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Moron de Almazán
Morón de Almazán es una localidad y también un municipio de la provincia de Soria, partido judicial de Almazán, en la comunidad Autónoma de Castilla y León, España. Pueblo de la Comarca de Almazán.
Destacando la plaza mayor, con edificaciones del siglo XVI (con destacada simbología esculpida en piedra), un rollo y la gótica iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, con su esbelta torre plateresca (levantada por el señor de Mendoza en 1540), se esconde el cerro del castillo, que poco tiene hoy que ofrecer. Se sabe de su existencia en época celta por los restos arqueológicos encontrados en él.
" A Morón se llega directamente por una carretera interior en buen estado. El camino es ameno, por entre tierras de pan llevar, dominantemente pardas. El pueblo, que lo es de factura sencilla en piedra y adobe, contiene en el interior de su exiguo caserío un inusitado conjunto arquitectónico y artístico que en nada desdice del mejor renacimiento salmantino.
La sorpresa invade al viajero cuando, sin nada en las calles y casas que soprepase, da en una plaza perfecta y hermosísima; la arquitectura rural flanquea un costado, el otro lo cierra un palacio de fachada pura del XVI. Un lienzo de soportal en tres arcos prolonga el lateral. Y una soberbia escalinata abre el acceso al atrio del hermoso templo. La torre, de cuatro cuerpos, es perfecta en sus dimensiones y es excelente el plateresco de su ornamentación escultórica. Todo el conjunto en su actual ordenación se debe a la mano de la familia Mendoza, propietarios a su vez del palacio de Almazán".
Historia de Moron de Almazán
En el siglo XII, a la muerte de Alfonso VI, Morón se encuentra en manos musulmanas, aunque sólo se trataba de un castillete de control hacia el Jalón y Medinaceli. Después de pasar a manos cristianas, es sitiado en 1128 por el aragonés Alfonso I el batallador.
El rey castellano acude a su ayuda y el batallador tiene que retirarse a Almazán, a consecuencia de lo cual se levantó castillo de Medinaceli y Morón por Alfonso VII de Castilla, como defensa de la frontera con Aragón. Durante las luchas de la Raya, resultó atacada por los Cerda en 1288.
Fue entregado a Duguesclin (Mosén Claquín) por el trastámara, pasando luego a la corona y al señorío de los Mendoza primero y Camarasa después.
Pascual Madoz no hace referencia al castillo, aunque señala una ermita, Nuestra Señora de los Santos, que se dice haber sido convento de Templarios, y en ella se conserva una gran bandera con varios geroglíficos, que la opinión refiere haberse tomado a los moros.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional, conocido entonces como Morón y Señuela en la región de Castilla la Vieja, partido de Almazán, que en el censo de 1842 contaba con 217 hogares y 860 vecinos.
De Morón no se conoce necrópolis celtibérica, como en Monteagudo, pero sí se ha encontrado cerámica celtibérica en el cerro Castillo que se yergue detrás de la parroquial, donde aún quedan leves huellas de la fortificación realizada por Alfonso VII de Castilla para que Alfonso I el Batallador dejase de querer apropiársela en 1229. Y desde aquí dice la leyenda que hay un túnel hasta la ermita de la Virgen de los Santos, la cual cuenta con tradición templaria.
Tampoco concertaron entrevista alguna los reyes de ambos reinos sellando la paz con desposorios como los realizados en Monteagudo en el invierno de 1291, pero no importa porque la Plaza Mayor de Morón es tan bella que ya la quisieran tener muchas capitales. Pese a realizarse en diversas épocas la distribución espacial y el buen diseño escalonado es perfecto. Renacentistas son el el concejo y el palacio del conde de rivadabaia y marqués de Camarasa con elementos goticistas (puerta, arco carnapel, amplias dovelas y alfices), y la torre de la iglesia gótica es lo más logrado del plateresco soriano aunque tenga remates a lo Monterrey (¡sube hasta arriba, anímate!).
El rollo o picota es gótico, de primeros del siglo XVI y en su cono hay flores de lis.
