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Jaen Turismo, Sierra de Cazorla
Plaza de la Fuente (Peal del Becerro)
Municipio que tiene su territorio dividido, situándose el enclave principal al oeste comarcal y en terrenos de campiña olivarera y el enclave secundario, al este de la comarca y en plena zona montañosa, incluida en el parque natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
Las tierras de cultivo se reparten entre cultivos herbáceos (trigo y cebada) y olivar en extensiones parecidas. En las tierras de monte predominan las especies arbóreas forestales.
Historia de Peal de Becerro
Al igual que otras poblaciones de la comarca, su pasado histórico se encuentra en su entorno o término municipal, aunque bien esta decirlo en Peal se han descubierto algunos elementos ibero-romanos que atestiguan la presencia de estas culturas.
Arqueológicamente se han encontrado materiales de épocas antiguas, prehistóricas, en el término de Peal de Becerro, pertenecientes a la cultura del cobre, como algunos materiales procedentes de La Plaza de Armas de Las Juntas, en la desembocadura del Guadiana Menor sobre el Guadalquivir. También algunos poblados de época del bronce como el existente en el Cerro del Gato, sobre el Guadalquivir en el cercano Puente de la Cerrada o los materiales de un bronce final avanzado en la misma Plaza de Armas de las Juntas.
Sin embargo, Peal de Becerro es conocida por tener el mejor ejemplo de tumba de cámara de nuestra historia antigua. Nos referimos a la Cámara Sepulcral de Toya, cercana, frente por frente separado por el río, de su homólogo poblado íbero y romano. Sin duda, esta tumba ubicada en el cercano cerro de la Horca, pone de manifiesto la importancia de la ocupación ibérica de estas campiñas, que no sólo estarán presentes aquí, también en el propio cerro del Gato o en la cercana aldea de Hornos, en el conocido Cerro de la Compañía.
La política de concentración municipal de la población autóctona hispana en grandes poblados por parte de Roma, marca el declive de Toya, pero por el contrario, desarrollará un nuevo concepto de ocupación, nos referimos a la presencia de "villas" romanas como unidades de explotación agrícola y el mejor ejemplo de la explotación esclavista romana. En los alrededores de Peal e incluso en el propio municipio se han detectado algunos restos pertenecientes a este tipo de yacimientos. Últimamente se han documentado algunos restos romanos en el Cerro de la Horca, además de una gran necrópolis de época paleocristiana o visigoda.
A pesar de la pérdida de importancia histórica de Toya en época medieval, es la única citada en las crónicas musulmanas y posteriormente cristianas del S. XIII como acontece en la obra "De rebus Hispaniae" del conquistador de esta comarca por parte cristiana, Ximénez de Rada, Arzobispo de Toledo y en nombre del Rey Fernando III.
Junto a Quesada, citadas tiempo después aparecen Cazorla, la Iruela, y aún después Peal de Becerro, que en algunos textos lo hace con el nombre de la Piel del Becerro (por evolución lingüística Piel-Pial-Peal).
Los cristianos de manera inestable, pretenderán controlar el espacio del futuro adelantamiento de la iglesia de Toledo, estableciendo pequeñas fortificaciones en los límites de sus territorios o en puntos estratégicos de comunicación dentro de éste. Peal de Becerro parece supeditado a esta necesidad a medio camino entre Úbeda y Cazorla o Quesada.
Esta funcionalidad la hace depender de la "capital" del adelantamiento, nos referimos a Cazorla, así encontraremos ocasiones en las que es denominada el Peal de Cazorla.
A partir del S. XIV, el desarrollo urbanístico de Peal transcurre en el entorno del Castillo o Alcázar, del que nos queda un espléndido recinto fortificado y dos de sus Torres, la del Reloj y la torre Mocha. A partir del S. XVIII el crecimiento de Peal se extiende al otro cerro cercano, conocido como el barrio del Cerrillo que será el núcleo poblacional hasta el S. XIX.
