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Malagón - Ciudad Real


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PROCESIÓN SANTA TERESA EN MALAGÓN CIUDAD REAL


Alrededores de Malagón







Malagón es una localidad de España perteneciente a la provincia de Ciudad Real en la comunidad autonoma de Castilla-La Mancha. Según el INE, en 2007 tiene una población de 8.124 habitantes. Gentilicio: malagoneros.

Malagón es un municipio localizado en la zona norte del Campo de Calatrava histórico y dividido entre dos subzonas geográficas regionales, la que conserva el nombre de este Campo y la intermedia entre los Montes de Toledo y el Valle de Alcudia; en la cuenca del Guadiana, lo atraviesan los afluentes de su margen derecha, el Becea y Bañuelos.

En la localidad de Malagón (8197 hab.) se encuentra el Ayuntamiento. Es uno de los mayores pueblos del norte de la provincia. Su antiguo origen se comprueba en los restos de su Castillo, donde se han encontrado vestigios que van desde la Edad del Bronce y Hierro, a la cultura roma y a la islámica. Fue un importante enclave defensivo de los accesos al Guadiana. En sus calles se conservan varias casas solariegas decimonónicas y de principios de siglo.

Geográficamente, la mayoría de su término está situado en la subzona regional de los Montes de Toledo; la zona este del término es llana, pero el resto muy montuoso está atravesado de E a O por la sierra que lleva su nombre y otras alineaciones secundarias, es decir, está ocupada por una de las principales cadenas montañosas de los Montes de Toledo. Esta cadena que recorre la zona norte de la provincia de Ciudad Real, forma parte del plegamiento Herciniano y está compuesto en su totalidad por pizarras, cuarcitas y grawacas silúricas. La potente erosión exterior demolió los vértices Hercinianos, dejando cerros amesetados (800 m). Posteriormente, fueron cubiertos por sedimentos secundarios y terciarios, adquiriendo la configuración y dirección (E- W) en el plegamiento alpino.

Malagón cuenta con 36.428 Has. en el que están incluidos 7 anejos que son: el Cristo del Espíritu Santo, Fuencaliente, Peralosas, Piedralá, Los Quiles, El Sotillo y Valdehierro; el actual término es sólo parte del que tenía anteriormente cuando se segregaron los de sus aldeas de Porzuna y Fuente el Fresno, y a su vez de este último el de Los Cortijos; Malagón limita al norte con los términos de los Cortijos y Fuente el Fresno, sus antiguas aldeas; al este con Fuente el Fresno; al sur con Daimiel, Torralba, Fernán Caballero y Piedrabuena; y al oeste con Porzuna y Retuerta del Bullaque.

Las aldeas de Malagón son:
El Cristo del Espíritu Santo, La Fuencaliente, Las Peralosas, El Sotillo, Los Quiles, Valdehierro, Piedralá y el anejo Las Povedillas




Historia de Malagón

Primeros Asentamientos
Las evidencias más antiguas de doblamiento humano en la zona de Malagón se remontan al Paleolítico. De este periodo abundan los yacimientos con industria lítica en superficie atribuida principalmente al Paleolítico Inferior y Medio

Parece que estos primeros grupos humanos tuvieron sus primeros establecimientos en torno a las terrazas fluviales del Guadiana Medio desde donde penetran en el Achelense Superior sus afluentes como el Río Bañuelos y El Bullaque. El Achelense superior supondría el primer momento de difusión territorial importante durante el Paleolítico, donde encontramos dos asentamientos muy significativos en la Submeseta Sur : El Sotillo en Malagón y Las Casas del Río en Porzuna .

En el Paleolítico Medio, se produce una expansión del poblamiento por el territorio que nos ocupa, multiplicándose los asentamientos en las terrazas bajas de los ríos, afluentes y zonas lacustres ( Bañuelos, Becea, Las Navas, etc.)

Del Paleolítico Superior, desconocido hasta ahora en la provincia, se han localizado yacimientos importantes en torno de zonas lacustres y en los márgenes del Becea y del Bañuelos.