La parroquial se construyó en diversas fases (dos capillas en 1495 y el resto desde el primer cuarto del XVI (capilla mayor) a 1560 (sacristía). En su entrada te llamará la atención la forja de las rejas y el pórtico y entrada hispanoflamenca con tetramorfos en las ménsulas (modelo copiado con menor acierto en Monteagudo de las Vicarias).
Y dentro te quiero llamar la atención de dos capiteles de las capillas del septentrión: una colosal cabeza maya o azteca y unos saltibanquis. Y, sobre todo, acércate a admirar ese bellísimo sepulcro de la segunda década del siglo XVI trasladado desde encima de la cripta central del prebisterio a ese arco hispanoflamenco, y que corresponde a un joven Mendoza, fallecido en 1516, al que acompañaba otro sepulcro de su esposa, Leonor del río (¿dónde fue a parar el sepulcro...?)
Cuando traspases el arco carpanel que da acceso a la sacristía la sorpresa seguirá acompañándote pues su bóveda, que descansa en grandes conchas santiaguistas (decenas de veneras adornan la casa-concejo) otorga a la estancia un singular ambiente medieval.
El retablo es barroco pero la Virgen de la Muela que en él se venera es una imagen románica.
Además hay un pequeño museo sacro artístico y una crucecita llena de reliquias. En la parte trasera de la iglesia, sobre arco escarzano, está el coro con antepecho de tracería flamígera, y al lado una capilla con una Cruz de las Ocho Beatitudes templaria.
Detrás de esta suntuosa plaza mayor, con edificaciones del siglo XVI (con destacada simbología esculpida en piedra), un rollo y la gótica iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, con su esbelta torre plateresca (levantada por el señor de Mendoza en 1540), se esconde el cerro del castillo, que poco tiene hoy que ofrecer. Se sabe de su existencia en época celta por los restos arqueológicos encontrados en él.
En el siglo XII, a la muerte de Alfonso VI, Morón se encuentra en manos musulmanas, aunque sólo se trataba de un castillete de control hacia el Jalón y Medinaceli. Después de pasar a manos cristianas, es sitiado en 1128 por el aragonés Alfonso I el batallador.
El rey castellano acude a su ayuda y el batallador tiene que retirarse a Almazán, a consecuencia de lo cual se levantó castillo de Medinaceli y Morón por Alfonso VII de Castilla, como defensa de la frontera con Aragón. Durante las luchas de la Raya, resultó atacada por los Cerda en 1288. Fue entregado a Duguesclin (Mosén Claquín) por el trastámara, pasando luego a la corona y al señorío de los Mendoza primero y Camarasa después.
Madoz no hace referencia al castillo, aunque señala una ermita, Ntra. Sra. de los Santos, que se dice haber sido convento de Templarios, y en ella se conserva una gran bandera con varios geroglíficos, que la opinión refiere haberse tomado a los moros.
El topónimo Morón podría hacer referencia a roca, monte o montículo, en este caso ajustado a la fisonomía del pronunciado cerro del castillo.
Gastronomia de Moron de Almazán
Uno de los platos conocidos son los guisos típicos de Morón las gachas de guijas y la Limonada para Semana Santa.
Fiestas de Moron de Almazán
Tienen tradición de procesiones en Semana Santa, con siete pasos, nazarenos y coraceros y salida de estandartes.
El 5 de febrero, Santa Águeda, las mujeres celebran su día y lo hacen con una cena que es coronada por los cánticos de las albadas. Sus albadas, generalmente, comienzan así:
También existía la tradición, por Santa Águeda, de una fiesta de mozos. Organizaban la fiesta constituyendo un "ayuntamiento" y eligiendo "un alcalde", que generalmente era el mayor y como alguaciles a los menores; cantaban albadas en las puertas de las jóvenes y pedian el donazgo (en otros lugares llamado gallofa), para celebrar luego una fiesta con lo recogido: chorizo, tortas, vino...
En agosto acuden en romería a la Virgen de los Santos. Ese mismo mes, celebran una Semana cultural, organizada por la Asociación Cultural, que dedican a un colectivo social cada día.