A partir del S. XIX y en ese período conflictivo de la Restauración de Fernando VII, va a declararse Villa, a pesar de depender algunos años más de Cazorla, la constante lucha de los pealeños por tener autonomía municipal después de muchos esfuerzos, será en 1.847, cuando la mayoría de las villas de esta comarca ya llevaban tiempo siéndolo.
Será en este momento y a partir de aquí cuando la historia comarcal sea pareja entre todos los pueblos de la comarca, sólo sobresaltada, años antes por la presencia francesa y posteriormente por la Guerra Civil, que aún quedando lejos del frente, se dejará sentir sus efectos en ciertos comportamientos y actitudes de una población inmovilista que se ve afectada por una crisis nacional.
Hoy día, Peal de Becerro es uno de los pueblos más dinámicos de la comarca, basado en la búsqueda de alternativas a una economía agraria e intentando diversificar sus actividades.
Lugares de Interes de Peal de Becerro
La Torre Mocha.
La Torre del Reloj
Ruinas del Castillo de Toya
Acueducto Romano de Hornos de Peal
Cámara Ibérica de Hornos de Peal
Cámara Ibérica de Toya
Ermita de San Marcos
Paraje Natural del Alto Guadalquivir (Puente de la Cerrada)
Embalse de la Bolera
Almicerán
Calar de Juana
Monte de las Acebadillas
Cueva del Almicerán (Complejo del Arroyo de la Rambla)
Economia de Peal de Becerro
La economía local depende de la agricultura principalmente, seguida de los transformados metálicos, la construcción y la industria agroalimentaria como la oleícola y la fabricación de cárnicos.
Gastronomia de Peal de Becerro
Era costumbre de antaño que los pealeños que acompañaban en romería a San Marcos hasta la cercana Toya, fueran obsequiados por la hermandad del santo evangelista con una "gachamiga", teniendo ésta entonces el carácter de comida comunal festiva en la que participaban todos los asistentes. Es éste un plato farináceo en el que después de cocer mucho la harina y las patatas juntas, y sobre todo tras mucho volteo en la sartén con la intención de que pierdan la humedad, se obtiene una torta dorada y compacta que suele acompañarse de unos chorizos, algunos trozos de panceta, unos pimientos fritos, e incluso unas tajadas de melón.
Lo que en otros lugares de la geografía provincial se conoce como andrajos, harapos, guiñapos o calandrajos, por lo mucho que recuerdan las porciones de masa de la que están hechos, en Peal de Becerro, como en casi todos los pueblos de la comarca, reciben el nombre de "talarines" -apuntándose "tela de harina" como el origen etimológico más probable de su denominación-. Esta masa se hace hervir en un guiso caldoso que contiene fundamentalmente un sofrito de tomate, ajo, cebolla y un pimiento rojo seco, y carne de caza menor -ya sea conejo o liebre- o pescado, como el bacalao, al que suele acompañarse con almejas, pero siendo imprescindible en cualquier caso el que se aromatice con hierbabuena.
Apreciado fue en otros tiempos, más que ahora, el "ajoharina", otro guiso farináceo que se elabora con aceite de oliva, harina, patatas, pimiento verde, tomate, ajos machacados y pimentón dulce. Los árabes llamaron "sajina" a un guiso parecido a éste, al que incorporaron, en el andar del tiempo, aceite de oliva amasado con harina y verduras, denominándolo entonces "ásida".
Plato no menos peculiar y sabroso es el llamado "rin-ran", un puré de patatas cocidas con unos pimientos choriceros, que se aliña con aceite de oliva, vinagre, sal, ajos y si se desea con cominos, siendo decorado con trozos de huevo duro, tirillas de bacalao, y pedacitos de cebolla o cebolleta.
Dentro de la repostería y la dulcería casera, en el recuerdo quedan las "tortitas de San Antón", las cuales se preparaban para la festividad del santo abad y se hacían con masa de pan, dejándola fermentar con sal y bicarbonato a modo de levadura, y friéndolas después en aceite muy caliente y espolvoreándolas luego con azúcar, o bañándolas en miel de caldera, según fueran las posibilidades económicas de cada casa. Muy curiosa es la "torta de cañamones" de Peal, del tamaño de una galleta y elaborada con una pasta de harina y agua que se amasa con aceite y cañamones y que, una vez fermentada, se cuece en el horno.