Prehistoria y Protohistoria
Con la aparición del Neolítico en la Península Ibérica (c. 5.600 cal. B.C.), y hasta la disolución de las sociedades del Bronce (c. 1.500 cal. B.C.), tenemos una etapa oscura dentro los estudio histórico de la región, debido a la falta de trabajos sistemáticos. Este periodo es muy importante, porque comprende un largo proceso que se inicia con la formación y expansión de las primeras sociedades agrícolas, hasta llegar al extremo opuesto, caracterizado por la jerarquización y la desigualdad social, que comienza a darse en la Edad del Bronce

No abundan, sino todo lo contrario, los poblados neolíticos al aire libre, y de hecho no encontramos asentamientos en zonas del interior de la península hasta muy avanzados el IV milenio. El hecho de que sea el hábitat en cueva el patrón de asentamiento típico podría explicar la ausencia de yacimientos neolíticos en las tierras del interior mesetario.

En el término municipal de Malagón, se han identificado varios yacimientos que podrían ser neolíticos; este es el caso de la Raña del Moro II y III, ambos sobre la terraza del actual río Bañuelos.

Por lo que respecta al Calcolítico, los inicios se sitúan en otras áreas de la Península en trono a la mitad del III milenio, y su aparente generalización se producirá con la denominada cultura del Vaso Campaniforme.

La primera característica que tenemos que atribuir a este periodo es que hay que entenderlo como un periodo de evolución respecto al Neolítico y no de ruptura.

Frente a la riqueza de hallazgos campaniformes en la cercana área toledana, en nuestra zona de estudio los primeros grupos metalúrgicos están mal documentados aunque, gracias a trabajos de prospección recientes, se han detectado un elevado número de yacimientos situados en las comarcas de La Mancha, Campo de Calatrava, Campo de Montiel y Montes de Toledo, que en un primer momento y hasta que se proceda a su excavación se han atribuido al Calcolítico.

Con esta cuestión, lo que queremos resaltar, es la dificultad a la hora de establecer unos patrones de asentamiento claros, no solamente para el periodo Calcolítico, sino para todo ese lapso temporal que va desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce, auque a priori, los asentamiento en este periodo, se van a caracterizar por ser en fosos o silos (lo que se conoce como fondos de cabaña), que será una constante hasta la generalización de las construcciones en piedra, cambio este último que aparece a c. 3.000 B.C., en el ámbito cultural de Los Millares, pero que se generalizará y se desarrollará plenamente a partir del Campaniforme-Bronce, como en los ámbitos culturales de El Argar y su periférica (Bronce Valencia y Bronce Manchego o de las Motillas.)

Para el caso de Malagón, se tienen noticias de un enterramiento en el Abrigo del Puerto de los Franceses, que no se llegó a localizar y del que existen materiales depositados en el Museo Provincial de Ciudad Real.

Será a partir del estudio de la Edad del Bronce en La Mancha, llevado a cabo por diferentes grupos de investigacion , cuando se incrementan los trabajos sobre el poblamiento prehistórico en la provincia, cuya característica más importante en que podemos diferenciar 3 facies:

Motillas.- Se localizan en zonas pantanosas, en los valles de los ríos y dentro de los ríos, formando islas. En la actualidad se conocen más de una veintena de motillas que se extienden en una amplia zona que va desde Argamasilla de Alba al este, hasta las líneas de Carrión de Calatrava-Malagón en su extremo occidental; hacia el sur se extiende hasta el Campo de Calatrava y hacia el norte está limitando por la estribaciones de los Montes de Toledo. Poblados en altura, cerros o castellanes.- Son yacimientos emplazados en cerros altos y escarpados, en áreas que permiten el control de los pasos naturales y zonas en llano.