Fiestas Patronales: San Juan Bautista (primer fin de semana de julio)
Destacando la plaza mayor, con edificaciones del siglo XVI (con destacada simbología esculpida en piedra), un rollo y la gótica iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, con su esbelta torre plateresca (levantada por el señor de Mendoza en 1540), se esconde el cerro del castillo, que poco tiene hoy que ofrecer. Se sabe de su existencia en época celta por los restos arqueológicos encontrados en él.
" A Morón se llega directamente por una carretera interior en buen estado. El camino es ameno, por entre tierras de pan llevar, dominantemente pardas. El pueblo, que lo es de factura sencilla en piedra y adobe, contiene en el interior de su exiguo caserío un inusitado conjunto arquitectónico y artístico que en nada desdice del mejor renacimiento salmantino.
La sorpresa invade al viajero cuando, sin nada en las calles y casas que soprepase, da en una plaza perfecta y hermosísima; la arquitectura rural flanquea un costado, el otro lo cierra un palacio de fachada pura del XVI. Un lienzo de soportal en tres arcos prolonga el lateral. Y una soberbia escalinata abre el acceso al atrio del hermoso templo. La torre, de cuatro cuerpos, es perfecta en sus dimensiones y es excelente el plateresco de su ornamentación escultórica. Todo el conjunto en su actual ordenación se debe a la mano de la familia Mendoza, propietarios a su vez del palacio de Almazán".
Historia de Moron de Almazán
En el siglo XII, a la muerte de Alfonso VI, Morón se encuentra en manos musulmanas, aunque sólo se trataba de un castillete de control hacia el Jalón y Medinaceli. Después de pasar a manos cristianas, es sitiado en 1128 por el aragonés Alfonso I el batallador.
El rey castellano acude a su ayuda y el batallador tiene que retirarse a Almazán, a consecuencia de lo cual se levantó castillo de Medinaceli y Morón por Alfonso VII de Castilla, como defensa de la frontera con Aragón. Durante las luchas de la Raya, resultó atacada por los Cerda en 1288.
Fue entregado a Duguesclin (Mosén Claquín) por el trastámara, pasando luego a la corona y al señorío de los Mendoza primero y Camarasa después.
Pascual Madoz no hace referencia al castillo, aunque señala una ermita, Nuestra Señora de los Santos, que se dice haber sido convento de Templarios, y en ella se conserva una gran bandera con varios geroglíficos, que la opinión refiere haberse tomado a los moros.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional, conocido entonces como Morón y Señuela en la región de Castilla la Vieja, partido de Almazán, que en el censo de 1842 contaba con 217 hogares y 860 vecinos.
De Morón no se conoce necrópolis celtibérica, como en Monteagudo, pero sí se ha encontrado cerámica celtibérica en el cerro Castillo que se yergue detrás de la parroquial, donde aún quedan leves huellas de la fortificación realizada por Alfonso VII de Castilla para que Alfonso I el Batallador dejase de querer apropiársela en 1229. Y desde aquí dice la leyenda que hay un túnel hasta la ermita de la Virgen de los Santos, la cual cuenta con tradición templaria.
Tampoco concertaron entrevista alguna los reyes de ambos reinos sellando la paz con desposorios como los realizados en Monteagudo en el invierno de 1291, pero no importa porque la Plaza Mayor de Morón es tan bella que ya la quisieran tener muchas capitales. Pese a realizarse en diversas épocas la distribución espacial y el buen diseño escalonado es perfecto. Renacentistas son el el concejo y el palacio del conde de rivadabaia y marqués de Camarasa con elementos goticistas (puerta, arco carnapel, amplias dovelas y alfices), y la torre de la iglesia gótica es lo más logrado del plateresco soriano aunque tenga remates a lo Monterrey (¡sube hasta arriba, anímate!).
El rollo o picota es gótico, de primeros del siglo XVI y en su cono hay flores de lis.
La parroquial se construyó en diversas fases (dos capillas en 1495 y el resto desde el primer cuarto del XVI (capilla mayor) a 1560 (sacristía). En su entrada te llamará la atención la forja de las rejas y el pórtico y entrada hispanoflamenca con tetramorfos en las ménsulas (modelo copiado con menor acierto en Monteagudo de las Vicarias).