En la actualidad se siguen haciendo los "retorcíos", con igual masa que la utilizada para los roscos de sartén, pero de forma alargada como una trenza. Para Navidad se elaboran los llamados "mantecados de puñetazo", denominados así porque la masa es aplastada con un golpe del puño, para después poder ser cortados en círculos con la boca un vaso y cocidos en el horno. Para las fiestas de la patrona y otros festejos importantes se siguen haciendo los "roscos de baño blanco", herencia de la repostería morisca que aún perdura. Para la Candelaria se preparan unos roscos de aceite que se enlazan en ramilletes de varias unidades, así como figuras de palomitas decoradas con anisados. Se elaboran también los "mostachones", cuyo nombre probablemente proviene de los "mustacos romanos" (del latín "mustaceum"), y que hace referencia en su origen a la torta de harina amasada con el mosto del vino ("mustaceus") y laurel, con la que los romanos agasajaban a sus invitados cuando se marchaban, y que ha pasado a ser sinónimo en nuestra lengua de cualquier bollo o torta, lleve o no mosto de vino, hecho con harina, o pasta de almendra, azúcar y canela.
Fiestas de Peal de Becerro
FIESTA DE LA CANDELARIA (2/02 al 2/02):
El 2 de febrero, es típico que los vecinos lleven colgadas con cintas de raso roscas de aceite y palomas.
FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA ENCARNACIÓN (24/03 al 25/03):
Cuentan que la Virgen de la Encarnación, junto a san José patronos de la localidad, la encontró un labrador en una campana enterrada en sus tierras. A ella, las niñas vestidas de pastoras hacen una ofrenda floral el día 25 de marzo. Por la tarde, se procesiona su imagen por las calles de la villa poniendo punto final a esta festividad una potente traca.
FERIAS Y FIESTAS (29/08 al 03/09):
Los últimos días de agosto y los primeros del mes de septiembre, se celebra la feria de Peal de Becerro que destaca por la suelta de vaquillas por las calles de la villa, por la variedad de sus atracciones y por el gran número de gente que a ella asiste.
Las tierras de cultivo se reparten entre cultivos herbáceos (trigo y cebada) y olivar en extensiones parecidas. En las tierras de monte predominan las especies arbóreas forestales.
Historia de Peal de Becerro
Al igual que otras poblaciones de la comarca, su pasado histórico se encuentra en su entorno o término municipal, aunque bien esta decirlo en Peal se han descubierto algunos elementos ibero-romanos que atestiguan la presencia de estas culturas.
Arqueológicamente se han encontrado materiales de épocas antiguas, prehistóricas, en el término de Peal de Becerro, pertenecientes a la cultura del cobre, como algunos materiales procedentes de La Plaza de Armas de Las Juntas, en la desembocadura del Guadiana Menor sobre el Guadalquivir. También algunos poblados de época del bronce como el existente en el Cerro del Gato, sobre el Guadalquivir en el cercano Puente de la Cerrada o los materiales de un bronce final avanzado en la misma Plaza de Armas de las Juntas.
Sin embargo, Peal de Becerro es conocida por tener el mejor ejemplo de tumba de cámara de nuestra historia antigua. Nos referimos a la Cámara Sepulcral de Toya, cercana, frente por frente separado por el río, de su homólogo poblado íbero y romano. Sin duda, esta tumba ubicada en el cercano cerro de la Horca, pone de manifiesto la importancia de la ocupación ibérica de estas campiñas, que no sólo estarán presentes aquí, también en el propio cerro del Gato o en la cercana aldea de Hornos, en el conocido Cerro de la Compañía.
La política de concentración municipal de la población autóctona hispana en grandes poblados por parte de Roma, marca el declive de Toya, pero por el contrario, desarrollará un nuevo concepto de ocupación, nos referimos a la presencia de "villas" romanas como unidades de explotación agrícola y el mejor ejemplo de la explotación esclavista romana. En los alrededores de Peal e incluso en el propio municipio se han detectado algunos restos pertenecientes a este tipo de yacimientos. Últimamente se han documentado algunos restos romanos en el Cerro de la Horca, además de una gran necrópolis de época paleocristiana o visigoda.