Poblados en llano.- Son yacimientos que no han sido tan estudiados como los dos casos anteriores, pero que a raíz de unas prospecciones más intensivas está aumentando el número de estos yacimientos, donde se puede inducir una localización en fondos de valles, cercanos a arroyos subsidiarios de los afluentes del Guadiana y en zonas endorreicas.

En Malagón, existe un acusado poblamiento en época del Bronce, donde nos encontramos con una serie de yacimientos en altura como es el caso de El Moledero, El Fraile y la Monja, El Castillejo , Morrilla de la Nava ... cuya característica común es que son pequeños establecimientos con un marcado carácter defensivo (presencia de morras y líneas de murallas), . Estos yacimientos se encuentran localizados en una situación estratégica, porque desde ellos se tiene un amplio control visual, tanto a zona llana, como de los pasos naturales.

Pero sin duda, el yacimiento más significativo correspondiente a este periodo es la Plaza de los Moros, en el que se ha encontrado materiales cerámicos de la Edad del Bronce, Hierro y Medieval.

A partir del Bronce Final cabe señalar en la Meseta dos grandes etapas culturales: la Edad del Hierro I, período de transición con diversas influencias que cristaliza en diversas formaciones étnicas, y la Edad del Hierro II, en que se produce la iberización de las etnias ya formadas y el posterior proceso de romanización.

De la época ibérica, en Malagón, se tienen evidencias arqueológicas de un asentamiento, ya desaparecido, que se ubicó en el cerro amesetado de el Castillo de Malagón.

Romanos y visigodos
Con la introducción del Mundo Romano en la Península Ibérica, se van a producir una serie de cambios políticos, económicos, sociales, religiosos culturales..., que se va a plasmar en el proceso de romanización. Proceso que se debe haber penetrado por rutas, ya sean naturales o trazadas por el hombre, a través de las cuales han circulado las ideas y productos que han condicionado la definición de la cultura romana.

Los estudios de la red viaria de época romana en la actual provincia de Ciudad Real se remontan a finales del siglo XIX, gracias a autores como Coello, Blázquez, Hervás y Buendía, pero será a partir de 1969, fecha en que Corchado Soriano realiza una síntesis sobre la red viaria romana entre el Tajo y el Guadalquivir. Pero será la aportación de las fuentes clásicas como los Vasos de Vicarello, el Anónimo de Rávena y, sobre todo, el Itinerario de Antonino. Según estas fuentes clásicas destacaría la vía 29 del itinerario de Antonino –Per Lusitaniam ad Emerita Caesaraugustam- que cruzaba la provincia de Este a Oeste, desde Laminio, hasta Sisapo, pasando por Carcuvium, Ad Turres y Mariana. Otra de las vías mencionadas por las fuente clásicas es la vía 30 del Itinerario de Antonio –Item a Laminio Toletum-, que uniría Laminio con Toletum y que en gran medida coincidiría con la vía de Complutum a Castulo descrita en el Anónimo de Rávena.

En estas fuentes escritas romanas, no se hace referencia al paso de vías por Malagón, a pesar de ello, hay investigadores como Corchado Soriano que hablan de una vía de Toledo a Córdoba, que pasaría por Malagón.

Pero de lo que se tiene referencias escritas es de la posible existencia de una necrópolis romana en la población, este es el caso de las Relaciones de Felipe II, que hablan de un elemento funerario encontrado en una carnicería. Al margen de los restos funerarios, no se dispone de más evidencias salvo las fuentes arqueológicas, que nos demuestren la presencia romana en este término en lugares como la Solana o la Tejera. Además, en la aldea del Cristo del Espíritu Santo, hay evidencias de restos romanos o tardorromanos, como es el caso de un tambor de columna que hay junto a la ermita y un ara sillar de piedra de arenisca empotrado en una esquina de la ermita con inscripción.

La presencia de este monumento religioso junto a otros restos, pueden indicar la existencia en la ermita y sus inmediaciones de restos romanos, que pueden haberse reutilizado para la construcción del templo cristiano a partir del siglo XVI.

