraltar) para recolectar esta planta, que le valió a las islas orientales de Canarias el sobrenombre de "Purpurinas".
Cuando Jean de Bethencourt decidió conquistar la Belle Isle otros navegantes ya habían fondeado sus naves en estas tranquilas aguas.
En este sentido, los piratas europeos y berberiscos supieron aprovechar durante siglos, la seguridad y refugio que le proporcionaban las playas de La Graciosa durante sus incursiones por Canarias. Tanto es así, que si continua presencia ha inspirado la leyenda acerca de un tesoro que un barco inglés escondió en la playa de Las Conchas, a principios del siglo XIX, tras ser perseguido por un barco pirata.
Durante años, la Graciosa cumplió con un papel fundamental para la supervivencia del lanzaroteño, sobre todo, tras las dantescas erupciones de Timanafaya, que trajeron la ruina a grandes superficies de cultivo. Hasta la Graciosa, hacían llegar ganado en busca de pastos y una vez allí lo dejaban en libertad hasta la llegada del verano.
La Graciosa posee unos 29 km² en los que se hallan los dos únicos pueblos de la isla: La Caleta del Sebo (capital insular) y Casas de Pedro Barba. Es la menos poblada de las ocho islas habitadas, su población actual es de 658 habitantes. La economía insular está basada en la pesca y el turismo. Fue conquistada en 1402 por el explorador normando Juan de Bethencourt, bajo el vasallaje de Enrique III de Castilla.
La isla es accesible únicamente desde el mar, aunque también posee un helipuerto situado muy cerca de Caleta del Sebo. Cuenta con un delegado del ayuntamiento conejero de Teguise.
La Graciosa es la mayor de las islas e islotes que componen el Archipiélago Chinijo. Al sur predominan amplias playas de arenas rubias, como las de la Cocina y la de los Franceses. También en el litoral se localizan sus dos asentamientos urbanos: Caleta de Sebo y Pedro Barba. El primero constituye el núcleo de población originario, mientras que el segundo es una pequeña urbanización turística. Al igual que el resto de las islas Canarias, su origen es volcánico. Su pico más alto es el de Las Agujas, con 266 m.
Esta isla tan solo tiene dos poblaciones reconocidas, como son, Caleta de sebo, el cual es un pueblo muy tradicional; y Pedro Barba, la cual es una urbanización muy turística en la que podremos disfrutar de nuestras vacaciones.
Historia de La Graciosa
Fue en La Graciosa cuando en junio de 1799, el infatigable viajero y científico alemán Alenxander von Humboldt, padre de la moderna ciencia geográfica y uno de los naturalistas mas universales, experimentó por primera vez la indefinible emoción de pisar suelo no europeo. Antes de descender a tierra, el capitán de la Pizarro confundió con un castillo, lo que tan sólo era una roca de basalto, a la que saludó enarbolado el pabellón español, hasta que descubrieron que se encontraba en la hermosa isla de La Graciosa y que en muchas leguas a la redonda no había sitio habitado.
Dada la posición de esta isla, no es aventurado afirmar, que las primeras expediciones que conocieron Canarias, fondeasen en La Graciosa antes que en ningún otro lugar del Archipiélago.
Uno de los objetos más importantes del comercio de los fenicios, la potencia naval del Mediterráneo, era la púrpura, que se extraía de la orchilla y La Graciosa era uno de los lugares a donde llegaban desafiando el límite de las columnas de Hércules (actual estrecho de Gibraltar) para recolectar esta planta, que le valió a las islas orientales de Canarias el sobrenombre de "Purpurinas".
Cuando Jean de Bethencourt decidió conquistar la Belle Isle otros navegantes ya habían fondeado sus naves en estas tranquilas aguas.
En este sentido, los piratas europeos y berberiscos supieron aprovechar durante siglos, la seguridad y refugio que le proporcionaban las playas de La Graciosa durante sus incursiones por Canarias. Tanto es así, que si continua presencia ha inspirado la leyenda acerca de un tesoro que un barco inglés escondió en la playa de Las Conchas, a principios del siglo XIX, tras ser perseguido por un barco pirata.
Durante años, la Graciosa cumplió con un papel fundamental para la supervivencia del lanzaroteño, sobre todo, tras las dantescas erupciones de Timanafaya, que trajeron la ruina a grandes superficies de cultivo. Hasta la Graciosa, hacían llegar ganado en busca de pastos y una vez allí lo dejaban en libertad hasta la llegada del verano.
También, y hasta hace muy poco, La Graciosa era visitada por los lanzaroteños que venían a buscar crías de pardela o pardas, muy apreciadas por su gran reserva proteica en los grandes viajes hacia América, que es donde tiene origen esta tradición y que ha desaparecido de la cocina tradicional, debido a a que la captura de esta especie protegida esta prohibida. La saludable colonia de conejos importados por los españoles, la barrila de la que se extraía sosa mediante quema, el cosco del que se obtenía gofio y sobre todo la abundancia de mariscos y pesca, eran los grandes atractivos que ofrecía La Graciosa a los habitantes de Lanzarote.
