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El estratégico enclave, en el puerto natural que forma la desembocadura del río Guadalquivir, atrajo desde tiempos muy remotos a marinos comerciantes que realizaban intercambios comerciales con los pueblos de nuestro entorno geográfico.
El origen del primer asentamiento de Sanlúcar viene auspiciado por la construcción de un templo en época fenicia dedicado a Astarté, la diosa fenicia del amor y la fecundidad. Restos de este templo se han hallado en el complejo dunar llamado La Algaida, hoy -Parque Natural de Doñana-.
Ya en época histórica se tienen datos de la existencia de una fortaleza musulmana denominada ‘El Castillo de las Siete Torres’ que defendía la desembocadura del Guadalquivir. Guzmán el Bueno toma posesión de dicha fortaleza y de la villa en 1297 como donación del rey Sancho IV por sus servicios durante la Reconquista. Desde este momento y hasta 1640 los Guzmanes ostentaron el señorío de la Villa, siendo sus descendientes los Duques de Medina Sidonia.
Tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, Sanlúcar se convierte en un puerto de referencia, partiendo Cristóbal Colón en su tercer viaje y Magallanes en el primer viaje de circunnavegación, entrando en el estado de mayor apogeo económico de su historia, gracias al fomento de la actividad comercial entre América y el puerto de Sevilla, propiciada por los Duques de Medina Sidonia.
En la primera mitad del S. XVII los Duques de Medina Sidonia pierden el señorío de la ciudad y Sanlúcar entra a formar parte de la Corona comenzando aquí un largo declive que se agrava con el paso de la Casa de Contratación a Cádiz, viéndose excluida así de la ruta comercial con América, perdurando este declive hasta el S. XIX en que la ciudad se ve favorecida por Godoy, llegando a ser capital de una provincia que comprendía, por el litoral Atlántico, desde Ayamonte hasta Rota y por el interior hasta la ciudad de Lebrija.
En cualquier caso, es la llegada de los Duques de Montpensier uno de los hitos más representativos del esplendor de la ciudad en el S. XIX. Habiendo creado su corte en Sevilla, decidieron residir en Sanlúcar de Barrameda en las temporadas estivales, construyendo al efecto un hermoso palacio romántico. Comenzaba así, de nuevo, un florecimiento de la vida social de la ciudad, construyéndose hermosas casas de veraneo y organizándose cada año un entretenido ciclo festivo que culminaba con las carreras de caballos en la playa, acontecimiento que perdura hasta la actualidad.
El renacimiento (arte de los siglos XV-XVI) económico vino de la mano de las emergentes empresas bodegueras que iniciaban, ya en aquella época, el exitoso desarrollo comercial de la crianza de vinos y producción de licores, actividad económica que permanece hasta nuestros días.
El origen del primer asentamiento de Sanlúcar viene auspiciado por la construcción de un templo en época fenicia dedicado a Astarté, la diosa fenicia del amor y la fecundidad. Restos de este templo se han hallado en el complejo dunar llamado La Algaida, hoy -Parque Natural de Doñana-.
Ya en época histórica se tienen datos de la existencia de una fortaleza musulmana denominada ‘El Castillo de las Siete Torres’ que defendía la desembocadura del Guadalquivir. Guzmán el Bueno toma posesión de dicha fortaleza y de la villa en 1297 como donación del rey Sancho IV por sus servicios durante la Reconquista. Desde este momento y hasta 1640 los Guzmanes ostentaron el señorío de la Villa, siendo sus descendientes los Duques de Medina Sidonia.
Tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, Sanlúcar se convierte en un puerto de referencia, partiendo Cristóbal Colón en su tercer viaje y Magallanes en el primer viaje de circunnavegación, entrando en el estado de mayor apogeo económico de su historia, gracias al fomento de la actividad comercial entre América y el puerto de Sevilla, propiciada por los Duques de Medina Sidonia.
En la primera mitad del S. XVII los Duques de Medina Sidonia pierden el señorío de la ciudad y Sanlúcar entra a formar parte de la Corona comenzando aquí un largo declive que se agrava con el paso de la Casa de Contratación a Cádiz, viéndose excluida así de la ruta comercial con América, perdurando este declive hasta el S. XIX en que la ciudad se ve favorecida por Godoy, llegando a ser capital de una provincia que comprendía, por el litoral Atlántico, desde Ayamonte hasta Rota y por el interior hasta la ciudad de Lebrija.
En cualquier caso, es la llegada de los Duques de Montpensier uno de los hitos más representativos del esplendor de la ciudad en el S. XIX. Habiendo creado su corte en Sevilla, decidieron residir en Sanlúcar de Barrameda en las temporadas estivales, construyendo al efecto un hermoso palacio romántico. Comenzaba así, de nuevo, un florecimiento de la vida social de la ciudad, construyéndose hermosas casas de veraneo y organizándose cada año un entretenido ciclo festivo que culminaba con las carreras de caballos en la playa, acontecimiento que perdura hasta la actualidad.
El renacimiento (arte de los siglos XV-XVI) económico vino de la mano de las emergentes empresas bodegueras que iniciaban, ya en aquella época, el exitoso desarrollo comercial de la crianza de vinos y producción de licores, actividad económica que permanece hasta nuestros días.
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