A pesar de la pérdida de importancia histórica de Toya en época medieval, es la única citada en las crónicas musulmanas y posteriormente cristianas del S. XIII como acontece en la obra "De rebus Hispaniae" del conquistador de esta comarca por parte cristiana, Ximénez de Rada, Arzobispo de Toledo y en nombre del Rey Fernando III.
Junto a Quesada, citadas tiempo después aparecen Cazorla, la Iruela, y aún después Peal de Becerro, que en algunos textos lo hace con el nombre de la Piel del Becerro (por evolución lingüística Piel-Pial-Peal).
Los cristianos de manera inestable, pretenderán controlar el espacio del futuro adelantamiento de la iglesia de Toledo, estableciendo pequeñas fortificaciones en los límites de sus territorios o en puntos estratégicos de comunicación dentro de éste. Peal de Becerro parece supeditado a esta necesidad a medio camino entre Úbeda y Cazorla o Quesada.
Esta funcionalidad la hace depender de la "capital" del adelantamiento, nos referimos a Cazorla, así encontraremos ocasiones en las que es denominada el Peal de Cazorla.
A partir del S. XIV, el desarrollo urbanístico de Peal transcurre en el entorno del Castillo o Alcázar, del que nos queda un espléndido recinto fortificado y dos de sus Torres, la del Reloj y la torre Mocha. A partir del S. XVIII el crecimiento de Peal se extiende al otro cerro cercano, conocido como el barrio del Cerrillo que será el núcleo poblacional hasta el S. XIX.
A partir del S. XIX y en ese período conflictivo de la Restauración de Fernando VII, va a declararse Villa, a pesar de depender algunos años más de Cazorla, la constante lucha de los pealeños por tener autonomía municipal después de muchos esfuerzos, será en 1.847, cuando la mayoría de las villas de esta comarca ya llevaban tiempo siéndolo.
Será en este momento y a partir de aquí cuando la historia comarcal sea pareja entre todos los pueblos de la comarca, sólo sobresaltada, años antes por la presencia francesa y posteriormente por la Guerra Civil, que aún quedando lejos del frente, se dejará sentir sus efectos en ciertos comportamientos y actitudes de una población inmovilista que se ve afectada por una crisis nacional.
Hoy día, Peal de Becerro es uno de los pueblos más dinámicos de la comarca, basado en la búsqueda de alternativas a una economía agraria e intentando diversificar sus actividades.
Lugares de Interes de Peal de Becerro
La Torre Mocha.
La Torre del Reloj
Ruinas del Castillo de Toya
Acueducto Romano de Hornos de Peal
Cámara Ibérica de Hornos de Peal
Cámara Ibérica de Toya
Ermita de San Marcos
Paraje Natural del Alto Guadalquivir (Puente de la Cerrada)
Embalse de la Bolera
Almicerán
Calar de Juana
Monte de las Acebadillas
Cueva del Almicerán (Complejo del Arroyo de la Rambla)
Economia de Peal de Becerro
La economía local depende de la agricultura principalmente, seguida de los transformados metálicos, la construcción y la industria agroalimentaria como la oleícola y la fabricación de cárnicos.
Gastronomia de Peal de Becerro
Era costumbre de antaño que los pealeños que acompañaban en romería a San Marcos hasta la cercana Toya, fueran obsequiados por la hermandad del santo evangelista con una "gachamiga", teniendo ésta entonces el carácter de comida comunal festiva en la que participaban todos los asistentes. Es éste un plato farináceo en el que después de cocer mucho la harina y las patatas juntas, y sobre todo tras mucho volteo en la sartén con la intención de que pierdan la humedad, se obtiene una torta dorada y compacta que suele acompañarse de unos chorizos, algunos trozos de panceta, unos pimientos fritos, e incluso unas tajadas de melón.