Durante la etapa bajoimperial, estas tierras, al igual que el conjunto de Hispania, se encontraban padeciendo las secuelas de la crisis que afectó al Imperio Romano de Occidente en el siglo III. Ello desembocó en un paulatino declive demográfico y económico de la vida urbana –con el empobrecimiento de sus grupos sociales- y de una gradual concentración de la población en el campo. De esta manera, las villae adquirieron una gran importancia para el desarrollo del poblamiento de la zona en todo este periodo, marcando un importante carácter rural.

Desde época Bajo Imperial, hasta la Batalla de las Navas de Tolosa, encontramos en el actual territorio manchego una situación poco estable debido a la situación de la provincia como límite o frontera de dos mundos diferenciados: por una lado el reino de Toledo, el cual va a estar definido desde época visigoda; y por otro lado la región andaluza. Por tanto, estamos ante unos siglos con un marcado carácter militar, lo que provoca una situación insegura, donde no existe un mundo urbano definido y donde las relaciones económicas, sociales, culturas,… son tan endebles, que no son capaz de asentarse y de crear una entidad propia.

Con el asentamiento visigodo, la situación de la zona debió de cambiar en cierta medida, aunque siempre tenemos que tener en cuenta que más que un elemento revolucionario, el mundo visigodo, sería más una continuidad de la época Bajo Imperial.

Los cierto, es que tenemos que tener presente que el poblamiento visigodo en Hispania afectaría a la Meseta Norte en su mayoría, mientras que en la actual región de Castilla-La Mancha, éste afectó sobretodo a la Celtiberia y la Carpetania, y en menor medida a la Oretania.) . Este hecho, no quiere decir que la actual provincia de Ciudad Real, no se viera influenciado por dicho régimen político, con todas las implicaciones que ello conlleva. Lo cierto, es que contamos con escasos testimonio literarios para su conocimiento en nuestra zona, pero en los últimos años se han desarrollado una serie de excavaciones arqueológicas, Oreto , Alhambra,... y sobre todo en Malagón.

En Malagón, más concretamente, en el Cristo del Espíritu Santo, se realizaron varias intervenciones de urgencia entre 1990 y 1993, donde se documentaron 76 sepulturas y restos de una Basílica y otras construcciones. Además, se tienen noticias de que han aparecido más tumbas en torno a la ermita, en el patio y detrás, en una zona casi totalmente urbanizada.

También aparecieron tumbas en el casco urbano de Malagón en la C/Real 45, al vaciar el terreno para construir una galería comercial. Otro núcleo importante sería la finca la Solana conocida como Malagón Viejo, donde al parecer aparecieron varios enterramientos.

La dominación musulmana
Con la llegada y establecimiento de los musulmanes, a partir del siglo VIII, la mayor parte del actual territorio castellano-manchego constituyó la denominada Frontera o Marca Media, que no configuraba un espacio administrativo unitario, sino que estaba constituido por diferentes distritos de límites muy variables.

La configuración espacial de la Marca Media puede considerarse que fue su condición de frontera y el tratarse de una zona de paso, factores que incidieron de una manera muy directa en la dispersión de su poblamiento, en la vertebración de las vías de comunicación y en la organización de su sistema defensivo.

La situación con la que se encontraron los musulmanes, era el de territorio muy ruralizado, de ahí que en este territorio no hubiera grandes ciudades, sino urbes medianas y pequeñas, muy vinculadas al entorno rural y enclavadas a lo largo de las más importantes vías de comunicación o formando parte del sistema defensivo, por lo que siempre tuvieron un acusado carácter militar. Ello supuso que durante gran parte de los siglos VIII y IX, la vida urbana no debió de tener ninguna incidencia en estas tierras. Fue en los años finales del siglo IX, durante el Emirato, cuando se produjo una intensificación del fenómeno urbano, consolidando algunas de las antiguas ciudades y creando otras nuevas, por necesidades y conveniencias estratégicas o económicas. La ciudad se convirtió así en un elemento fundamental en la vertebración y control del espacio.