Esta es la única isla del Archipiélago Chinijo, que no tiene otro heredero que el Cabildo de Lanzarote por decisión de Agustín de Herrera y Rojas, Marqués de Lanzarote, que así lo estableció "para aprovechamiento comunal". No obstante fueron muchos los intentos que se sucedieron a lo largo de la historia de hacerse con la posesión de la isla, incluido el Gobierno de Estados Unidos que quiso comprarla sin éxitos a mediados del XIX con la intención de usarla como enclave estratégico. Desde 1812, la isla pertenece al término municipal de Teguise.
Lugares destacados de la La Graciosa
Las Agujas (266 m)
Montaña del Mojón (188 m)
Montaña Amarilla (172 m)
Montaña Bermeja (157 m)
El Archipiélago Chinijo
El archipiélago Chinijo es un conjunto de islas que se encuentran al noreste de las islas Canarias, frente a las costas del sur de Marruecos. Lo integran las islas mayores de Montaña Clara, Alegranza y La Graciosa (la única habitada con 658 habitantes, Instituto Nacional de Estadística 2006), así como los pequeños islotes de Roque del Este y Roque del Oeste. El nombre procede del vocablo local chinijo, que quiere decir "pequeño", en alusión a su condición de miniarchipiélago dentro de las islas Canarias.
Está situado sobre una amplia plataforma submarina de menos de cien metros de profundidad, aunque en algunos puntos puede llegar a alcanzar los doscientos metros. Posee unas 19.270 hectáreas que pertenecen al municipio lanzaroteño de Teguise, en la provincia de Las Palmas.
Cuenta con los espacios protegidos de la Reserva Natural Integral de Los Islotes y el Parque Natural del Archipiélago Chinijo. El parque tomó su condición de espacio protegido en 1986, y fue reclasificado y reconocido como zona de especial protección para las aves en 1994.
Este archipiélago constituye la reserva marina más grande de Europa con 700 kilómetros cuadrados
Esta es la única isla del Archipiélago Chinijo, que no tiene otro heredero que el Cabildo de Lanzarote por decisión de Agustín de Herrera y Rojas, Marqués de Lanzarote, que así lo estableció "para aprovechamiento comunal". No obstante fueron muchos los intentos que se sucedieron a lo largo de la historia de hacerse con la posesión de la isla, incluido el Gobierno de Estados Unidos que quiso comprarla sin éxitos a mediados del XIX con la intención de usarla como enclave estratégico. Desde 1812, la isla pertenece al término municipal de Teguise.
Lugares destacados de la La Graciosa
Las Agujas (266 m)
Montaña del Mojón (188 m)
Montaña Amarilla (172 m)
Montaña Bermeja (157 m)
El Archipiélago Chinijo
El archipiélago Chinijo es un conjunto de islas que se encuentran al noreste de las islas Canarias, frente a las costas del sur de Marruecos. Lo integran las islas mayores de Montaña Clara, Alegranza y La Graciosa (la única habitada con 658 habitantes, Instituto Nacional de Estadística 2006), así como los pequeños islotes de Roque del Este y Roque del Oeste. El nombre procede del vocablo local chinijo, que quiere decir "pequeño", en alusión a su condición de miniarchipiélago dentro de las islas Canarias.
Está situado sobre una amplia plataforma submarina de menos de cien metros de profundidad, aunque en algunos puntos puede llegar a alcanzar los doscientos metros. Posee unas 19.270 hectáreas que pertenecen al municipio lanzaroteño de Teguise, en la provincia de Las Palmas.
Cuenta con los espacios protegidos de la Reserva Natural Integral de Los Islotes y el Parque Natural del Archipiélago Chinijo. El parque tomó su condición de espacio protegido en 1986, y fue reclasificado y reconocido como zona de especial protección para las aves en 1994.
Este archipiélago constituye la reserva marina más grande de Europa con 700 kilómetros cuadrados
Como Llegar
A La Graciosa se llega en barco desde el puerto de Orzola al norte de Lanzarote, el trayecto dura unos 25 minutos y cuesta unos 15 € ida y vuelta.
Las salidas y llegadas del barco están sincronizadas con la línea número 9 de Arrecife Bus y el trayecto dura 1 hora hasta la capital de Lanzarote, Arrecife.
Desde el aeropuerto hay un autobús que lleva a Arrecife en unos 20 minutos.
Para visitas de poco tiempo puedes dejar tu coche en el pueblo de Orzola.
Para alojamiento llama al Ayuntamiento en el teléfono (0034) 928 842 000
Ayuntamiento de Teguise
Avda. General Franco, 1
35530 - Teguise
URL: www.teguiselanzarote.com
Tel: 928 845 001
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