Lo que en otros lugares de la geografía provincial se conoce como andrajos, harapos, guiñapos o calandrajos, por lo mucho que recuerdan las porciones de masa de la que están hechos, en Peal de Becerro, como en casi todos los pueblos de la comarca, reciben el nombre de "talarines" -apuntándose "tela de harina" como el origen etimológico más probable de su denominación-. Esta masa se hace hervir en un guiso caldoso que contiene fundamentalmente un sofrito de tomate, ajo, cebolla y un pimiento rojo seco, y carne de caza menor -ya sea conejo o liebre- o pescado, como el bacalao, al que suele acompañarse con almejas, pero siendo imprescindible en cualquier caso el que se aromatice con hierbabuena.
Apreciado fue en otros tiempos, más que ahora, el "ajoharina", otro guiso farináceo que se elabora con aceite de oliva, harina, patatas, pimiento verde, tomate, ajos machacados y pimentón dulce. Los árabes llamaron "sajina" a un guiso parecido a éste, al que incorporaron, en el andar del tiempo, aceite de oliva amasado con harina y verduras, denominándolo entonces "ásida".
Plato no menos peculiar y sabroso es el llamado "rin-ran", un puré de patatas cocidas con unos pimientos choriceros, que se aliña con aceite de oliva, vinagre, sal, ajos y si se desea con cominos, siendo decorado con trozos de huevo duro, tirillas de bacalao, y pedacitos de cebolla o cebolleta.
Dentro de la repostería y la dulcería casera, en el recuerdo quedan las "tortitas de San Antón", las cuales se preparaban para la festividad del santo abad y se hacían con masa de pan, dejándola fermentar con sal y bicarbonato a modo de levadura, y friéndolas después en aceite muy caliente y espolvoreándolas luego con azúcar, o bañándolas en miel de caldera, según fueran las posibilidades económicas de cada casa. Muy curiosa es la "torta de cañamones" de Peal, del tamaño de una galleta y elaborada con una pasta de harina y agua que se amasa con aceite y cañamones y que, una vez fermentada, se cuece en el horno.
En la actualidad se siguen haciendo los "retorcíos", con igual masa que la utilizada para los roscos de sartén, pero de forma alargada como una trenza. Para Navidad se elaboran los llamados "mantecados de puñetazo", denominados así porque la masa es aplastada con un golpe del puño, para después poder ser cortados en círculos con la boca un vaso y cocidos en el horno. Para las fiestas de la patrona y otros festejos importantes se siguen haciendo los "roscos de baño blanco", herencia de la repostería morisca que aún perdura. Para la Candelaria se preparan unos roscos de aceite que se enlazan en ramilletes de varias unidades, así como figuras de palomitas decoradas con anisados. Se elaboran también los "mostachones", cuyo nombre probablemente proviene de los "mustacos romanos" (del latín "mustaceum"), y que hace referencia en su origen a la torta de harina amasada con el mosto del vino ("mustaceus") y laurel, con la que los romanos agasajaban a sus invitados cuando se marchaban, y que ha pasado a ser sinónimo en nuestra lengua de cualquier bollo o torta, lleve o no mosto de vino, hecho con harina, o pasta de almendra, azúcar y canela.
Fiestas de Peal de Becerro
FIESTA DE LA CANDELARIA (2/02 al 2/02):
El 2 de febrero, es típico que los vecinos lleven colgadas con cintas de raso roscas de aceite y palomas.
FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA ENCARNACIÓN (24/03 al 25/03):
Cuentan que la Virgen de la Encarnación, junto a san José patronos de la localidad, la encontró un labrador en una campana enterrada en sus tierras. A ella, las niñas vestidas de pastoras hacen una ofrenda floral el día 25 de marzo. Por la tarde, se procesiona su imagen por las calles de la villa poniendo punto final a esta festividad una potente traca.
FERIAS Y FIESTAS (29/08 al 03/09):
Los últimos días de agosto y los primeros del mes de septiembre, se celebra la feria de Peal de Becerro que destaca por la suelta de vaquillas por las calles de la villa, por la variedad de sus atracciones y por el gran número de gente que a ella asiste.
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