Entre las antiguas ciudades que recuperaron su actividad en estas tierras sólo se pueden señalar los casos de Toledo y de Talavera. Todas las demás prácticamente desaparecieron, siendo sustituidas por otros enclaves que habían surgido en sus inmediaciones. Se produjo así una alteración en la dispersión poblacional, con el traslado a éstos de los habitantes de aquellas, provocando su paulatino abandono.

Este mismo proceso, lento pero, al final, efectivo, influyó en el declive de Oreto, cuyo status privilegiado en época visigoda va a ser sustituida por el aumento de la importancia como centro urbano de Calatrava la Vieja, provocando toda una redistribución poblacional alrededor de este enclave, el cual, influiría directamente sobre el actual límite de Malagón.

Tras la creación de la Taifa de Toledo en 1031, pero sobre todo a raíz de la caída de la ciudad en manos de Alfonso VI en 1085 hasta la victoria cristiana de las Navas de Tolosa en 1212, el territorio se encuentra sometido a constantes enfrentamientos entre grupos cristianos contra contingentes Almorávides y Almohades.

Esta situación provocó que Calatrava La Vieja tuvieran una gran importancia en el desarrollo del poblamiento y la ocupación del espacio, y se convirtió en el centro estratégico-militar de la Marca Media, sobretodo a raíz de la llegada de los almorávides que frenó el impulso cristiano y aseguró este territorio para el Islam, convirtiéndose Calatrava en el centro de operaciones para atacar Toledo.

La Navas de Tolosa, marca un vértice en la evolución histórica de la zona, porque es la primera vez, desde la crisis del mundo romano en el siglo III, donde se empieza a dar una estabilidad tanto política y religiosa de la actual provincia de Ciudad Real.

La Edad Media
A partir de esta fecha, la mayor preocupación va a ser dar un nuevo impulso a la repoblación de la zona, para contrarrestar el grave retroceso económico y demográfico sufrido como consecuencia de los enfrentamientos y destrucciones habidos en múltiples lugares durante la conquista cristiana, quedando como extensos pastizales semidesiertos, en los que la escasa población se concentraba primero al pie de los castillos o en las pocas ciudades fortificadas existentes junto a las cañadas y vías de comunicación.

En líneas generales, el proceso de repoblación se caracterizó por la pervivencia de los núcleos de población existentes en la época musulmana con una fuerte impronta militar que permaneció articulado en torno a fortalezas como Malagón, Piedrabuena, Alarcos o Caracuel. A esto, hay que añadir, la ampliación de la red de fortalezas después de la conquista cristiana, por medio de la construcción de otras nuevas más sólidas, así como por la ampliación de una red secundaria de torres y atalayas. Se formó así una no muy tupida red de concejos con extensos alfoces, como Villa Real que, junto a los grandes dominios de las órdenes militares, trataron de organizar la red de poblamiento de orden secundario e impulsar la aparición de villas y aldeas.

En todo este contexto histórico hay que relacionar el posible origen del actual núcleo de Malagón. En primer lugar, tras la batalla de Las Navas de Tolosa, Calatrava la Vieja no se pudo recuperar como núcleo poblado tras la capitulación y la cabecera de la Orden tuvo que trasladarse a Calatrava La Nueva en 1217. Esto provocó que Calatrava La Vieja ya no fuera centro político, configurándose Malagón como un cruce de Caminos Reales con dos de sus trayectorias, la de Toledo a Córdoba que pasa por el mismo pueblo en su tramo de Malagón-Fernán Caballero-Peralvillo-Pozuelo de Don Gil, y la desviación hacia Granada que discurre por el extremo oriental para cruzar el Guadiana por el puente de Malvecinos y continuar hacia Carrión.

La Encomienda de Malagón tuvo por núcleo originario el castillo de este nombre. Alfonso VIII en el año 1180 donó la mitad del castillo a la Orden de Calatrava y esta adquirió la otra mitad el año 1188 por 400 maravedíes. La Encomienda de Malagón destacó en el Campo de Calatrava por sus pastos, que ocuparon 39.528 Has. en el conjunto de sus dehesas.