Y dentro te quiero llamar la atención de dos capiteles de las capillas del septentrión: una colosal cabeza maya o azteca y unos saltibanquis. Y, sobre todo, acércate a admirar ese bellísimo sepulcro de la segunda década del siglo XVI trasladado desde encima de la cripta central del prebisterio a ese arco hispanoflamenco, y que corresponde a un joven Mendoza, fallecido en 1516, al que acompañaba otro sepulcro de su esposa, Leonor del río (¿dónde fue a parar el sepulcro...?)
Cuando traspases el arco carpanel que da acceso a la sacristía la sorpresa seguirá acompañándote pues su bóveda, que descansa en grandes conchas santiaguistas (decenas de veneras adornan la casa-concejo) otorga a la estancia un singular ambiente medieval.
El retablo es barroco pero la Virgen de la Muela que en él se venera es una imagen románica.
Además hay un pequeño museo sacro artístico y una crucecita llena de reliquias. En la parte trasera de la iglesia, sobre arco escarzano, está el coro con antepecho de tracería flamígera, y al lado una capilla con una Cruz de las Ocho Beatitudes templaria.
Detrás de esta suntuosa plaza mayor, con edificaciones del siglo XVI (con destacada simbología esculpida en piedra), un rollo y la gótica iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, con su esbelta torre plateresca (levantada por el señor de Mendoza en 1540), se esconde el cerro del castillo, que poco tiene hoy que ofrecer. Se sabe de su existencia en época celta por los restos arqueológicos encontrados en él.
En el siglo XII, a la muerte de Alfonso VI, Morón se encuentra en manos musulmanas, aunque sólo se trataba de un castillete de control hacia el Jalón y Medinaceli. Después de pasar a manos cristianas, es sitiado en 1128 por el aragonés Alfonso I el batallador.
El rey castellano acude a su ayuda y el batallador tiene que retirarse a Almazán, a consecuencia de lo cual se levantó castillo de Medinaceli y Morón por Alfonso VII de Castilla, como defensa de la frontera con Aragón. Durante las luchas de la Raya, resultó atacada por los Cerda en 1288. Fue entregado a Duguesclin (Mosén Claquín) por el trastámara, pasando luego a la corona y al señorío de los Mendoza primero y Camarasa después.
Madoz no hace referencia al castillo, aunque señala una ermita, Ntra. Sra. de los Santos, que se dice haber sido convento de Templarios, y en ella se conserva una gran bandera con varios geroglíficos, que la opinión refiere haberse tomado a los moros.
El topónimo Morón podría hacer referencia a roca, monte o montículo, en este caso ajustado a la fisonomía del pronunciado cerro del castillo.
Gastronomia de Moron de Almazán
Uno de los platos conocidos son los guisos típicos de Morón las gachas de guijas y la Limonada para Semana Santa.
Fiestas de Moron de Almazán
Tienen tradición de procesiones en Semana Santa, con siete pasos, nazarenos y coraceros y salida de estandartes.
El 5 de febrero, Santa Águeda, las mujeres celebran su día y lo hacen con una cena que es coronada por los cánticos de las albadas. Sus albadas, generalmente, comienzan así:
"Ni canto por ti morena
ni canto por ti salada
que canto por la peseta
que me vas a dar mañana".
También existía la tradición, por Santa Águeda, de una fiesta de mozos. Organizaban la fiesta constituyendo un "ayuntamiento" y eligiendo "un alcalde", que generalmente era el mayor y como alguaciles a los menores; cantaban albadas en las puertas de las jóvenes y pedian el donazgo (en otros lugares llamado gallofa), para celebrar luego una fiesta con lo recogido: chorizo, tortas, vino...
En agosto acuden en romería a la Virgen de los Santos. Ese mismo mes, celebran una Semana cultural, organizada por la Asociación Cultural, que dedican a un colectivo social cada día.
Fiestas Patronales: San Juan Bautista (primer fin de semana de julio)
Ayuntamiento de Moron de Almazán
Plaza Mayor s/n
42223 - Morón de Almazán
Tel: 975.306.001
.
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