Coincidiendo con la Reconquista de la zona, el Castillo de Malagón albergó a los Reyes Alfonso VII y Alfonso VIII con ocasión de la firma de dos Reales Cédulas para la repoblación del territorio y a Juan II de Castilla.

La Encomienda sería desmembrada de la Orden de Calatrava el 17 de noviembre de 1547, pasando a territorio de realengo por un espacio efímero de tiempo hasta que fue vendida por el príncipe Felipe, en nombre de Carlos V, el 14 de enero de 1548 a D. Antonio Ares Pardo, Mariscal de Castilla, por un coste de 55.696 maravedíes.

Convertida la Encomienda de Malagón con todos sus términos en Señorío, con todos los derechos y obligaciones que tuviera la Orden de Calatrava, Antonio Ares Pardo, tomó posesión también de los lugares de Porzuna y demás anexos como Fuente el Fresno y Fernán Caballero.

El primer señor de Malagón incluyó este señorío en el mayorazgo que fundó el 9 de enero de 1561. Arias Pardo falleció en la ciudad de Toledo el 13 de enero de 1561, sucediéndole en el mayorazgo su primogénito, Juan Pardo de Tavera.

De esta manera recayeron los estados en Dña. Guiomar Pardo Tavera, hermana del último titular. Pasados tres años, Guiomar contrajo matrimonio con Juan de Zúñiga Requesén, quién falleció en breve, y en 1578 contrajo de nuevo matrimonio con Juan Enríquez de Guzmán.

Edad Moderna y Contemporánea
Felipe III elevó a rango de Marquesado al conceder conjuntamente al matrimonio el título de Marqueses de Malagón (16 de febrero de 1599). En 1622, el Marquesado de Malagón quedó vacante y después de muchos pleitos vino a recaer éste junto a sus señoríos anexos de Fernán Caballero y Paracuellos de Jarama en el II Conde de Villalonso, Diego Ulloa Sarmiento III, descendiente de una tía de la última titular llamada también Guiomar Pardo.

Así, en el primer cuarto del siglo XVIII, los dominios de la Casa de Malagón, cayeron en la de Santisteban del Puerto y con Joaquina María de Benavides y Pacheco, IX Marquesa de Malagón, pasó a la Casa de Medinaceli por estar casada con Luis María Fernández de Córdoba IV y XIII Duque de Medinaceli. La extensión superficial del Marquesado se aproximó a los 891,95 km2, sin contar con Fernán Caballero y Paracuellos del Jarama.

El señor de Malagón adquirió la jurisdicción civil y criminal, ejerciendo el derecho de patronazgo sobre la Iglesia.

En el siglo XIX, la historia de Malagón viene marcada por las dificultades del mundo agrario de su entorno. El comienzo de este siglo supone la incorporación del Marquesado de Malagón a la Casa de Medinaceli. Durante este siglo Malagón no estará al margen de los acontecimientos nacionales, así participará en la guerra de la Independencia y en las Guerras Carlistas.

Las tres cuartas partes del siglo serán de estancamiento económico, con periodos de crisis. Así, a mediados del siglo XIX, Malagón sigue siendo un pueblo principalmente rural, con una agricultura de secano en la que predominaban los cereales, siendo una zona de ganadería y de caza.

La industria era inexistente, tan solo se elaboraba el aceite, el vino y el pan. A todo ello había que sumarle que la apertura del paso de Despeñaperros en el siglo XVIII le había restado tráfico de viajeros y mercancías al antiguo Camino Real de la Plata.

El inicio del Nuevo Régimen viene marcado por diferentes cambios y sucesos. Entre ellos están las desamortizaciones, la de 1855, a diferencia del resto de la provincia de Ciudad Real, no afectó mucho a Malagón y tan solo fueron desamortizadas 263 hectáreas al Convento de San José.

El último cuarto del siglo XIX supuso el renacer de Malagón. La llegada del ferrocarril fue el factor fundamental de esta recuperación. Malagón contará con una vía rápida para sus productos agrícolas e industriales.

Durante el siglo XIX, Malagón creció desde el punto de vista demográfico, así su población pasó de 2.740 habitantes en 1787 a 5.012 en 1900.

Ya en el siglo XX, con el ferrocarril llegaron las primeras pequeñas industrias.

En cuanto al marquesado de Malagón, este vende sus olivares, viñas y fincas urbanas de Malagón y en 1906 vende a Servilio Martín Toledano los “montes y terrenos” o Estados de Malagón”, titulo nominal sin efectividad posesoria, acabándose aquí el Marquesado de Malagón.

La Segunda República fue un periodo de gran inestabilidad política y económica que ponía fin al progreso económico iniciado en el último cuarto del siglo XIX.

Durante la Guerra Civil, Malagón quedó dentro de la zona republicana, así durante la guerra se agudizó la crisis económica, política y social de Malagón, con consonacia con la grave situación de España.

Con el fin de la guerra y durante la dictadura franquista, los años 40 van a suponer un período de penuria económica y represión política. La recuperación de la actividad agraria y el “estraperlo” fueron las principales fuentes de ingresos. Con los años 50 y 60 se produjo una recuperación económica, aumentó la producción agraria y también aparecieron nuevas industrias.

Entre 1930 y 1960 se produjo un aumento demográfico que hizo que se pasaran de 8.741 habitantes a 11.208, esto provocó una emigración a zonas industriales como Madrid o Cataluña que provocó que en 1981 Malagón contara con tan solo 7935 habitantes. Esta década de los 80 también supuso el abandono de la huerta de Malagón y el paso al cultivo de secano, la agricultura entra en crisis y el sector agraria sufre un descenso en la actividad. Por el contrario, el sector comercial y de servicios ha sido el más beneficiado y es el que, hoy en día, cuenta con con un mayor porcentaje de población activa, por encima del sector agrario. En los años 90, se produce un cambio en Malagón, ya que desaparece la estación de ferrocarril.

Actualmente, Malagón cuenta con 8200 habitantes, y se encuentra inmerso en un proceso de expansión urbanístico, debido a la cercanía a Ciudad Real y por situarse en un nexo de comunicaciones entre el Norte y el Sur (Toledo-Ciudad Real) y Este-Oeste (La Mancha- Montes de Toledo).



Economia de Malagón

Malagón tiene una economía básicamente agrícola, con viñedos y olivos. Destaca su industria quesera y vinícola.

También dispone de un nuevo polígono industrial, en el cual se han asentado numerosas nuevas y antiguas empresas. Aunque actualmente el polígono dispone de bastantes empresas, sigue teniendo la posibilidad de crecer; puesto que aún dispone de espacio libre suficiente para la construcción de nuevos y ámplios espacios industriales.



Gastronomia de Malagón

Probablemente sea uno de nuestros alimentos más conocidos. En todas y cada una de las provincias españolas hablar de las judias pinesas de Malagón, es hablar de las mejores judías blancas de España. Es por este motivo por el qué desde hace unos cuantos años los malagoneros rendimos un pequeño homenaje a esta, sin igual, legumbre...



Fiestas de Malagón

El 14 de septiembre se celebran las fiestas en honor del Stmo. Cristo y el 15 de octubre festividad de Santa Teresa, se celebran fiestas en la localidad.

El municipio forma parte de la zona de producción de tres productos que sobresalen por su calidad: el Queso, el Vino y el Aceite de Oliva Virgen Extra.

Se comercializan con las etiquetas de calidad de:

1º.- Denominación de Origen “Queso Manchego”.
2º.- Denominación de Origen “La Mancha”.
3º.- Denominación de Origen "Montes de Toledo".





Ayuntamiento De Malagon
C/ Tercia 56
13420 - Malagon
tel. 926 802 376
http://www.malagon.es/


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